Ser madre y trabajar, el mayor reto

“Es indispensable la empatía entre mujeres, si unas tienen mejores puestos que otras o si tienen empresas deben ponerse en el lugar de otras y apoyarlas”, aseguró Karen Montesinos Robles, contadora y madre soltera.


Trabajo y maternidad


Aunque el rezago laboral que sufren las mujeres ha disminuido, aún hacen falta diversos cambios y acciones para lograr que las mujeres puedan tener un crecimiento laboral, familiar y personal óptimo. De acuerdo con el informe “Mujer, Empresa y el Derecho 2019: Década de Reformas”, elaborado por el Banco Mundial, internacionalmente a las mujeres sólo se les reconocen apenas tres cuartas partes de los derechos legales de los que gozan los hombres.

“El cambio está ocurriendo, pero no lo suficientemente rápido… si las mujeres tuvieran igualdad de oportunidades para desarrollar todo su potencial, el mundo no sólo sería mas justo, sino también más próspero”, comentó Kristalina Georgieva, presidenta interina del BM, respecto a la situación laboral de las mujeres.

En el reporte también se especificó que más de 2 mil 700 millones de mujeres en todo el mundo siguen siendo limitadas y discriminadas en los empleos, y los hombres siguen siendo considerados para puestos de altos rangos más que una mujer.

Maternidad y acoso sexual, principales retos para mujeres

La maternidad y el acoso sexual, son algunos de los principales problemas con los que tienen que lidiar las mujeres, durante los últimos años se han establecido leyes y reformas, que buscan dar prioridad a la maternidad de la mujer; sin embargo, el acoso sexual laboral sigue sin ser castigado.

En México se prohibió despedir a mujeres embarazadas y el Senado modificó la Ley Federal del Trabajo, concediendo a las madres una semana más de descanso antes y después del parto, siete semanas antes y siete después del parto de sus hijos. Sin embargo, Judith Domínguez Torres, psicóloga y pedagoga, aseguró que el verdadero problema surge cuando los niños crecen y las madres no tienen tiempo ni para sus hijos, ni para ellas.

“Las mujeres, y más las madres solteras, están tan cansadas de trabajar jornadas de 8 horas y llegar a sus casas a seguir trabajando con las labores del hogar”, indicó Domínguez Torres y recalcó que es la razón por la que las mujeres viven agotadas y no tienen un desarrollo sano, familiar, personal o labora.

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De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), de enero de 2016 a septiembre de 2018 se denunciaron 399 casos de hostigamiento y abuso sexual, con 402 víctimas (94.52% de las víctimas fueron mujeres) y sólo en 1% de los casos se castigó laboral y legalmente al agresor.

Karen, la prueba de que sí se puede

Karen Montesinos Robles es madre soltera, su primer hijo, Matías, llegó cuando Karen tenía 17 años y 3 años más tarde nació Carolina. Luego de seis años junto al padre de sus hijos, a los 23 años de edad, Karen decidió abandonar esa vida, llena de violencia y malos tratos, y decidió volver a la casa de su madre, de la que se había ido cuando se juntó con su expareja.

“Trabajar, ser mamá y estudiar, es lo más difícil que he hecho; sin embargo, en los primeros trabajos que tuve me permitían atender mi labor de madre, pues mis hijos eran pequeños, tenían 10 y 7 años”, pues Karen tuvo que empezar a trabajar para poder pagar los gastos de sus hijos y la escuela. Montesinos Robles calificó como una bendición que sus primeras jefas fueran mujeres, pues entendían sus responsabilidades de madre.

“Es indispensable la empatía entre mujeres, si unas tienen mejores puestos que otras, si tienen empresas o son dueñas de negocios deben ponerse en el lugar de otras y apoyarlas, nosotras tenemos que ser las primeras en hacer el cambio”, explicó la contadora y madre soltera.

Karen Montesinos aseguró que el mayor problema de ser madre y trabajar al mismo tiempo es el tiempo que pierdes a lado de tus hijos, pues “tienes que decidir, si quieres ver a tus hijos crecer o darles una vida digna”, explicó que aunque ahora existe mayor flexibilidad para las madres, aún falta mucho trabajo. “Soy contadora en el mismo despacho y aunque he tenido la oportunidad de crecer no todas las mujeres tienen la misma suerte, pues siguen siendo discriminadas de muchos puestos de primer nivel”, comentó.

Actualmente, Karen tiene 39 años y sus hijos tienen 22 y 19 años, y aunque no fue fácil llegar hasta donde hoy, ella sabe que tiene que seguir creciendo, valorando a su familia y abriéndole puertas a mujeres, que como ella, inician desde abajo y con historias difíciles, pues “si como mujeres no apoyamos el crecimiento de otras, nunca podremos construir un México que promueva la equidad de género”.

 

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