En lugar de trueque, la Casa de Moneda

El trueque era utilizado por los indígenas lo que limitaba a los españoles para realizar transacciones económicas y comercio con Europa. Traer las monedas desde España resultaba muy caro y riesgoso, por lo que con el permiso real se fundó la Casa de Moneda de México el 11 de mayo de 1535 convirtiéndose así en la primera en existir en América.


Casa de Moneda de México


Cuando los españoles llegaron a lo que hoy es México se maravillaron por las riquezas que encontraron, sin embargo, el uso que le daban los naturales de estas tierras era muy distinta a la que ellos acostumbraban, toda vez que aquí utilizaban el trueque y no la moneda acuñada para las actividades comerciales.

El sistema monetario fue introduciéndose poco a poco en el Nuevo Mundo. En un inicio, los metales preciosos fueron enviados a España y la Casa de Moneda sevillana emitía el dinero, pero éste resultaba insuficiente además de que en el traslado del viejo continente a las tierras conquistadas resultaba costoso y riesgoso, lo que hacía que su precio se incrementara.

Debido a estas dificultades y buscando aprovechar los recursos naturales como el oro que había en las tierras conquistadas, algunos españoles se dieron a la tarea de fundir artesanalmente el oro, que en muchas ocasiones era mezclado con otros metales, lo que generó un desorden que Hernán Cortés buscó solucionar. Para ello en 1521 estableció una casa de fundición en Coyoacán en la que se comenzaron a fundir monedas con el sello del Rey y bajo la supervisión de oficiales de la Corona española, pagándose un impuesto por esta actividad.

En 1535 llegó a la Nueva España Antonio de Mendoza, quien fuera por algún tiempo tesorero de la Casa de Moneda de Granada, y a quien la Corona le encomendó a través de una cédula real crear una casa de moneda en el territorio recién conquistado.
El lugar donde se alojó por primera vez la Casa de Moneda fue la parte trasera del predio conocido como las “casas viejas” de Moctezuma, donde hoy se aloja el Nacional Monde de Piedad. En 1569, el rey Felipe II ordenó la construcción de instalaciones adecuadas para la Real Casa de Moneda dentro del perímetro del actual Palacio Nacional, frente a la calle que por ese motivo fue nombrada Moneda.

La historiadora Guadalupe Lozada destaca que dicho edificio fue “construido hacia 1731 en lo que fuera parte del Palacio Virreinal y destinado específicamente para albergar a la Casa de Moneda, este magnífico edificio de tezontle y cantera ostenta en su portada principal una de las mejores muestras del preciosismo de la arquitectura civil novohispana y está flanqueada por columnas con cartelas enroladas. Un balcón señorial, propio de las construcciones dieciochescas, destaca al centro rodeado de relieves vegetales y conchas. En la parte superior, el escudo nacional suple al original medallón de Felipe V, quien fuera rey de España”.

Un dato que importante a destacar es que la Casa de Moneda operó como una concesión de particulares, hasta que en 1733 se incorporó a la Real Hacienda.

Un salto a la actualidad

En la actualidad, la Casa de Moneda de México es un órgano descentralizado del Gobierno Federal mexicano, dependiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Es responsable de acuñar las monedas de curso legal en el país, conforme a las características y denominaciones que establezcan los decretos del Congreso de la Unión y a las órdenes de acuñación del Banco de México, de acuerdo a la Ley de la Casa de Moneda de México.

En 1970 la Casa de Moneda se trasladó a una nueva sede en la calzada de Legaria, en la Ciudad de México, donde funcionó hasta 1999. Actualmente las monedas se acuñan en una moderna planta construida en 1983, en San Luis Potosí.

Hoy en día la Casa de Moneda tiene la misión de acuñar y comercializar monedas y medallas, a través de procesos que cumplan con estándares de calidad para Banco de México e instituciones públicas y privadas, nacionales e internacionales, basadas en la experiencia y responsabilidad de quienes la integran.

Su visión es la de ser una entidad reconocida por su alta eficiencia, por la calidad e innovación de sus productos en un ambiente colaborativo basado en la experiencia, capacidad y valores del personal que la integran.

La Casa de Moneda de México cuenta con avanzada tecnología para la fabricación de cospeles (piezas metálica lisa preparada para grabar el anverso y el reverso en la acuñación de monedas), monedas de cuño corriente y medallas conmemorativas en metales finos e industriales. Así como piezas personalizadas que se diseñan y fabrican de acuerdo a las especificaciones del cliente, estando al alcance del público en general.

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