La importancia de la información sobre el crecimiento en conjunto

Establecido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1972, cada 24 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Información sobre el Desarrollo, una fecha dedicada a reflexionar sobre los desafíos que enfrenta el mundo en materia de desarrollo económico, social y humano. El objetivo principal de esta conmemoración es sensibilizar a la comunidad internacional acerca de los problemas derivados del desarrollo desigual y promover la cooperación entre las naciones como vía para reducir las brechas existentes entre países desarrollados y en vías de desarrollo.

Esta efeméride también busca destacar el papel fundamental de la información, la educación y la comunicación como herramientas que impulsan la participación ciudadana y el progreso sostenible. En concordancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, la ONU hace un llamado anual a los Estados miembros para fortalecer el acceso a la información, fomentar la transparencia y promover políticas que permitan un crecimiento inclusivo, equitativo y respetuoso con el medio ambiente.

En este sentido, el Día Mundial de la Información sobre el Desarrollo no solo representa una jornada de reflexión, sino también una oportunidad para recordar que el intercambio de conocimiento y cooperación internacional son claves para enfrentar desafíos globales como la pobreza, la desigualdad, el cambio climático y la exclusión social.

Pero, ¿qué es el desarrollo?

El desarrollo se concibe como un derecho humano fundamental, reconocido por las Naciones Unidas, que establece que todas las personas tienen la capacidad y el derecho de participar, contribuir y beneficiarse del progreso económico, social, cultural y político. Este concepto implica que el desarrollo no debe verse únicamente como un proceso económico, sino como un proceso integral que busca el bienestar y la dignidad de cada ser humano.

En este sentido, el desarrollo representa un avance y mejora individual que se refuerza mediante un esfuerzo conjunto entre la persona y la sociedad. Cada individuo aporta al crecimiento colectivo a través de su trabajo, creatividad y participación, mientras que la sociedad, a través de políticas públicas, educación, acceso a la salud, igualdad de oportunidades y respeto a los derechos humanos, brinda las herramientas necesarias para que cada persona alcance su máximo potencial.

De esta manera, el desarrollo se convierte en un ciclo de retroalimentación positiva, donde el progreso individual fortalece a la comunidad y, a su vez, una sociedad equitativa y solidaria impulsa el crecimiento de cada uno de sus miembros.

Aspectos del desarrollo de los cuales todos debemos tener conocimiento

Existen distintos apartados que le brindan a la sociedad un crecimiento óptimo, los cuales son:

  • Ciencia y tecnología

La sociedad debe mantener una conciencia activa y crítica sobre los avances tecnológicos y científicos, ya que estos desempeñan un papel determinante en la expansión, modernización y sostenibilidad de las naciones, especialmente en los países en desarrollo.

El progreso tecnológico y científico no solo impulsa la productividad económica, sino que también transforma los sistemas de salud, la educación, la comunicación y la forma en que las comunidades interactúan con su entorno. La incorporación de nuevas tecnologías permite optimizar procesos industriales, fomentar la innovación y abrir oportunidades laborales en sectores emergentes, contribuyendo así al crecimiento económico sostenible.

En el ámbito de la salud, la ciencia y la tecnología han revolucionado la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades. Desde la digitalización de expedientes médicos hasta el uso de inteligencia artificial para detectar padecimientos, los avances científicos representan una herramienta invaluable para mejorar la calidad de vida y ampliar la esperanza de vida de la población.

Sin embargo, para que estos beneficios sean verdaderamente inclusivos, es indispensable que la sociedad esté informada y participe activamente en su implementación. La educación tecnológica y científica debe ser una prioridad, de modo que las personas comprendan y aprovechen los beneficios de la innovación, evitando brechas digitales o desigualdades en el acceso al conocimiento.

  • Soluciones a los desafíos del desarrollo

Es fundamental que como sociedad tomemos conciencia y comprendamos las posibles soluciones ante los obstáculos que pueden surgir en el camino hacia el desarrollo, ya que el progreso no depende únicamente de los recursos materiales o tecnológicos, sino también de la capacidad colectiva para identificar problemas, adaptarse y actuar con visión de futuro.

Dicho de otra manera, hay que saber anticiparse a las dificultades del desarrollo implica prepararse con educación, equidad, transparencia, innovación y cooperación. Solo de esta manera será posible construir un progreso integral, justo y sostenible para las futuras generaciones.

  • Brecha digital

Es vital que toda la sociedad dé un paso decidido hacia el futuro y adopte una actitud abierta ante las transformaciones que los avances tecnológicos están generando en todos los ámbitos de la vida. La revolución digital ha cambiado profundamente la manera en que trabajamos, nos comunicamos, aprendemos y participamos en la economía global, por lo que asimilar nuevas herramientas y conceptos tecnológicos ya no es una opción, sino una necesidad.

La adaptación tecnológica no solo implica aprender a usar dispositivos o plataformas digitales, sino también comprender su funcionamiento, su impacto social y su potencial para mejorar la calidad de vida. Desde la inteligencia artificial y la automatización, hasta la robótica, la biotecnología y la realidad aumentada, cada innovación ofrece oportunidades para optimizar procesos, resolver problemas complejos y abrir nuevas vías de desarrollo humano y profesional.

De esta manera, la sociedad podrá continuar avanzando hacia un desarrollo verdaderamente óptimo y beneficioso para todos, en el que la tecnología, la educación, la equidad y la sostenibilidad trabajen de la mano. El progreso no debe entenderse únicamente como crecimiento económico, sino como un proceso integral que eleve la calidad de vida, fomente la justicia social y promueva la cooperación entre los individuos y las naciones.

Solo mediante una sociedad consciente, informada y comprometida con su propio futuro será posible aprovechar al máximo las herramientas del conocimiento y la innovación. Adaptarse al cambio tecnológico con responsabilidad, fortalecer la participación ciudadana y priorizar el bienestar colectivo son pasos fundamentales para consolidar un modelo de desarrollo que no deje a nadie atrás.

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