En un mundo marcado por el discurso del odio y la violencia, el deporte se muestra como una ventana para conectar con otros. La práctica deportiva no solo trae beneficios físicos y de salud, también se convierte en una herramienta que ayuda a los distintos aspectos sociales y de formación humana, los cuales son fundamentales para el crecimiento personal y comunal.
Es por ello que desde jóvenes, a quienes practican algún deporte, se les explica la importancia de la sana competencia y del “fair play”, se recalca que el objetivo no se limita únicamente a ganar, sino a disfrutar del proceso y se fomenta la entrega de tu cuerpo y mente a la ejecución de alguna actividad deportiva como entretenimiento en momentos de ocio y como trabajo en la mejora individual. Por lo tanto, surge la duda, ¿cuales son estos valores y cómo es que estos aportan al desarrollo individual?
- Responsabilidad: El deporte aporta al desarrollo de la conciencia sobre las responsabilidades en nuestro día a día. La práctica deportiva implica la lucha por alguna meta, ya sea individual o colectiva, lo cuál favorece el reconocimiento y compromiso con las actividades y objetivos de la vida diaria.
- Honestidad: Las disciplinas deportivas siempre buscarán ser justas, inculcando a sus practicantes un sentido de honestidad ante cualquier situación. Dicho sentido de justicia debe ser aplicado en cuestiones de la vida diaria, aportando al mejoramiento de la comunidad.
- Esfuerzo y Perseverancia: La práctica deportiva promueve la lucha por cumplir objetivos y metas, inculca el deseo por siempre mantenerse persistente en conseguir lo deseado, hábito vital para la mejora personal.
- Respeto: El respeto es uno de los valores más importantes del deporte, es la esencia del juego limpio y del tan conocido “Fair Play”. Es probablemente el valor primordial, puesto que derivado de este se genera un reconocimiento apropiado a los otros y a uno mismo, dando como resultado una individualidad y una comunidad pacífica.
- Trabajo en equipo: El deporte le brinda a quienes lo practican el don de poder interrelacionarse y colaborar de manera adecuada con otros, tanto en las mejores como en las peores circunstancias. Es una virtud invaluable en el día a día, puesto que siempre nos encontraremos con situaciones que requieran de la cooperación de la comunidad para la mejora conjunta.
- Humildad: La práctica deportiva también ofrece a sus practicantes la sensatez a la hora de competir; se trata de no poner la vanidad por encima del juego limpio y de entender que la victoria dentro del campo no quita ni aumenta el valor de un individuo.
En este sentido, la práctica deportiva se convierte en algo que va más allá de lo competitivo. Si bien la victoria es un motor que impulsa, reducir el deporte únicamente a ganar a toda costa puede deformar la esencia de este mismo. Hoy en día se debate cada vez más sobre la necesidad de mirar al deporte no solo como una carrera por medallas o trofeos, sino como una experiencia recreativa y formativa que contribuye al desarrollo mental de los individuos.
El triunfo deportivo, entonces, no debe medirse únicamente en puntos o en títulos, sino en la capacidad de aplicar los valores aprendidos dentro y fuera del campo. Porque al final, el verdadero logro del deporte está en formar seres humanos más responsables, honestos, perseverantes, respetuosos, solidarios y humildes.
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