De acuerdo con los especialistas en economía, se considera que existe recesión económica cuando un país o una economía acumula dos trimestres seguidos con crecimiento negativo de su Producto Interno Bruto (PIB).
Y entre los efectos de una recesión podemos enumerar al menos estos: se produce una reducción general de los bienes y servicios que hay en el mercado, cae el consumo, la producción de bienes y servicios y la inversión; esto suele provocar el despido de trabajadores, lo que aumenta el desempleo, lo que a su vez reduce el consumo y se entra en una espiral descendente difícil de detener; la recesión económica también suele causar una caída de los precios, es decir, deflación, pero en muchas ocasiones sucede lo contrario, aunque la actividad económica esté cayendo los precios siguen subiendo de manera elevada toda vez que el sector productivo sufre mermas y consecuentemente sube sus precios de venta tratando de reducir sus pérdidas, produciéndose la temida estanflación (Situación de estancamiento económico, con aumento del paro y de la inflación).
Obvio que, para todas las naciones del mundo, llegar a una situación de estas es algo que debe tratar de evitarse, pues a la postre produce la pobreza de sus habitantes y un terrible desgaste para sus gobiernos.
Este es un tema que debe preocupar, y ocupar a todos los mexicanos, pues mientras hace uno 20 días atrás, la presidente Claudia Sheinbaum aseguró que en su gobierno se encuentran revisando las proyecciones oficiales, puede anticipar un crecimiento anual de entre 1.5 % y 2.0 %, cifra que no varía a la ya presentada al Congreso de la Unión para la aprobación del paquete económico 2025. Esto contrasta mucho con la cifra que se muestra en la Encuesta sobre las Expectativas en Economía del Sector Privado del Banco de México (Banxico), que estima un crecimiento de tan solo el 0.2% para el PIB de México en 2025 y sobre todo con los resultados de la Encuesta Citi de Expectativas, que prevé un estancamiento de la economía y un crecimiento de 0.1% en este año.
Que no nos engañen, pues mientras las cifras oficiales no nos advierten de una posible recesión, las de la iniciativa privada nos señalan que estamos a un paso de caer en ella.
Revisando las posibles causas de una recesión, hay que decir que, si no cambiamos algunas prácticas de nuestra macroeconomía, se seguirá avanzando a ella.
Hay que entender y sobre todo saber sobrellevar los vaivenes económicos generados por los sobresaltos generados desde los Estados Unidos de Norteamérica, las ocurrencias diarias de quien gobierna este país nos causan problemas al ser nuestro principal socio comercial, al escribir estas líneas me entero de que por todo el mundo las Bolsas han tenido pérdidas generadas por la nueva ocurrencia de cobrar aranceles a la empresa Apple si no produce sus productos en su país. ¿Cómo se está blindando nuestro país ante estos embates que llegan de fuera?
La mal llamada reforma judicial, que en la realidad no es más que una estrategia del grupo en el poder para también apoderarse de la estructura del Poder Judicial y evitar el equilibrio de poderes que desde la Constitución de 1917 habíamos deseado los mexicanos, ha creado un ambiente de incertidumbre del futuro que tendrá el estado de derecho en nuestro país, situación que sin duda influye en los deseos de inversión privada.
Otra de las causas de la recesión que se viene, sin duda lo será la corrupción rampante en el actual régimen, sí esa corrupción que se acusa desde el púlpito presidencia un día sí y el otro también, pero que con la llegada de la 4T no solo no se disminuyó o exterminio, sino que es la forma favorita de administrar los bienes públicos.
En materia de corrupción, con datos de Transparencia Mexicana, sabemos que “en 2024, México obtuvo una calificación de 26 puntos de 100 posibles. La escala del Índice de Percepción de la Corrupción va de cero, la peor evaluación para un país, a 100, la mejor calificación posible. Con 26 puntos, México se ubica en la posición 140 de 180 países evaluados”, a la altura de Irak, Uganda o Nigeria, la más baja posición que se haya tenido.
Ahí quedan para la historia negra de este sistema de gobierno los casos de corrupción como el desfalco en Segalmex, el desplome de la Línea 12 del Metro en la CDMX, la compra de medicamentos e insumos para la salud a sobreprecio, y el caso de los contratos fraudulentos entregados a amigos de los hijos del entonces presidente López Obrador, en donde casualmente la impunidad sigue reinando y los responsables no están en la cárcel.
Otra de las causas de la llegada de una recesión lo es la pésima administración pública, en donde en todas las empresas propiedad del gobierno se siguen teniendo perdidas que alcanzan muchas cifras, por ejemplo, en PEMEX el boquete económico en 2024 alcanzó la cifra de 1.3 billones de pesos (más de un millón de millones de pesos) y arrastra una deuda de más de 97 mil millones de dólares, algo así como 192 millones de millones de pesos. Parece que el gobierno cuatrotero no entiende que una mala administración pública impacta en la economía nacional.
Hay que ver el comportamiento de la inflación en lo que va del 2025, en donde a la primera quincena de mayo, según datos del INEGI, ya rebasa el 4.22%, más lo que se acumule cada quincena. O sea que tu salario ya vale un 4.22 % menos que en diciembre.
En otros datos, tenemos que el incremento en el precio de la leche en los últimos 3 años ha sido de un 28%. En Mexicali, Baja California, el precio de la tortilla ha subido considerablemente en comparación con años anteriores, por ejemplo, en mayo de 2024, el precio por kilo era de 20.4 pesos, mientras que actualmente se ofrece hasta en 30.57 pesos. También en nuestra ciudad, el precio de la carne de res, el bistec, producto que más consumen las familias mexicalenses, el costo de 180 pesos tuvo un aumento del 16.6 % y actualmente oscila entre 210 pesos por kilogramo.
La fuga de capital extranjero es una muestra de la pérdida de confianza para invertir en nuestro país, tan solo en abril pasado sufrimos una fuerte salida de capital extranjero que golpeó al mercado de valores gubernamentales en México, con un retiro total de 41 mil 864 millones de pesos.
En mi concepto, en México se nos viene una recesión económica, que solo con un cambio de estrategias en las políticas económicas del gobierno se podrá detener. No bastan buenos deseos, no bastan las dadivas que representan los programas sociales para que los mexicanos podamos salir adelante, se necesitan políticas públicas que garanticen el estado de derecho, la confianza de los inversionistas, una fuerte inversión pública y privada en obras que incentiven la economía nacional, pero sobre todo, se necesita una buena administración pública, ya basta de seguir despilfarrando el dinero público, el de todos los mexicanos, en obras de relumbrón que solo causan perdidas a la nación, y que se combata adecuadamente la corrupción, a fin de sancionar a los corruptos y recuperar para las arcas públicas el dinero que nos robaron.
Que ya no nos vengan con las tonterías como la dicha por Rodrigo Mariscal Paredes, quien es el titular de la Unidad de Planeación Económica de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que hace unos días dijo que no estamos en recesión, pero que si la hubiera “los hogares tienen ahorros suficientes para afrontarla”.
¿Y quienes no tienen los ahorros suficientes? “AL CARAJO” diría el propio López Obrador.
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