¿Es bueno o malo tomar café o té?

Tomar café o té es un hábito que cada día conquista más adeptos, muchas personas se han convertido en consumidores de estas bebidas por la variedad de la preparación que hoy en día se ofrecen, pero pocos se han puesto a pensar qué tan bueno o malo es ingerir estos productos.

De acuerdo a datos de la Unidad de Medicina del Sueño del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) “Ismael Cosío Villegas”, el consumo excesivo de cafeína de forma natural a través del café o té puede ser nocivo para la salud; no obstante, en ningún es caso letal.

Sin embargo, especialistas de esta institución alertan que la ingesta de este estimulante del sistema nervioso central en forma de tabletas representa un riesgo para la vida, como ha ocurrido con deportistas que la ingirieron para mejorar su rendimiento y les ocasionó la muerte.

Una taza de café estándar contiene entre 100 y 200 mg de cafeína, por lo que un consumo saludable o no dañino puede ser de hasta cuatro tazas al día. Una dosis que pueda poner en peligro la vida tendría que ser equivalente a consumir 50 tazas de café en un lapso muy corto; las tabletas de cafeína suelen contener 100 a 200 mg de cafeína, por lo que el consumo excesivo de éstas puede ser letal.

La cafeína es una sustancia química que causa un efecto estimulante en el sistema nervioso central que aumenta el estado de alerta y mejora la función cognitiva, disminuye el tiempo de respuesta ante un estímulo externo y aumenta la capacidad motora. Es utilizada por atletas de alto rendimiento como estimulante y por sus efectos en el sistema cardiovascular.

La cafeína se encuentra en los granos de café, hojas de té, nueces de cola y vainas de cacao. De manera natural, las plantas se emplean para protegerse de algunas plagas.

El metabolismo de la cafeína natural contenida en el café dura de dos a cuatro horas y media desde que es ingerida hasta que es eliminada. La dosis saludable no tóxica e incluso beneficiosa es de entre dos y cuatro tazas al día, sin importar el tipo de café –americano o expreso–, ya que cambia el volumen, pero no la cantidad de mg de cafeína.

El consumo moderado tiene efectos benéficos para la salud: mejora la atención, la concentración y la coordinación psicomotora; estimula la liberación de dopamina y de adrenalina; incluso, tiene usos terapéuticos; por ejemplo, en recién nacidos prematuros con apnea central, se usa como promotor de la respiración, ya que ayuda a que el cerebro estimule los músculos respiratorios.

La evidencia científica muestra que la cafeína disminuye el riesgo de algunos tipos de cáncer como el de la mama, hígado y próstata; además, aumenta el metabolismo basal, es decir, ayuda al consumo de energía y, por lo tanto, a acumular menos grasa.

Cabe señalar que no es recomendable su consumo en personas que padecen insomnio, ansiedad o hipertensión mal controlada. En cambio, puede ser consumida por las personas con presión arterial adecuada.

El consumo de café puede aumentar la frecuencia cardíaca, la presión arterial y causar vasoconstricción, con el consecuente incremento de la actividad motora y sensación de inquietud. Estos síntomas desaparecen cuando el organismo elimina la cafeína.

La recomendación para quienes padecen insomnio es consumir café sólo por la mañana, para evitar que interfiera con el efecto de la adenosina, una sustancia que se acumula en el cuerpo durante el día y que es necesaria para conciliar el sueño en la noche.

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