Recriminan a Morena el “agandalle” en el Congreso

Morena no quiere soltar la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y pasar la estafeta, como corresponde reglamentariamente al PAN; es más, busca modificar la ley para presidir los tres años este órgano legislativo.


Mesa directiva


De incumplir con el derecho que le corresponde al Grupo Parlamentario del PAN de presidir la Mesa Directiva en la Cámara de Diputados durante el segundo año de la actual legislatura, habrá una parálisis legislativa, advirtió el dirigente nacional del blanquiazul Marko Cortés Mendoza.

El próximo 1 de septiembre inicia el segundo año de ejercicio de la LXIV Legislatura de la Cámara de Diputados, que debe arrancar con una nueva Mesa Directiva presidida por un integrante del segundo grupo parlamentario mayoritario que no la haya ejercido, en este caso del PAN, sin embargo los legisladores de Morena preparan el camino para no soltar la presidencia.

“Todos los legisladores, incluidos la fracción mayoritaria de Morena, al inicio de esta legislatura protestaron cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan. Nosotros esperamos que honren su promesa ante los ojos de la Nación y respeten la ley y la legalidad”, dijo Cortés en el primer día de la reunión plenaria de los legisladores federales panistas.

Aseguró que “el presidente de la Mesa Directiva saldrá a propuesta del grupo parlamentario de Acción Nacional, pero lo será de la pluralidad, respetando la legalidad con esa claridad de propósito. De no respetar, entonces, la legalidad ni la palabra Morena, nos estaría llevando a una parálisis legislativa que no sería deseable para el país”, indicó el dirigente nacional del blanquiazul.

Este día los legisladores federales del PAN votará internamente por la fórmula de candidatos que propondrá al Pleno de la Cámara para presidir durante un año la Mesa Directiva, que estará a cargo de una mujer seis meses, y por un hombre los otros seis meses restantes.

Por otra parte, el coordinador de los diputados del PRI, René Juárez Cisneros, afirmó que es bueno para la gobernabilidad de la Cámara de Diputados la rotación del presidente de la Mesa Directiva, por lo que espera que se cumpla de manera irrestricta la ley, así como el acuerdo que hicieron un año atrás los grupos parlamentarios para cambiar cada año la presidencia de este órgano legislativo.

Sin embargo, aseguró que existen muchos atajos para no cumplir con lo pactado ni la reglamentación “ya por ahí anda el run run de un atajo que esperaremos que no se concrete, pero ya tenemos información de ese camino de terracería por el que se quieren ir (los diputados de Morena) para quedarse al frente de la Mesa Directiva” los tres años.

El párrafo séptimo del artículo 17 de la Ley Orgánica del Congreso General señala que la Presidencia de la Mesa Directiva, en el segundo y tercer años de la Legislatura, la ocuparán, en orden descendiente, los dos grupos parlamentarios mayoritarios que no la hayan ejercido.

Cabe recordar que el pasado 5 de agosto la diputada Dolores Padierna Luna de Morena, vicepresidenta de la Mesa Directiva, presentó una iniciativa de reforma a la Ley Orgánica del Congreso General, a fin de que el grupo parlamentario con mayoría absoluta en la Cámara de Diputados presida la Mesa Directiva los tres años de la legislatura.

Posterior a este anuncio, la coordinadora de los diputados del PRD en la Cámara baja, Verónica Juárez Piña, aseguró que su partido continuará “pugnando porque la pluralidad de los distintos grupos parlamentarios se vea representada en la Mesa Directiva”. Además, consideró que podría “ser un atentado” al ambiente generado en la Cámara de Diputados.

También se manifestó al respecto el diputado Tonatiuh Bravo Padilla, coordinador de los diputados federales de Movimiento Ciudadano, quien rechazó la modificación propuesta por Dolores Padierna “porque ya la mayoría de Morena está reconocida en la presidencia de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) por tres años a un mismo grupo. Hacerlo en la Mesa como propone esta iniciativa, implicaría hacer una doble representación. Además, entraríamos en debate sobre el fondo constitucional, incluso de la misma integración de los grupos parlamentarios”, detalló.

Agregó que “volver a la postura que por el simple hecho de que hay grupo de diputados mayoritario, controla todos los órganos de gobierno en la Cámara. Eso es totalmente atentatorio contra la pluralidad de la convivencia civilizada, y sobre, de un entendimiento muy claro de que las fuerzas políticas, todas, tenemos derecho a participar en la dirección, del gobierno de la Cámara”.

De acuerdo con el artículo 22 de la Ley Orgánica del Congreso, el presidente de la Mesa Directiva es el presidente de la Cámara de Diputados y expresa su unidad. Garantiza el fuero constitucional de los diputados y vela por la inviolabilidad del Recinto Legislativo. Asimismo, el presidente, al dirigir las sesiones, velará por el equilibrio entre las libertades de los legisladores y de los Grupos Parlamentarios, y la eficacia en el cumplimiento de las funciones constitucionales de la Cámara; asimismo, hará prevalecer el interés general de la Cámara por encima de los intereses particulares o de grupo.

Congreso a modo

La Cámara de Diputados cuenta con 500 integrantes de los cuales tiene la mayoría Morena con 259 escaños, seguida por el PAN con 78, el PRI con 47, el PES con 29, el PT con 28 al igual que MC, en tanto que el PRD y el PVEM tienen cada uno 11 integrantes y 8 legisladores no tienen partido, además de que hay un escaño vacío.

En el noveno reporte legislativo Integralia, primer año de la LXIV Legislatura (2018-2021) observa que prevalece agenda legislativa del presidente de la República quien a pesar de que ha dejado de ser el gran legislador por el número de iniciativas que presenta (siete, de las cuales tres fueron aprobadas), el partido al que pertenece, Morena, ha presentado varias iniciativas que forman parte de la agenda del mandatario y que han absorbido buena parte del tiempo y atención política del Congreso.

Asimismo, el análisis destaca que esta legislatura tiene escaso control político del Congreso sobre el Ejecutivo. Se ha mermado la función de control que debe ejercer el Poder Legislativo sobre el Ejecutivo. Un ejemplo recurrente es el impedimento de Morena para que acudan a comparecer secretarios de Estado. Asimismo, no se aprecia un seguimiento puntual del ejercicio del gasto público, el cual presentó un subejercicio en el primer semestre de 2019.

Además, señala que hay poca influencia del Legislativo en la confección del presupuesto. “La mayoría de Morena para aprobar sola el Presupuesto de Egresos redujo la influencia de la Cámara de Diputados para modificar la propuesta del presidente de la República. Ese predominio permitió eliminar los llamados ‘moches’, es decir, la prerrogativa informal que tenían los diputados para asignar libremente recursos para proyectos de obra púbica en entidades y municipios (en ocasiones, a cambio de una ‘comisión’)”.

Según el reporte de Integralia, otra de las situaciones es que persisten las violaciones al proceso legislativo. Ello ocurrió con la aprobación de la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos, pues no se cumplió con el mandato de que la iniciativa fuera discutida de manera continua en ambas cámaras.

Otro ejemplo, que muestra el estudio, es la aprobación del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 que incumplía los requisitos técnicos y legales de la Ley de Planeación. Asimismo, han sido comunes la dispensa de trámites, la publicación de dictámenes finales fuera de los tiempos reglamentados y las convocatorias extemporáneas a comisiones.

46 por ciento de los diputados de la actual legislatura no cuentan con un título universitario, mientras que el 39 por ciento de los senadores carecen de experiencia parlamentaria previa. Se trata de la legislatura con menor calidad profesional y técnica en varias décadas. Este fenómeno es más acentuado en las bancadas de Morena, señala el análisis de Integralia.

Al tener Morena mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y sumar aliados con otros partidos que apoya las premisas de AMLO, pretenden ahora tener el control total del órgano legislativo por los dos años que restan a la actual legislatura, para ello pretenden cambiar la Ley Orgánica del Congreso General. De esta manera, cualquier equilibrio entre los poderes quedaría completamente anulado.

 

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