Somos mujeres de valor

La verdadera belleza de la mujer reside en su virtud. La verdadera y eterna belleza de la mujer está en nuestro corazón, en nuestra mente y en nuestra alma, en nuestra capacidad de dar vida y nutrirla con el cuidado que solo una madre puede dar, edificar nuestro hogar.

El problema es que el movimiento feminista ha secuestrado esta causa haciendo a un lado la esencia y la naturaleza de la mujer… la mujer que da vida, la mujer que ama y hace familia, la mujer que construye y edifica.

El movimiento feminista ha sido el gran obstáculo de las mujeres y de la construcción de un mundo donde mujeres y hombres construyamos el bien común… Mientras tanto, las mujeres seguimos reclamando mejores condiciones laborales, las mujeres siguen muriendo, las mujeres seguimos buscando una vida digna…

Mientras más fuerte grita el movimiento feminista… las mujeres que trabajan siguen sin ser escuchadas. Mientras rompen todo… las mujeres siguen muriendo en la sierra o el vientre materno. Porque mientras un grupo “se empodera”… la gran mayoría de las mujeres siguen igual o peor.

Las causas de las mujeres han sido secuestradas por ideologías de moda. Los verdaderos problemas de las mujeres han sido ignorados hipócritamente por políticos oportunistas. El movimiento en favor de las mujeres está siendo usado para alimentar la soberbia de quienes dicen ser sus líderes.  

Para atender las verdaderas necesidades de las mujeres hay que conocerlas, comprenderlas y acompañarlas. Como madre, como esposa, como empresaria y como mujer en la política, he tenido la oportunidad de ver la realidad y hoy comparto parte de esta.

MUJERES TRABAJADORAS

Las mujeres hemos salido a trabajar para ganarnos la vida. Quienes dicen que lo hacemos para “empoderarnos”, no nos conoce, lo hacemos para llevar el sustento a nuestros hogares porque cada vez alcanza para menos y un solo ingreso no alcanza, a veces, ni con dos…

El problema está en que la sociedad no está preparada para las madres trabajadoras, quienes tienen a su cargo el cuidado de los niños y las labores del hogar. Ninguna marcha le resuelve los problemas a una madre que debe salir a trabajar a las 6 de la mañana para ganar el salario mínimo a costa de perderse momentos valiosos con sus hijos.

No hay políticas que protejan el valor de la madre en la sociedad, la madre que cuida, la madre que trabaja, la madre que nunca se rinde…

Una política que habla del derecho a decidir pero que ha forzado a la mujer a renunciar al equilibrio y a la plenitud, es una política hipócrita. Debemos impulsar una nueva política que no se distrae en ideologías de moda y que atienda las verdaderas necesidades de las mujeres, con políticas laborales que ayuden a las mujeres embarazadas y a las madres trabajadoras.

MUJERES EMBARAZADAS Y NIÑOS POR NACER

El “derecho a decidir” es una falacia. Cuando una mujer se embaraza la única opción que presumen “libre, segura y gratuita” es el aborto… pero cuando una mujer decide ser madre, las condiciones laborales, sanitarias y económicas se vuelven contra ella.

Cuando fui diputada, promoví una iniciativa de ley para garantizar los derechos económicos, sociales y culturales de la mujer embarazada, desde el momento de la concepción hasta el nacimiento, para que toda mujer embarazada siempre tenga opciones de vida y no de muerte. Esta iniciativa, ya es ley en el estado de Querétaro. 

Una política que presume de ser de derechos y libertades pero que se olvida de las mujeres embarazadas y las obliga a abortar, es una sociedad que se engaña y nos engaña. Debemos impulsar una nueva política que proteja, que promueva y dignifique a las mujeres embarazadas y a los niños por nacer.

MUJERES VIVAS Y SANAS

Una de las principales causas de muerte en las mujeres es por el cáncer de mama y cáncer cervicouterino. El problema está en que no existen los servicios y la infraestructura necesarios para prevenir y atender este problema.

El problema se hace más grande para las mujeres que viven lejos de las ciudades, las que viven en el campo, en las rancherías, en la sierra… tardan en llegar los médicos, las muestras de laboratorio y los resultados… se pierden días, semanas y hasta meses para tener una detección, la cual lamentablemente ya no será oportuna.

Una política se indigna con la violencia contra la mujer pero que decide ignorar a las mujeres del campo y de la sierra, es una política cínica. Debemos impulsar una nueva política que garantice los verdaderos derechos en lugar de inventarlos, que deje los discursos vacíos y que actué con voluntad, con acciones y con presupuesto.

Hoy, la política ignora las verdaderas necesidades de las mujeres y reduce nuestro potencial y lo que podemos aportar a la sociedad. Nos toca impulsar una nueva política que integre nuestro rol de madres, de esposas, de empresarias, de trabajadoras. Nos toca impulsar una nueva política que atienda las necesidades de trabajo, de salud y de vida digna para las mujeres y para todas las personas.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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