Remedios urgentes para la mejora social

El papa Francisco recuerda a los gobiernos su obligación de trabajar por el bien común. Aconseja evitar oír únicamente a las élites económicas y escuchen también a otros sectores que claman por tierra, techo y trabajo.



Un auténtico líder tiene rasgos admirables, dan seguridad a otros y por eso lo siguen. Muchas veces, cuando alguien no comparte los principios que le mueven, lo escucha y adopta varias de sus propuestas porque reconoce su superioridad en esos temas, pues indiscutiblemente es alguien con prestigio.

Una muestra de este modo de proceder lo vemos en el papa Francisco. Muchas veces se reúne con líderes de otros credos en los que reconoce sabiduría y experiencia en asuntos comunes, llegan a acuerdos de gran trascendencia y facilitan el aprecio y la amistad.

La semana pasada, Francisco lanzó varios tuits en un día. Entendemos que no se trata de unas ocurrencias sino de un profundo sentido de urgencia, meditando con profundidad para el bien de la humanidad presente y futura. Nuestra respuesta es escuchar ese deseo tan desinteresado y benéfico. Y cada uno hacer lo que nos compete.

La idea generadora habla de ajustar los modelos socio económicos para que tengan rostro humano, muchos los han olvidado. Este preámbulo se aplica al elenco de temas que nos presenta. Cada quien tiene algo que ver con ellos y ha de afrontarlo de acuerdo a sus recursos y a sus necesidades.

Como aún estamos vinculados a los efectos de la pandemia, es lógico que solicite a los grandes laboratorios el gesto humanitario de liberar las patentes, para facilitar el acceso de todos a las vacunas. Esperamos que quienes están directamente ligados a estas instituciones respondan con generosidad.

Luego, se dirige a los grupos financieros y organismos internacionales de crédito, con las siguientes palabras: “Permitan a los países pobres garantizar las necesidades básicas de su gente y condonen esas deudas, con frecuencia contraídas en detrimento de los intereses de los mismos pueblos”. Por supuesto, de los países deudores también se esperan respuestas que garanticen una remodelación de su administración y evitar la reincidencia.

A las grandes corporaciones -mineras, petroleras, forestales, inmobiliarias, agronegocios les pide que dejen de contaminar, dejen de intoxicar a los pueblos y a los alimentos. Estas grandes corporaciones tienen empleados a muy diversos niveles, por eso el llamado es extenso. Los directivos han de cuidar el modo de proceder para no ocasionar daños. Y los trabajadores también han de evitar causar daños de manera personal, familiar o al realizar su trabajo.

Pide a las grandes corporaciones alimentarias se alejen de imponer estructuras monopólicas de producción y distribución que elevan los precios y terminan quedándose con el alimento de los hambrientos. Este campo a todos nos interpela, pues todos somos consumidores. Y hemos de hacerlo de manera responsable, sin desperdiciar ni acumular.

A los fabricantes y traficantes de armas les ruega cesen totalmente su actividad pues fomenta la violencia y la guerra, con frecuencia en el marco de visiones geopolíticas que cuestan millones de vidas y de desplazamientos. También los distribuidores y vendedores de armas tendrán que replantear su trabajo y sus ganancias, dando prioridad a la armonía y a la paz.

A los gigantes de la tecnología les plantea una dimensión moral de su trabajo que deben reconocer para dejar de explotar la fragilidad humana, las vulnerabilidades de las personas, para obtener ganancias. Esa fragilidad se manifiesta de variados modos, pero inicia con los contenidos que incitan a distintos vicios y a desajustes sociales como agresiones, robos e inseguridad.

Quienes sostienen a los gigantes de las telecomunicaciones les propone liberar el acceso de los contenidos educativos y faciliten el intercambio con los maestros por internet para que los niños pobres también puedan educarse en contextos de cuarentena. Este aspecto lógicamente incluye redes que cubran los sitios aislados.

A quienes trabajan en los medios de comunicación les conmina a terminar con la lógica de la post-verdad, la desinformación, la difamación, la calumnia y la fascinación enfermiza por el escándalo y lo sucio y que busquen contribuir a la fraternidad universal. Estamos incluidos los usuarios pues debemos ignorar esos contenidos.

Solicita a los países poderosos el cese de las agresiones, bloqueos, sanciones unilaterales contra cualquier país en cualquier lugar de la tierra. Los conflictos deben resolverse en instancias multilaterales como las Naciones Unidas. También las voces de los pueblos han de secundar esta solicitud.

A los gobiernos y a todos los políticos les recuerda su obligación de trabajar por el bien común. Aconseja evitar oír únicamente a las élites económicas y escuchen también a otros sectores que claman por tierra, techo y trabajo, así como una vida en armonía con toda la humanidad y con la creación.

Llama a todos los líderes religiosos, para que nunca usemos el nombre de Dios para fomentar guerras. Estemos junto a los pueblos, a los trabajadores, a los humildes y luchemos junto a ellos para que el desarrollo humano integral sea una realidad. Tendamos puentes de amor.

Cada ciudadano del mundo tenemos un lugar de trabajo, con unas responsabilidades que hemos de cubrir. Por eso, en mayor o menor grado todos nos competen estos planteamientos. Si nos llaman directamente hemos de tomar decisiones. Si no están directamente relacionadas, indirectamente sí lo están porque sabemos de otros a quienes sí les atañe y hemos de asumir el papel secundario de aconsejarlos y hacer que cumplan sus cometidos. Y se espera que no haya puntos débiles que tiren la labor de conjunto.

Quienes son usuarios, trabajadores o tienen algún vínculo con las empresas que se citan, también han de pensar cómo pueden colaborar para alcanzar las propuestas que nos benefician a todos.

En resumen, se trata de agrandar el corazón y poner los medios para que esas altruistas propuestas se lleven a cabo, en muchos casos iniciando con muchos pocos hasta alcanzar grandes resultados.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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