Aumentan alertas por influenza en México


A mediados de diciembre, cuando la temporada de frío ya se hace sentir en hospitales y consultorios, la influenza volvió a colocarse en el centro de la conversación pública. No se trata de un virus nuevo ni de una emergencia desconocida, sino de una variante específica de la influenza A(H3N2), identificada por especialistas como subclado K, que en los últimos meses ha comenzado a circular con mayor fuerza en distintos países y que ya fue detectada en México. Su aparición no implica, por ahora, un cambio radical en el comportamiento de la enfermedad, pero sí ha encendido alertas entre autoridades sanitarias por su capacidad de propagación y por las dudas que plantea sobre la efectividad de la vacuna actual.

La influenza es un virus respiratorio que cada año causa millones de contagios en el mundo y miles de muertes, sobre todo entre personas mayores, niños pequeños y quienes padecen enfermedades crónicas. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de los subtipos que históricamente genera temporadas más intensas es el A(H3N2), responsable de un mayor número de hospitalizaciones en adultos mayores. El llamado subclado K es, en términos sencillos, una “rama” más reciente de ese mismo virus, que ha sufrido pequeñas modificaciones genéticas con el paso del tiempo. Estos cambios no lo vuelven automáticamente más peligroso, pero sí pueden facilitar su transmisión o reducir parcialmente la protección que ofrece la vacuna.

Desde el verano, los sistemas internacionales de vigilancia comenzaron a detectar un crecimiento acelerado de este subclado. La OMS informó que, a partir de agosto, el A(H3N2) subclado K incrementó su presencia en muestras analizadas en Europa, América del Norte y Asia, hasta convertirse en uno de los virus predominantes del hemisferio norte durante el otoño. El organismo ha subrayado que, aunque se han observado diferencias genéticas con la cepa incluida en la vacuna de esta temporada, no hay evidencia de que esté asociado con una mayor gravedad clínica o un aumento en la letalidad.

En la región de las Américas, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió alertas técnicas para reforzar la vigilancia epidemiológica y la capacidad de diagnóstico de influenza, ante el incremento sostenido de A(H3N2) en varios países. La OPS ha insistido en que la vacunación sigue siendo fundamental para reducir hospitalizaciones y muertes, aun cuando la protección frente a la infección pueda ser menor.

En México, la situación comenzó a tomar forma pública en la segunda semana de diciembre. La Secretaría de Salud confirmó la detección del primer caso de influenza A(H3N2) subclado K en el país, identificado mediante estudios de laboratorio especializados realizados en instituciones federales de salud. El paciente evolucionó de manera favorable y no requirió hospitalización, según informaron las autoridades sanitarias, lo que ayudó a moderar la alarma inicial.

El hallazgo ocurrió en un contexto de aumento general de influenza, típico de la temporada invernal. De acuerdo con los reportes epidemiológicos federales más recientes, hasta mediados de diciembre el A(H3N2) representaba alrededor de una sexta parte de los casos confirmados de influenza en México, mientras que otros subtipos, como el A(H1N1), continuaban circulando de manera importante. Esto indica que el subclado K aún no es dominante, pero su presencia obliga a fortalecer la vigilancia y el seguimiento de su posible expansión.

Para el sistema de salud, el principal riesgo no es una nueva enfermedad desconocida, sino la presión que una temporada intensa de influenza puede ejercer sobre hospitales y clínicas. La Secretaría de Salud ha recordado que, históricamente, las temporadas dominadas por A(H3N2) se asocian con más consultas, más hospitalizaciones y mayores complicaciones en adultos mayores, por lo que ha reiterado el llamado a vacunar de manera prioritaria a personas en situación de riesgo.

Uno de los puntos que más dudas genera entre la población es la vacuna. La OMS y la OPS han sido claras: aunque el virus circulante presenta diferencias con la cepa incluida en la formulación actual, la vacunación sigue siendo la herramienta más eficaz para prevenir formas graves de la enfermedad. La vacuna puede no impedir todos los contagios, pero reduce de manera significativa el riesgo de hospitalización y muerte, especialmente en personas mayores y con enfermedades crónicas.

Para la población en general, el mensaje no difiere mucho del de otros inviernos, aunque cobra especial relevancia. Las autoridades sanitarias recomiendan no automedicarse, acudir a valoración médica ante síntomas como fiebre alta, dolor muscular o dificultad para respirar, y mantener medidas básicas de prevención como el uso de cubrebocas en espacios cerrados y el aislamiento durante la enfermedad.

El subclado K de la influenza A(H3N2) no representa, al menos por ahora, una amenaza fuera de control para México. Su llegada es una llamada de atención sobre la importancia de la vigilancia epidemiológica, la vacunación oportuna y la comunicación clara con la población. Como han señalado la OMS y la Secretaría de Salud, la diferencia no estará en el virus, sino en la capacidad de respuesta para evitar que una enfermedad conocida se traduzca en una carga mayor para el sistema de salud durante el invierno.

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