Según datos de Amnistía Internacional, en 2018 se registró un descenso en las ejecuciones por pena de muerte, 303 casos menos con respecto al 2017, es decir, 31%.
Después de 16 años de no aplicar la pena de muerte a nivel federal en Estados Unidos, el Departamento de Justicia de aquel país en voz del fiscal general, William Barr, ha ordenado que se proceda a aplicar dicho castigo a cinco presos condenados por asesinato, “se lo deben a las víctimas”, indicó.
El fiscal Barr asegura que con la aplicación de la pena de muerte se estará llevando justicia a las víctimas de los crímenes más horribles.
Las ejecuciones de los condenados tendrán lugar en el penal de Terre Haute, en el estado de Indiana entre los meses de diciembre y enero.
Con respecto a la pena de muerte, Amnistía Internacional (AI), movimiento internacional encargado trabajar para que se reconozcan y respeten los derechos humanos, se opone a la pena de muerte ya que viola el derecho a la vida.
La pena de muerte “es la forma más extrema de pena cruel, inhumana y degradante”, señala AI.
Además, argumenta que la pena capital es aplicada de forma discriminatoria, pues frecuentemente se usa contra las personas más vulnerables de la sociedad, “incluidas las minorías étnicas y religiosas, los pobres y las personas con discapacidad psiquiátrica”.
Advierte que en los casos en que la justicia tiene deficiencias existe el riesgo de ejecutar a una persona inocente, y en estos casos ya no hay marcha atrás pues cuando se aplica las consecuencias son irreversibles.
La aplicación de la ley “ojo por ojo” en los casos de delitos graves no eliminará el sufrimiento de los familiares ni devolverá a la vida a quienes murieron por causa del autor del crimen, como quiso hacerlo notar el fiscal Barr, por el contrario, la pesadez se extenderá a los seres queridos del culpable.
Amnistía Internacional apunta que de lo que se trata es que la víctima o familiares de la misma obtengan justicia y no que se lleve a cabo una venganza.
“Una sociedad que ejecuta a delincuentes está cometiendo la misma violencia que condena”, enfatiza Amnistía Internacional en su página web.
De acuerdo con la investigación que llevó a a cabo AI, con la pena de muerte no se ha demostrado que prevenga o disminuya la delincuencia.
Métodos “humano” de ejecución
Entre los métodos utilizados para ejecutar la pena de muerte se han recurrido a la decapitación, la electrocución, la cámara de gas y el ahorcamiento.
Otra opción es la inyección letal, Amnistía Internacional explica que a menudo se considera como un “método más humano”, ya que parece menos cruel que las anteriormente mencionadas, pero en la búsqueda de una forma “humana” de acabar con la vida de alguna persona realmente es un intento de hacer aceptables las ejecuciones.
Derechos humanos para todos
Por otra parte, Amnistía Internacional indica que el llamado que hace como movimiento que promueve los derechos humanos coincide con los valores de las grandes religiones del mundo: misericordia, compasión y perdón.
“Los derechos humanos son válidos para las mejores personas, y también para las peores”, señala Amnistía Internacional.
Derecho de la duda
Hay casos documentados en los que inocentes son condenados por error. Sin mencionar la tortura que viven en el llamado “corredor de la muerte” que es una celda de los prisioneros condenados a muerte en espera de que llegue el momento de su ejecución.
Recientemente se dio a conocer que un mexicano, Carlos Avena Guillén, fue absuelto de la pena de muerte.
Treinta y siete años después imponer la pena de muerte, una Corte federal en Estados Unidos anuló la sentencia debido a que hubo irregularidades desde el inicio de su proceso entre las que destaca la falta de asesoría en su idioma.
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