Esperanza para el Parkinson desde la nanotecnología

Una innovadora investigación realizada por académicos de la UNAM y la UAM-X podría revolucionar el tratamiento de la enfermedad de Parkinson mediante la nanotecnología.

En dos modelos in vitro, la doctora en Ciencias Bioquímicas Magdalena Guerra Crespo y su alumno de maestría, Francisco Javier Padilla Godínez, desarrollaron y probaron un dispositivo nanotecnológico capaz de liberar dopamina directamente en el cerebro. El objetivo es lograr una difusión constante de este neurotransmisor en pacientes con enfermedad de Parkinson, un padecimiento neurodegenerativo que afecta el control del movimiento muscular.

Guerra Crespo, investigadora del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, explicó que el dispositivo consiste en una matriz amorfa —sin forma definida— y porosa, de menos de 100 nanómetros. Estas estructuras a nanoescala permiten una alta capacidad de almacenamiento y liberación controlada de dopamina, sustancia que no puede administrarse directamente al paciente porque se oxida rápidamente, por lo que comúnmente se recurre a su precursor, la levodopa.

“Esta matriz tiene mesoporos, es decir, poros de entre 2 y 50 nanómetros. La maravilla es que su área superficial alcanza hasta 300 metros cuadrados por gramo, lo cual permite almacenar gran cantidad de dopamina, como si fuera una esponja”, detalló la investigadora, quien lleva más de 20 años estudiando esta enfermedad.

El estudio, realizado en colaboración con la doctora Tessy María López Goerne, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco (UAM-X), fue llevado a cabo en laboratorios de ambas instituciones. Los resultados han sido recientemente publicados en la revista científica Nanomedicine.

Actualmente, la investigación se encuentra en una etapa inicial in vitro, donde ya se comprobó la biocompatibilidad del dispositivo. El siguiente paso será probarlo en modelos animales, como ratas o ratones, mediante cirugía estereotáxica, una técnica que permite inyectar el nanoreservorio en zonas específicas del cerebro, como el estriado, donde se produce la pérdida de dopamina en los pacientes con Parkinson.

Guerra Crespo señaló que, aunque este enfoque requiere actualmente una intervención quirúrgica, el objetivo a mediano plazo es desarrollar materiales que puedan cruzar la barrera hematoencefálica sin necesidad de cirugía. Esto abriría la posibilidad de tratamientos menos invasivos y más eficientes.

El dispositivo, sintetizado por Padilla Godínez como parte de su proyecto de tesis, podría eventualmente fabricarse a la medida de cada paciente, regulando el tamaño de los poros para controlar la velocidad de liberación de la dopamina y mejorar así la calidad de vida de los pacientes.

“Estamos en la etapa preclínica. Aún faltan varios años de investigación y ensayos farmacológicos antes de pensar en una patente o su comercialización”, comentó Guerra Crespo.

El Parkinson es un trastorno neurológico progresivo que afecta a millones de personas en el mundo. Este avance, aunque todavía en fase experimental, representa una promesa en la búsqueda de tratamientos más efectivos y personalizados para combatir los efectos debilitantes de esta enfermedad.

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