Evita que tus hijos contraigan poliomielitis, sarampión y rubéola, acude a vacunarlos

Con el propósito de alcanzar 90 por ciento de cobertura de vacunación para disminuir riesgos a la salud de infancias y adolescencias y evitar que se reintroduzcan los virus de poliomielitis, sarampión y rubéola, la Secretaría de Salud invitó a padres, tutores y cuidadores de menores llevar a vacunar a sus hijos para iniciar o completar esquemas de inmunización.

A través de la Campaña de Recuperación de Coberturas de Vacunación 2024, que inició el 1 de abril y terminará el 31 de mayo en las 32 entidades federativas, se contempla aplicar nueve millones de dosis.

Las vacunas que se suministran son poliomielitis (hexavalente); sarampión, rubéola y paperas (SRP), y sarampión-rubéola (SR), así como aquellas que previenen otras enfermedades infecciosas.

Como parte de la recuperación de la cobertura, se tiene previsto vacunar a niñas, niños y adolescentes con esquema incompleto. La dependencia sugiere a madres, padres y personas tutoras o cuidadoras presentar la Cartilla Nacional de Salud en los centros y clínicas de salud, para revisar si a sus hijas e hijos les hace falta alguna vacuna.

La Secretaría de Salud recordó que el esquema de vacunación contra sarampión es de dos dosis: la primera a los 12 meses cumplidos y la segunda a los 18 meses o los seis años, según el año de nacimiento de la persona a vacunar. Niñas y niños nacidos antes de 2022, se aplica la segunda dosis a los seis años.

Los centros de salud de las 32 entidades federativas cuentan con vacunas SRP para aplicarse a niñas y niños de uno a nueve años, y SR para adolescentes de 10 a 19 años. Estas vacunas sólo se suministran a la población de las edades referidas para iniciar o completar las dosis.

Cabe señalar que el virus del sarampión se encuentra en las secreciones mucosas de la nariz y la faringe; el contagio ocurre cuando la persona enferma tose o estornuda y las gotitas de saliva que expulsa penetran por las vías respiratorias de quienes no han sido vacunadas y que no han padecido esta enfermedad.

El virus tiene un periodo de incubación en el organismo de una a tres semanas, y la transmisibilidad se da cuatro días antes y cuatro días después de comenzar el exantema (la aparición de las ronchitas en el cuerpo).

El cuadro clínico se caracteriza por la presencia de fiebre, exantema maculopapular (manchas rojizas y elevadas sobre la superficie de la piel que se distribuyen de cabeza a extremidades) y se acompañan de irritación ocular (conjuntivitis), catarro tipo rinitis, tos y podrían observarse manchas pequeñas con centro blanco en mucosa bucal (manchas de Koplik). El exantema maculopapular permanece de cuatro a siete días y desaparece mediante descamación.

Por tratarse de una enfermedad viral, el sarampión no requiere tratamiento antibiótico, a menos que se presenten complicaciones como neumonía bacteriana. En todos los casos debe proveerse nutrición adecuada e ingesta de líquidos para prevenir casos de deshidratación.

Las complicaciones más frecuentes por sarampión son: otitis media, neumonía, laringotraqueobronquitis, encefalitis y diarrea grave.

Esta estrategia de vacunación contribuye a evitar que se registren casos autóctonos de sarampión en el país.

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