Una real lealtad al partido implica forzosamente la congruencia. Esa identidad entre lo que se dice creer y la conducta.
Los sicarios del narco han asesinado a más personas que nunca y el Peje no hace absolutamente nada.
Los personajes de Morena en el poder han continuado los viejos vicios de la política nacional, pero en peor, mucho peor manera.
La sociedad mexicana debe exigir a las autoridades a no tener falsas prudencias políticas o hacerse de la vista gorda ante violaciones al orden público.
Muchos líderes populistas en el mundo son convertidos en ídolos sociales, admirados, queridos y apoyados.
Las reclamaciones de los médicos mexicanos tienen fundamentación legal, ellos sí tienen títulos y cédulas profesionales.
Los padres irresponsables son solamente una muy pequeña proporción frente a los que sí son buenos y responsables.
Las detenciones de capos delincuentes casi no existen, y el decomiso de droga y de precursores químicos ha caído estrepitosamente.
La política del presente gobierno de Morena es no enfrentar a la delincuencia organizada, esa del narcotráfico y todos los demás delitos que está cometiendo contra una población indefensa.