En México, sobrevivir al cáncer no solo es una cuestión médica, sino también una batalla contra la desigualdad. A pesar de los avances en tratamientos y diagnósticos, miles de personas enfrentan barreras insuperables debido a la falta de seguridad social y recursos económicos y la escasez de medicamentos en el Sector Salud. El Día Mundial del Superviviente de Cáncer recuerda que la lucha contra esta enfermedad no termina con el tratamiento; para muchos, apenas comienza.
Cada año, se diagnostican en México alrededor de 195 mil 500 nuevos casos de cáncer, y aproximadamente el 46 por ciento de los pacientes fallece por esta causa. Aunque las tasas de supervivencia han mejorado en ciertos grupos, la falta de acceso a servicios de salud adecuados sigue siendo un obstáculo significativo.

Un estudio reciente reveló que solo el cinco por ciento de las más de 14 mil instalaciones de salud en México ofrecen atención específica al cáncer. Esta centralización de servicios en grandes ciudades deja a las comunidades rurales y marginadas en una situación de vulnerabilidad, obligando a muchos pacientes a recorrer largas distancias para recibir tratamiento.
Además, debido a las políticas del gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, los medicamentos escasearon y por lo tanto miles de personas tuvieron que detener abruptamente sus tratamientos lo que agravó su salud, y en algunos casos esto ocasionó que varios pacientes perdieran la vida esperando medicamentos que nunca llegaron.
Sin seguridad social
Más del 50 por ciento de la población mexicana carece de seguridad social, y el 54.6 por ciento de los trabajadores se encuentra en la informalidad, eEsta situación limita el acceso a servicios médicos de calidad y obliga a muchos a depender de sistemas de salud públicos saturados y con recursos limitados. La falta de cobertura médica adecuada significa que muchos pacientes deben asumir los costos de tratamientos oncológicos, lo que puede ser imposible en muchos casos.

Es importante destacar que el desabasto de medicamentos oncológicos ha sido una constante en los últimos años. Aunque el gobierno anunció inversiones para combatir este problema, como la implementación de un nuevo modelo digital de contratación para reducir la corrupción, los pacientes siguen enfrentando dificultades para acceder a los medicamentos necesarios.
Además, los recortes presupuestales afectaron directamente a la población sin seguridad social. En 2025, se propuso una reducción en el gasto por persona de mil 400 para este grupo, contrastando con los aumentos para derechohabientes del IMSS e ISSSTE. Esta disparidad agrava aún más las desigualdades en el acceso a tratamientos oncológicos, según revela un estudio de la Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
El cáncer no solo afecta la salud de los pacientes, sino también su economía. Se estima que los costos directos e indirectos de esta enfermedad oscilan entre 23 mil y 30 mil millones de pesos al año, lo que representa una carga significativa para las familias mexicanas. Muchos pacientes deben endeudarse o vender sus pertenencias para cubrir los gastos médicos, lo que perpetúa el ciclo de pobreza y enfermedad.
Reforma integral
La situación actual exige una reforma integral del sistema de salud en México. Es fundamental garantizar el acceso equitativo a servicios oncológicos, independientemente de la ubicación geográfica o la situación laboral de los pacientes. Además, se deben implementar políticas públicas que aseguren el abasto de medicamentos y la capacitación de personal médico especializado en oncología.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado planes para mejorar la atención pública y extenderla a áreas desatendidas, incluyendo la contratación de más médicos y enfermeros, la digitalización del sistema y la compra de nuevo equipamiento. Sin embargo, la implementación efectiva de estas medidas será crucial para lograr un cambio real en la vida de los pacientes con cáncer.
El Día Mundial del Superviviente de Cáncer debe ser más que una conmemoración; debe ser un llamado a la acción. Es imperativo que México aborde las profundas desigualdades en el acceso a la atención oncológica y garantice que todos los ciudadanos, sin importar su situación económica o laboral, tengan la oportunidad de luchar y sobrevivir al cáncer con dignidad.
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