Entre frases optimistas y cifras cuestionadas, en el Primer Informe se presentó un país idealizado, distante del México golpeado por deuda, crimen e impunidad.
Solo con la participación ciudadana, solo haciendo conciencia de lo que está en peligro, la ansiada democracia mexicana podrá sostenerse y seguir avanzando.
Hoy todos pagamos las consecuencias de esos comportamientos, no solo en la falta de los servicios públicos adecuados, sino en el monto de la deuda pública que se habrá que pagar por generaciones.
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo.Acepto