Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), que incluyen anorexia nerviosa, bulimia nerviosa y el trastorno por atracón, representan solo una parte visible de un problema de salud mucho más amplio, comentó Karla Edith González Alcántara, académica de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Entre las prácticas peligrosas que se desarrollan con un TCA se encuentran los ayunos, las dietas restrictivas, los vómitos autoinducidos y el ejercicio excesivo para perder peso, y González advirtió que esos comportamientos generan consecuencias físicas graves, y problemas psicológicos como baja autoestima, ansiedad y depresión.
Datos de la Secretaría de Salud de 2017 indican que cada año se observan 20 mil casos de TCA en hombres y mujeres en México. A nivel mundial, un estudio de 2019 reveló que 13.6 millones de personas han experimentado un TCA en algún momento de su vida. Esas cifras demuestran que los TCA no son un problema menor.
La experta comentó que la anorexia nerviosa se caracteriza por un rechazo extremo a comer y una restricción severa de dieta, lo que causa extrema delgadez y percepción alterada del cuerpo; mientras que la bulimia nerviosa son episodios de ingesta excesiva de alimentos seguidos de comportamientos compensatorios.
Karla Edith González destacó que la situación respecto a los TCA es especialmente preocupante entre los adolescentes y añadió que el reporte “Prevalencia de conductas alimentarias de riesgo en adolescentes mexicanos: Ensanut Continua 2022” reveló que el 1.6 por ciento de los adolescentes en México están en alto riesgo de desarrollar un TCA.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2022, 45.7 por ciento de los jóvenes reportó haber comido en exceso al menos una vez en los últimos tres meses, 35 por ciento se mostró preocupado por aumentar de peso, 23.4 por ciento perdió el control sobre lo que comía, 11.5 por ciento dijo hacer ejercicio intenso para bajar de peso.
La experta también afirmó que “debemos sensibilizar a la población respecto a que estos problemas de salud mental también necesitan tratamiento”, y enfatizó que las consecuencias de los TCA son devastadoras, pues van desde cansancio y problemas en la piel hasta anemia, osteoporosis y, en casos extremos, infartos.
González compartió que, pese a los esfuerzos para reducir y prevenir los TCA mediante campañas informativas y diversos tratamientos, esos trastornos siguen en aumento. Además, los TCA son una de las alteraciones mentales con mayor tasa de recaídas, debido en gran parte al estigma que existe en torno a la salud mental.
“Así como vamos al médico cuando algo nos duele, es importante acudir al psicólogo cuando necesitamos resolver o superar cuestiones que no van a sanar solas”, afirmó González Alcántara y también pidió a los padres estar atentos a la alimentación de sus hijos y a posibles conductas compensatorias, para actuar a tiempo.
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