La vida es bella

Toda vida es bella porque tiene el poder de realizar el fin correspondiente a cada individuo de determinada especie. Es un misterio inscrito en cada uno para mantener la pertenencia y las características propias. Los dos tipos de vida más sencillos: el vegetal y el animal se desarrollan de manera natural siempre que se encuentren con el entorno adecuado.

Ser testigo de esos procesos es fascinante para quienes se dedican a desentrañar los misterios de la naturaleza y, al darlos a conocer, a los demás nos hacen caer en cuenta de esas riquezas encerradas en las especies y, lo mejor será provocar admiración y respeto por las mismas criaturas, pero mucho más por Quien las diseñó y las hizo posible.

De esto último sólo se puede afirmar que es propio de los seres humanos debido a que contamos con capacidades superiores. Este nivel nos alegra, pero también debe despertar un especial sentido de responsabilidad y una postura ante el entorno. Conocer siempre desencadena preguntas que exigen respuestas insoslayables: quién soy, porqué capto lo que sucede, qué me corresponde hacer.  

Y llegamos a un momento crucial, dar respuesta a nuestra razón de estar en el mundo. Tenemos datos: conocemos las características de las criaturas, las distinguimos, sus cualidades nos sugieren cómo cuidarlas y también cómo aprovecharlas. A la vez, sabemos que existe Alguien que las hizo y que nos hizo también. De allí surgen dos tipos de conocimiento: el natural palpable, y el sobrenatural impalpable pero real por sus resultados.

De allí que la vida humana es más rica, tiene la dimensión natural con un conocimiento de lo sensible y la de lo sobrenatural que nos eleva a otra dimensión: la vida de religión, en la que nos ocupamos de nuestras creencias y hace posible dialogar con Dios. Algo verdaderamente asombroso y sorprendentemente. Y como Dios no se impone hay quienes se resisten.

A lo largo de los siglos estos cuidados de Dios por los seres humanos, ha llevado a algunos a preguntar: ¿quién es el hombre para que te acuerdes de él? Y a otros a pedir perdón y misericordia ante las faltas cometidas, a veces sumamente graves.

La Historia Sagrada desde siempre ha dejado claro el papel relevante que Dios dio al primer hombre y después a su compañera, la primera mujer, para ocuparse de las demás criaturas. Administrar y dar nombre tiene una relevancia capital y todo se mantuvo en orden y armonía mientras la amistad con Dios se mantuvo nítida y plena. La primera pareja cerraba su día en una conversación entrañable con Dios.

El problema del mal entró en la vida humana cuando la mujer se dejó engañar por el enemigo de Dios y comió del fruto que le dio a conocer el mal y abrió la puerta a la muerte. Ella dio de comer al varón del fruto prohibido y así la especie humana inauguró una vida en tensión entre optar por el bien o por el mal y además abierta a la muerte. Y fueron arrojados del Paraíso.

Pero Dios no quiso perder al ser humano y prometió un Redentor que cargaría con todas las penas por las faltas cometidas por todos los seres humanos, repararía por todos y nos volvería a abrir las puertas del Paraíso. Ese es Jesucristo que vino a la Tierra a pagar por todos nuestros pecados con una muerte ignominiosa. Nuestras faltas están saldadas, pero Dios espera cierta cooperación de cada uno.

Esa venida del Redentor es precisamente lo que recordamos en el Adviento y revivimos el día de Navidad. La ignorancia y la superficialidad nos ha llevado a olvidar ese importantísimo suceso y lo hemos sustituido por fiestas mas o menos insulsas o hasta inconvenientes, y acabamos deseándonos felices fiestas…  Seguimos cambiando oro por espejitos… ¿Rectificaremos?

He allí también la respuesta ¿quién es el hombre para que te acuerdes de él? Es el redimido por Jesús, es la naturaleza que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad unió a Su Persona y nos redimió. Nos hicimos hijos de Dios Padre, gracias al rescate de Dios Hijo. Somos hijos en el Hijo, gozamos del amor de Dios por nosotros.

Ese recordatorio de que Dios nos ama es una realidad: Dios verdaderamente nos ama a cada uno. Pero también hemos de dar respuesta tratando de reparar con una vida digna y de fomentar la dignidad en los demás. 

Recientemente el Papa León XIV hacía mención a la dignidad humana ahora tan confundida ante los adelantos científicos y tecnológicos que nos pueden distraer y hasta someter a ellos.

“Nuestra dignidad”, dijo el Santo Padre, “radica en la capacidad de reflexión, la libre elección, el amor incondicional y el establecimiento de relaciones auténticas con los demás. La inteligencia artificial ha abierto, sin duda, nuevos horizontes a la creatividad, pero también plantea serias preocupaciones sobre su posible impacto en la apertura humana a la verdad y la belleza, y en la capacidad de asombro y contemplación. Reconocer y proteger lo que caracteriza a la persona humana y garantiza su desarrollo sostenible es fundamental para establecer un marco adecuado para gestionar las consecuencias de la inteligencia artificial”.

El Santo Padre también manifestó que los jóvenes y su desarrollo tienen importancia prioritaria. Se debe prestar especial atención a los jóvenes, para fomentar su libertad y su vida interior, su madurez y responsabilidad, y para considerar el impacto de la tecnología en su desarrollo intelectual y neurológico. El bienestar de la sociedad depende de su capacidad para desarrollar sus talentos y responder a las exigencias de nuestro tiempo.

Enfatizó que el acceso a grandes cantidades de datos e información no debe confundirse con la capacidad de evaluarlos y extraer conclusiones de ellos. Esto requiere la capacidad de afrontar el misterio y las preguntas fundamentales sobre la humanidad misma, incluso si estas habilidades son marginadas o incluso ridiculizadas por los modelos culturales y económicos dominantes. 

Porque Dios lo quiere, todo ser humano es algo muy grande y hemos de protegernos.

Te puede interesar: Educación para forjar personas sociables

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

@yoinfluyo

Facebook: Yo Influyo

comentarios@yoinfluyo.com

Compartir

Lo más visto

También te puede interesar

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.