México es mucho ¿campañas a la altura?

Somos un pueblo sentimental y como todo temperamento hay pros y contras. Sin embargo, en momentos críticos sacamos un gen excepcional: gran resistencia para mostrar una fortaleza activa que con prudencia espera el momento adecuado para meter el gol. Y sí se puede. Esto tiene fundamento y no es una frase consoladora.

Hemos demostrado la capacidad de resistir, de estar vigilantes y de acometer en el momento crucial y salir con éxito. Y luego a festejar… allí quedan nuestras reservas. Por esa razón pocas veces avanzamos desde el nivel conseguido y con frecuencia es volver a empezar. Cuando visito los vestigios del Templo Mayor y veo los cortes de la tierra en donde se muestra el modo de cubrir una pirámide para construir otra cada determinado tiempo, pienso que allí está un modo de actuar reiterativo incluso en nuestro tiempo. ¿Será?

La sociabilidad es más fuerte que lo individual, tal vez por eso sabemos sacar de lo mínimo ayuda al más necesitado, cuando vemos una necesidad desgarradora o nos topamos con la desgracia ajena, inmediatamente damos respuesta eficaz y además si se corre la voz otros también cooperan. Hay fácil inclinación al desprendimiento, pero la contrapartida lleva a ser poco previsores y vivir al día.

Este bagaje hace posible la creatividad y el ingenio para resolver un problema apremiante sin el equipo adecuado. Tal vez esa capacidad nos hace ser confiados y no prever ni mantener los equipos y los instrumentos en buen estado. Esto se agrava cuando se trata de una empresa que con facilidad ocupa el rubro del mantenimiento en otros menesteres.

El pueblo es alegre, festivo, ingenioso. Eso facilita la acogida y disfrutar. A veces esta inclinación provoca falta de responsabilidad y de compromiso. Por este motivo se evaden los problemas y las personas dejan de ser confiables, tal vez hasta pierdan oportunidades para mejorar.

Hay una inclinación cercana a todo lo religioso, a veces esa confianza puede suplir el natural esfuerzo para terminar un trabajo y realizarlo no del mejor modo e incluso acudir a supersticiones cuando hay escasa formación.

La sensibilidad estética nos acompaña, eso alegra la vida. No es gratuita la fama de grandes arquitectos y muy destacados nombres en todo tipo de expresiones artísticas. De algún modo los paisajes encuentran ecos en el alma de los lugareños. También este don natural de creatividad puede impedir la aplicación de estructuras necesarias en muchos aspectos de la organización y la administración.

No cabe duda de que la posición geográfica también influye. El clima nunca llega a extremos de otras latitudes y entonces tampoco la fortaleza se cultiva suficientemente, poca resistencia parece suficiente.

El sabio y santo Papa Juan Pablo II nos quería mucho y por eso nos conocía mejor. En una de sus cinco visitas a nuestro país alguien le comentó: mucho ra ra rá y luego nada. Él le contestó: “conozco el problema”.

También nosotros lo conocemos porque sufrimos las consecuencias. ¿Podremos superarnos y reencaminarnos? Estamos en un momento crítico, sumamente grave. Por supuesto todos nos damos cuenta. Siempre ha habido y seguirá habiendo la lucha entre el bien y el mal. Esa tensión está en todos los sitios porque cada uno la llevamos en el alma.

Abundaré brevemente en lo que todos conocemos. Está por terminar un sexenio y estamos en campaña para múltiples elecciones. La principal es la elección de la Presidencia de la República. La evidencia más importante es la de una candidata que sí sacude a quienes hoy son del partido del poder. A ella la impulso la voz del pueblo, salió de la nada, pero aceptó el reto. Y sí puede.

La fuerza está en la ciudadanía y somos cada uno. Es mucha la responsabilidad. Y digo uno a uno incluso a quienes oficialmente pertenecen a algún partido. En este caso nuestra conciencia nos lo reclamará. No podemos escudarnos en nada ni en nadie. Tampoco la ignorancia es una excusa. Somos testigos y podemos calibrar los tipos de manipulación y engaño.

El gobierno ha instalado la mentira y las pruebas son contundentes, pero tienen el poder en sus manos. Los mensajes están fríamente calculados y se sacuden cualquier pregunta con burlas o descalificando. Y siguen con su discurso, los demás están mal y así actúan. Su lema es: a base de oír lo mismo el pueblo lo creerá.

Obviamente sus mentiras están a la vista el poder los acompaña, por eso, no pueden perderlo. Y van derecho a defenderlo. Sin poder son totalmente vulnerables. Saben que sosteniendo las evaluaciones a su favor desinflan al pueblo. Esa es la táctica. Sin embargo, basta ver los resultados también a la vista: la candidata opositora arrasa. Hay evaluaciones en el extranjero que lo confirman. Esas no van a publicarse aquí.

Tenemos un fenómeno inaudito: tres partidos unidos para apoyar a una candidata. Qué gran momento para tener un espíritu magnánimo y aprender de lo bueno que aporta cada partido, por supuesto hay diferencias, no se trata de unificar o imponer sino de colaborar cada uno con lo mejor. La tentación de aguantar mientras llega el beneficio personal y luego la traición no están excluidas, pero ojalá se afronten con lealtad. El bien nacional es bien común. Esta estructura da la oportunidad de una visión más amplia de los problemas y facilita la comprensión de otros puntos de vista…

La candidata de la oposición es muy valiente y tiene grandes dotes. Dios le ayude a no perder piso, aprenda de sus errores y los reconozca. Además, debe sufrir las luchas entre los tres partidos que no le dan el apoyo al máximo, como lo necesita. No la tiene fácil.

La candidata oficial afirma descaradamente los buenos resultados de lo que ha “construido” el presidente. Y va derecho y no modificará su discurso, ni responderá a las objeciones que reciba. El modo de hacerlo lo tenemos experimentado en este sexenio. No hay diálogo, son alabanzas para ellos y condenas para los demás.

¿Y el tercer “poder” ya no tan oculto de la narco delincuencia? ¿Qué futuro tiene? ¿Tendremos la madurez para apoyar a un gobierno recto que busque erradicarlo?

Y desde luego deshacer la mega farmacia, el mega banco, restablecer el lugar del ejército, equilibrar la fuerza de los tres poderes, recuperar la educación, la economía, la salud, las comunicaciones, los transportes. Y lo básico el medio ambiente… Labor titánica.

Necesitamos ser un pueblo comprometido, no oportunista. ¿Queremos?

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