En los libros de historia suelen figurar héroes, caudillos, militares y presidentes. Rara vez se mencionan a las mujeres que también gestaron, defendieron y modelaron esta nación. Desde la cosmovisión azteca donde lo femenino era principio de vida y muerte, hasta las ministras, científicas y activistas del México contemporáneo, el papel de la mujer ha sido protagónico, aunque frecuentemente invisibilizado.
La historia de México, contada desde sus mujeres, no es solo más justa, sino más completa.
Mujeres originarias: sabias, guerreras y madres de civilización
En el México prehispánico, la mujer no era secundaria. En el mundo mexica, por ejemplo, las mujeres podían ser guerreras (como las cihuateteo), sacerdotisas, curanderas, parteras y comerciantes. Tonantzin, diosa madre, era símbolo de fertilidad y divinidad femenina. María Elisa Velázquez, investigadora del INAH, señala que “en muchas culturas originarias, las mujeres eran piezas clave en la estructura comunitaria”.
La Virgen de Guadalupe: madre espiritual de una nación
La aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531 no solo consolidó el mestizaje espiritual de México, sino que ofreció a un pueblo vencido una nueva figura maternal de esperanza. Como ha señalado el historiador Jean Meyer, “Guadalupe fue la primera bandera de la identidad nacional”. Su imagen encabezó batallas, independentistas y revoluciones. Es la síntesis del pueblo mexicano: indígena, madre, protectora, guía.
Las mujeres de la independencia: mucho más que “La Corregidora”
Josefa Ortiz de Domínguez fue una pieza clave, pero no la única. Leona Vicario, María Ignacia Rodríguez de Velasco (la Güera Rodríguez), Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín, y otras muchas mujeres financiaron, planearon y apoyaron la lucha por la Independencia. La historiadora Guadalupe Jiménez Codinach afirma que “sin el trabajo de espionaje, logística y protección que ellas brindaron, muchos planes hubieran fracasado”.
Leona Vicario no solo arriesgó su fortuna, sino su libertad. Fue encarcelada, interrogada y jamás delató a sus compañeros insurgentes.
Las soldaderas de la Revolución: entre el fusil y la olla
Durante la Revolución Mexicana, decenas de miles de mujeres participaron como soldaderas, enfermeras, cocineras, periodistas o incluso comandantas. Carmen Serdán organizó una insurrección en Puebla antes que Madero saliera de San Luis. Juana Belén Gutiérrez de Mendoza escribió panfletos incendiarios contra Porfirio Díaz. Hermila Galindo fue pionera en exigir el voto para la mujer.
Y sin embargo, como apunta la investigadora Gabriela Cano, “el relato oficial las relegó al papel romántico o folclórico, cuando fueron motor real del cambio social”.
Del voto a la voz: mujeres en la política, la ciencia y el arte
No fue sino hasta 1953 cuando las mujeres mexicanas obtuvieron el derecho al voto. Desde entonces, han conquistado espacios clave. Rosario Castellanos, escritora, diplomática y feminista, dijo con agudeza: “Ser mujer y mexicana es una doble sentencia de invisibilidad”. Pero esa sentencia está siendo revocada.
Elvia Carrillo Puerto, precursora del sufragio; Amalia González Caballero, primera embajadora mexicana; Griselda Álvarez, primera gobernadora del país; y hoy senadoras, ministras, astronautas, empresarias y científicas, configuran un México que ya no puede escribirse sin ellas.
Luchas actuales: feminismo, justicia y equidad
En el siglo XXI, los movimientos feministas han sacudido las estructuras sociales. Desde #NiUnaMenos hasta la exigencia de justicia para mujeres desaparecidas, la lucha femenina hoy continúa, enfrentando feminicidios, brechas salariales y violencia institucional. Según datos del INEGI, 7 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia.
Y aun así, se levantan. Mujeres jóvenes y mayores siguen exigiendo respeto, vida y equidad.
La historia de México no se entiende sin sus mujeres
La historia de México tiene nombre de madre, hermana, esposa, combatiente, pensadora, obrera y soñadora. Es momento de reescribir la historia no solo en los libros, sino en la conciencia colectiva.
Como diría la poeta Dolores Castro: “La Patria es una mujer que nunca dejó de resistir, aunque nadie la nombrara.”
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