Cuando el cáncer destruye, la reconstrucción devuelve la esperanza

Cada tercer miércoles de octubre se conmemora en México el Día Nacional de la Reconstrucción Mamaria, fecha que busca visibilizar el derecho de las mujeres a acceder a cirugías reconstructivas tras una mastectomía por cáncer de mama, promover el acompañamiento integral y sensibilizar a la sociedad sobre el carácter médico, emocional y social de esta intervención. La reconstrucción mamaria es un eslabón esencial en el proceso de recuperación, tanto en hospitales públicos como privados en el país.

La conmemoración conocida internacionalmente como Bra Day o Día Internacional de la Reconstrucción Mamaria fue promovida en 2011 por la Universidad de Toronto para sensibilizar sobre el acceso a la reconstrucción tras mastectomía. En México, el Día Nacional sobre la Reconstrucción Mamaria fue decretado oficialmente en 2020, y se celebra cada tercer miércoles de octubre mediante publicación en el Diario Oficial de la Federación. 

El propósito de esta efeméride es destacar que la reconstrucción no es un capricho estético, sino un componente del tratamiento oncológico integral, pues forma parte de la rehabilitación física y emocional de las pacientes. 

En México, instituciones como el IMSS, ISSSTE y la Secretaría de Salud han incorporado mecanismos para ofrecer reconstrucción mamaria —por ejemplo, el IMSS organiza jornadas con prótesis mamarias gratuitas en octubre de 2024. Además, fundaciones como REBICAM Guanajuato realizan campañas altruistas para ofertar reconstrucciones gratuitas a mujeres de escasos recursos. 

No obstante, el acceso aún es muy desigual: se estima que solo entre el 10 % y el 30 % de las mujeres que reciben mastectomía optan por o pueden acceder a la reconstrucción en México. En algunas regiones, se reporta que apenas el 3 % de las pacientes tienen acceso efectivo a este procedimiento en hospitales públicos. 

Importancia médica y emocional

Tipos de reconstrucción

Hay dos grandes modalidades:

  • Reconstrucción con implantes: se colocan implantes de silicona o solución salina, a menudo tras el uso de expansores tisulares. 
  • Reconstrucción con tejido autólogo (colgajos): se toma tejido del abdomen, espalda u otras zonas para reconstruir la mama sin implantes. 

Respecto al momento de la reconstrucción, puede ser:

  • Inmediata: se lleva a cabo al mismo tiempo que la mastectomía (o poco después), beneficiando la conservación de piel y contorno. 
  • Diferida o tardía: después de completar los tratamientos oncológicos, como quimioterapia o radioterapia. 

Es importante resaltar que la radioterapia impone retos técnicos: puede afectar la piel y el tejido, aumentar riesgo de complicaciones y modificar la elección de reconstrucción. 

Cada técnica tiene sus riesgos: infección, cicatrización lenta, simetría desigual, contractura capsular (tejido cicatricial que comprime el implante), ruptura del implante, etc. En algunos casos puede ser necesaria una cirugía futura para reemplazar implantes o modificar resultados. 

Beneficios psicológicos

Más allá del aspecto físico, la reconstrucción mamaria contribuye a:

  • Recuperar autoestima e identidad corporal, reforzando la sensación de integridad después del trauma.
  • Mejorar la calidad de vida, al reducir secuelas emocionales como la depresión, la ansiedad o la sensación de incompletitud.
  • Fortalecer el acompañamiento social y familiar, pues muchas veces el apoyo psicológico es tan importante como la intervención médica.

Según el Instituto Nacional de Salud de México, “la reconstrucción mamaria fortalece la salud mental y el bienestar de las mujeres”. 

Un estudio en un hospital del ISSSTE en la Ciudad de México encontró que las pacientes que recibieron reconstrucción temprana o inmediata reportaron niveles menores de ansiedad comparadas con las que esperaron más tiempo. 

Sin embargo, no todas las mujeres optan por reconstrucción, y eso también debe respetarse. Un estudio publicado en Annals of Surgical Oncology reveló que casi el 75 % de las mujeres que eligieron “quedar planas” (sin reconstrucción) estaban satisfechas con su decisión, aunque cerca del 25 % afirmaron que no recibieron apoyo médico para esa opción. 

Datos y estadísticas

  • En México, el cáncer de mama es la neoplasia maligna más frecuente en mujeres, y en 2024 se espera que más de 20,000 casos sean diagnosticados. 
  • En estudios clínicos del país, la reconstrucción inmediata solo alcanza el 13.5 % de los casos frente a 86.5 % de reconstrucciones diferenciadas. 
  • En hospitales públicos mexicanos, se estima que solo una tercera parte de las mujeres que podrían recibir reconstrucción la obtienen efectivamente, debido a limitaciones institucionales y de recursos. 
  • En algunas localidades, solo el 3 % de las mujeres con mastectomía acceden a la reconstrucción en hospitales del sector salud pública. 
  • En casos que requieren radioterapia, de 97 pacientes con reconstrucción retrospectiva estudiadas, solo unas pocas fueron retiradas del proceso reconstructivo por condiciones adversas de piel. 

“Cuando me dijeron que tenía cáncer de mama, mi mundo cambió. Tras la mastectomía me sentí mutilada, no solo físicamente, sino en mi autoestima. Años después, pude tener reconstrucción gracias a una fundación, y ese momento fue como renacer: mirarme al espejo sin sentirme rota.” — Nora, sobreviviente de cáncer de mama en Guanajuato.

Este tipo de relatos no son aislados. Muchas mujeres dicen sentirse “incompletas” tras la mastectomía, y describen que la reconstrucción les devuelve no solo un cuerpo, sino dignidad. 

Dr. Lázaro Cárdenas, cirujano plástico miembro de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, ha señalado que “la reconstrucción no es peligrosa si se realiza en lugares certificados y con médicos calificados” y que el uso de tejido de la paciente misma puede reducir riesgos. 

Dra. Bertha Torres, secretaria nacional de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética, afirma que no debe considerarse la reconstrucción como un lujo, sino como un paso médico esencial: “la cirugía reconstruye la autoimagen y la seguridad interna de la mujer”. 

Reconexión institucional – REBICAM Guanajuato (organismo altruista) trabaja campañas de reconstrucción gratuita en colaboración con el sistema de salud estatal, porque “consideramos la reconstrucción como parte integral del tratamiento oncológico” y como vía para reintegrar socialmente a las mujeres afectadas. 

Actividades y campañas

Durante Octubre Rosa, campañas de concientización aprovechan el tirón mediático para difundir información sobre reconstrucción mamaria.

  • El IMSS lanzó en octubre de 2024 una Segunda Jornada Nacional de Cirugías con prótesis mamarias, con 20 intervenciones gratuitas programadas. 
  • En 2024, medios locales informaron que en hospitales públicos la oferta de reconstrucción era casi inexistente, con cobertura estimada del 3 %. 
  • Colectivas de apoyo y fundaciones (como Fundación ALMA, Voluntarias Contra el Cáncer) acompañan casos de alta vulnerabilidad económica, conectando pacientes con clínicas donantes o subsidios. 
  • En Guanajuato, REBICAM organiza jornadas anuales que apoyan mujeres sin recursos para realizar reconstrucciones posmastectomía. 

Estas actividades incluyen orientación médica, difusión de derechos, talleres psicológicos y logística para que las pacientes puedan trasladarse a hospitales con los recursos necesarios.

Retos y obstáculos

  1. Desigualdad en el acceso institucional
    Muchos hospitales públicos carecen de especialistas, insumos o presupuesto para reconstrucción; incluso cuando la mastectomía es cubierta, la reconstrucción se deja de lado.
  2. Desinformación y mito social
    Tabúes sobre “irreversibilidad” del cuerpo, miedo a complicaciones o a retrasar el tratamiento hacen que muchas mujeres ni siquiera sepan que tienen derecho a reconstrucción.
  3. Recursos limitados y burocracia
    Los costos de implantes, material quirúrgico, hospitalización y seguimiento pueden ser prohibitivos en el sistema público, y los procesos legales o administrativos complican la asignación de subsidios.
  4. Interferencia del tratamiento oncológico
    Radioterapia o complicaciones posteriores pueden impedir llevar a cabo la reconstrucción o comprometer los resultados. 
  5. Respeto a decisiones personales
    No todas las pacientes desean reconstrucción, y en algunos casos no reciben apoyo médico para la decisión de “quedar planas”. 
  6. Cobertura desigual regional
    Las campañas altruistas suelen concentrarse en algunas entidades y no llegan a comunidades remotas o con menor infraestructura médica.

La reconstrucción mamaria es más que una cirugía: representa la posibilidad de recuperar la confianza, la integridad y la esperanza después del cáncer. No debería ser un privilegio, sino un derecho accesible a todas las mujeres que la requieran.

Desde la Doctrina Social de la Iglesia —que sostiene la dignidad de la persona humana, la justicia social y la solidaridad— debemos abogar para que el sistema de salud garantice este derecho, especialmente para quienes carecen de recursos.

Los datos actuales muestran brechas profundas: solo un porcentaje reducido de mujeres accede al proceso completo de tratamiento que incluya reconstrucción, y muchas se quedan sin alternativas.
Los testimonios nos recuerdan que sanar el cuerpo también sana el espíritu.
Las campañas y jornadas son pasos valiosos, pero insuficientes sin políticas públicas sostenibles y compromiso institucional real.

Es urgente que el Estado, los hospitales y la sociedad civil trabajen unidos para que la reconstrucción mamaria deje de ser una esperanza utópica y se convierta en una realidad tangible para cada mujer mexicana que lo necesita.

“Recuperar el cuerpo es parte de sanar el alma” — y eso es un propósito que dignifica y transforma.

 

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