Hasta hace poco, el acceso al cuidado infantil en Canadá dependía en gran medida de la provincia y del bolsillo familiar. Pero fue Quebec quien, desde los años 90, demostró que un sistema universal, asequible y de calidad puede transformar la participación laboral femenina, reducir la pobreza infantil y fortalecer la economía. Hoy, ese modelo inspira una reforma federal sin precedentes.
En 1997, el gobierno provincial de Quebec lanzó un programa de cuidado infantil a bajo costo, inicialmente a 5 dólares canadienses diarios. El objetivo era claro: facilitar la participación laboral de las mujeres, reducir desigualdades y ofrecer desarrollo temprano de calidad. A casi tres décadas, el programa es ejemplo internacional.
Características del modelo quebequense:
- Guarderías subvencionadas (Centres de la petite enfance, CPE) de alta calidad, con cuotas reguladas (ahora entre 8 y 10 CAD diarios).
- Educadoras con formación profesional, sueldos dignos y baja rotación.
- Cobertura desde los 0 hasta los 5 años, antes del inicio escolar obligatorio.
- Política complementaria de licencias parentales compartidas, con subsidios durante más de 12 meses.
- Subsidios fiscales para familias que optan por cuidadores privados certificados.
Expansión federal: una política nacional en marcha
En 2021, el gobierno federal anunció un plan de 30 mil millones de dólares canadienses para replicar el modelo de Quebec en todo el país. El objetivo es alcanzar una tarifa promedio de 10 dólares diarios en todos los territorios para 2026.
Avances:
- Nueva Escocia, Manitoba, Ontario y Columbia Británica ya han reducido sus tarifas.
- Se han creado decenas de miles de nuevas plazas.
- Las provincias deben firmar acuerdos con el gobierno federal, comprometiéndose con calidad, inclusión y accesibilidad.
Datos clave
- En Quebec, la tasa de participación laboral femenina con hijos pequeños pasó de 64% en 1997 a más del 85% en 2023.
- Las familias quebequenses ahorran hasta 10,000 CAD anuales en comparación con provincias sin subsidio.
- El modelo ha generado un retorno fiscal del 1.75 por cada dólar invertido, según el Institut de la statistique du Quebec.
- Se estima que el programa redujo la pobreza infantil en la provincia en más de 15 puntos porcentuales.
Impactos sociales y económicos
- Participación laboral femenina – Québec lidera el país en inclusión laboral de madres. Muchas mujeres que antes salían del mercado laboral tras el parto hoy logran reincorporarse gracias a los CPE.
- Equidad en el desarrollo infantil – Las guarderías públicas están reguladas, supervisadas y tienen estándares pedagógicos. Esto nivela el desarrollo cognitivo y social, especialmente en comunidades vulnerables.
- Reducción de la pobreza – El acceso universal al cuidado infantil ha sido una de las políticas más efectivas para combatir la pobreza de madres solteras y mejorar la movilidad social.
“Con el subsidio, puedo pagar la guardería y seguir con mi carrera. Sin eso, habría tenido que quedarme en casa”, dice Amélie, madre en Montreal.
“Trabajo como educadora desde hace 20 años. Tengo formación, estabilidad y un salario digno. Eso se refleja en la calidad del cuidado”, comparte Lucie, trabajadora de un CPE.
“Este programa me permitió volver a estudiar. Hoy soy técnica en enfermería. Sin esa ayuda, nunca lo habría logrado”, afirma Karine, madre soltera.
Desafíos en la implementación federal
- Falta de personal capacitado: la demanda supera la oferta de educadoras en varias provincias.
- Infraestructura insuficiente: miles de familias siguen en lista de espera.
- Presiones presupuestales: algunas voces conservadoras critican el gasto, pese a los beneficios demostrados.
Lecciones para México
- Subsidios progresivos y tarifas reguladas pueden garantizar el acceso a la primera infancia sin endeudar al Estado.
- Un programa federal con implementación local permite adaptarse a las realidades regionales.
- El cuidado infantil debe ser visto como una inversión productiva y de equidad, no como un gasto asistencial.
Canadá está escribiendo una nueva historia en la política de cuidados. Inspirado en Quebec, el país avanza hacia un sistema universal que empodera a las mujeres, desarrolla a la niñez y transforma la economía. México puede mirar este ejemplo con realismo y ambición: el cuidado es también una política de crecimiento.
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