La Generación Z y el dinero

Los jóvenes nacidos entre 1995 y 2012 —la Generación Z— comenzaron su vida laboral en el peor escenario económico en décadas:

  • inflación global,
  • desigualdad creciente,
  • costos de vivienda inalcanzables,
  • mercado laboral saturado,
  • informalidad especialmente en México,
  • educación superior costosa,
  • crisis climática que afecta sectores productivos,
  • automatización que amenaza empleos tradicionales.

A pesar de ser la generación más educada y más conectada de la historia, es también la que enfrenta el mercado laboral más incierto.

De acuerdo con el Inegi, el 58.8% de los jóvenes de 15 a 29 años trabaja en la informalidad, sin seguridad social ni estabilidad.
Y según la OCDE, la generación Z será la primera en un siglo que podría vivir peor que sus padres en ingresos y movilidad social.

Sin embargo, lejos de rendirse, la Gen Z está redefiniendo cómo trabajar, cómo consumir y cómo administrar el dinero.

La inserción laboral más difícil en 30 años

Los jóvenes mexicanos reciben sus primeros sueldos en promedio entre $6,500 y $10,000 pesos, según datos de Expansión y Manpower.
Muchos tienen título universitario, pero aun así:

  • viven en casa de sus padres,
  • no pueden ahorrar,
  • no acceden a vivienda propia,
  • postergan matrimonio e hijos,
  • tienen dos empleos o combinan formal + freelance.

La precariedad no es un estereotipo: es una realidad estructural. Testimonio de Tania, 23 años, recién egresada: “Estudié cuatro años, hice servicio, hablo inglés… y mi primer sueldo fue de $7,200. ¿Cómo se supone que voy a vivir sola con eso?” El trabajo es un derecho y también un deber, pero debe ser digno Para la Gen Z, el problema no es trabajar, sino que el trabajo no alcanza.

Flexibilidad, equilibrio y salud mental: las nuevas prioridades

A diferencia de los boomers —que vivían para trabajar— y de la Gen X —que sacrificaba todo por estabilidad—, la Gen Z busca: equilibrio vida–trabajo, horarios flexibles, trabajo remoto o híbrido, tiempo personal, ambientes libres de violencia laboral, apoyo a salud mental, empresas con valores claros.

De acuerdo con Deloitte 2024:

  • 86% de la Gen Z considera esencial tener propósito en su trabajo.
  • 74% evalúa la ética y responsabilidad social antes de aceptar un empleo.

“No quiero un trabajo que me mate a los 30. Quiero vivir.” — Iván, 21 años, Guadalajara

Rotación rápida: si una empresa no respeta, se van

Los jóvenes no toleran:

  • micromachismos,
  • abusos de poder,
  • humillación,
  • sueldos absurdamente bajos,
  • liderazgo autoritario,
  • corporativos sin propósito social.

Una encuesta de Gallup 2023 reveló que la Gen Z “tiene la rotación más alta de cualquier generación”. Esto obliga a empresas mexicanas a repensar liderazgo y clima organizacional.

Emprendimiento: el camino forzado (pero también deseado)

México es uno de los países con más emprendimiento juvenil. Razones:

  • necesidad económica,
  • influencia de redes sociales (creadores, influencers, micronegocios),
  • baja expectativa de movilidad laboral,
  • plataformas que bajan barreras de entrada (Instagram, TikTok, Shopify).

Entre los 18 y 29 años:

  • el 21% tiene un emprendimiento propio,
  • y otro 35% quiere iniciar uno (INEGI, 2024).

Ejemplos frecuentes:

  • venta de ropa de segunda mano,
  • repostería,
  • arte digital,
  • marketing freelance,
  • cosmética,
  • servicios creativos,
  • productos personalizados.

“Tengo un trabajo formal que me paga poco, pero mi tienda en Instagram me da el doble.”
Abdi, 25 años, emprendedor Su espíritu emprendedor encarna el valor de subsidiaridad: la capacidad de generar soluciones desde abajo cuando las estructuras fallan.

La Gen Z cambió el mercado mexicano:

a) Investigan antes de comprar

  • leen reseñas,
  • comparan precios,
  • buscan transparencia,
  • detectan empresas falsas o engañosas.

El 70% consulta TikTok antes de comprar un producto (Estudio McKinsey, 2024).

b) Prefieren marcas éticas y sostenibles

  • productos cruelty-free,
  • negocios locales,
  • marcas con causas,
  • comercio justo.

La Gen Z está dispuesta a pagar un poco más por productos alineados con sus valores ambientales y sociales.

c) Compran en línea, pero no impulsivamente

Son compradores digitales, pero cautos:
se fijan en reputación, seguridad y costo-beneficio.

Finanzas personales: estrés, disciplina y pragmatismo

Aunque enfrentan uno de los peores contextos económicos, la Gen Z está desarrollando buenos hábitos financieros.

Datos clave del Bank of America (2025):

  • 53% siente que no gana suficiente para vivir.
  • 55% no tiene fondo de emergencia para 3 meses.
  • 64% recortó gastos en el último año.
  • 72% tomó medidas concretas para mejorar sus finanzas.
  • 39% recibe apoyo económico de familiares (menos que hace 2 años).
  • 48% cree que su situación financiera mejorará pronto.

Esto muestra responsabilidad, austeridad y esperanza, incluso en medio de la precariedad.

¿Qué hacen para sobrevivir?

  • viven con padres más tiempo,
  • dividen renta con amigos,
  • comen en casa,
  • buscan ofertas,
  • hacen freelancing,
  • venden cosas online,
  • compran segunda mano.

“No soy coda. Soy joven en este país.” — Laura, 24 años, CDMX

La vivienda: el sueño inalcanzable

El acceso a vivienda es el mayor reto económico de la Gen Z:

  • salarios bajos,
  • rentas altas,
  • créditos inaccesibles,
  • aumento del 40% en los últimos 5 años (urbanización acelerada).

Según Infonavit:

  • la población que renta es más joven,
  • la compra de vivienda está retrasada hasta los 35 años o más,
  • los jóvenes no cumplen requisitos de crédito temprano.

Esto los obliga a permanecer en casa de sus padres, opción cada vez más normalizada.

La informalidad: un laberinto sin salida clara

La informalidad golpea especialmente a jóvenes mexicanos:

  • falta de seguridad social,
  • salarios variables,
  • jornadas largas,
  • cero derechos laborales.

Esta realidad contradice el hecho de que el trabajo debe ser camino de dignidad, no de explotación.

“Trabajo en un call center, hago freelance, y aún así no alcanza. Pero intento no perder la esperanza: mis papás me enseñaron a luchar.” — Ricardo, 22 años, estudiante y trabajador informal Su historia representa a millones.

La Generación Z:

  • enfrenta precariedad laboral,
  • sufre altos costos de vida,
  • cambia de empleo constantemente,
  • emprende por necesidad y convicción,
  • consume con conciencia,
  • maneja su dinero con disciplina,
  • aspira a estabilidad, propósito y dignidad.

Esta generación no es frágil: es resiliente y profundamente ética. Su visión del trabajo está alineada con el humanismo:

  • dignidad humana,
  • bien común,
  • solidaridad,
  • justicia social,
  • subsidiaridad.

México necesita escuchar a estos jóvenes, porque su forma de enfrentar la adversidad no solo revela los problemas estructurales del país, sino también el camino para superarlos: trabajo digno, salarios justos, empresas humanas, políticas públicas que confíen en la juventud y una economía al servicio de la persona, no al revés.

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