Acogimiento familiar salva infancias

No se trata de adopción, ni de caridad, el acogimiento familiar es una medida de protección que permite que niñas, niños y adolescentes que han sido separados de su familia por violencia, negligencia, abandono o causas mayores, puedan crecer en un ambiente afectivo y seguro, sin ser enviados a una institución. Es, en palabras simples, una oportunidad para vivir en familia mientras se resuelve su situación legal o se trabaja en su reunificación.

En nuestro país, en diciembre del 2014 la Ley General de Protección de niñas, niños y adolescentes reconoció el Acogimiento Familiar  como la manera más efectiva de garantizar el bienestar y el sano desarrollo de aquellos menores que por alguna razón viven separados de su familia de origen.

Sin embargo, la figura, aunque reconocida por la ley sigue siendo una gran ausente en la política pública mexicana. En países como España o Colombia, el acogimiento familiar ha sustituido en gran parte al modelo de orfanatos. En México, la realidad es otra.

En México, más de 64 mil niñas, niños, adolescentes y jóvenes viven en Centros de Asistencia Social (CAS), según el portal oficial del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA). De ellos, una minoría accede a vivir en familia bajo el modelo de acogimiento.

Datos del Sistema Nacional DIF actualizados a septiembre de 2022, indican que apenas mil 315 menores vivían en hogares de acogida. Otros 605 estaban alojados en centros y 650 más en proceso de acogimiento preadoptivo. Es decir, apenas una fracción de la infancia sin cuidados parentales vive en un entorno familiar.

El acogimiento familiar no busca reemplazar a la familia de origen, ni romper el lazo jurídico. Se trata de una alternativa temporal, acompañada por el Estado, que prioriza el bienestar emocional y afectivo de la infancia. Es un modelo que ha demostrado, en diversos estudios internacionales, beneficios claros frente a la institucionalización: mayor desarrollo emocional, mejores indicadores educativos, reducción del estrés y más oportunidades para formar vínculos estables.

En 2023, el Sistema Nacional DIF lanzó el Programa Nacional de Familias de Acogida (PRONFAC), con el apoyo técnico de UNICEF y Fundación JUCONI. Se elaboró una guía de implementación y se iniciaron procesos de capacitación para los DIF estatales. El objetivo: homologar procesos, facilitar el registro de familias y garantizar el acompañamiento profesional durante todo el acogimiento.

Sin embargo, el avance es desigual. Algunos estados como Chihuahua y Jalisco han dado pasos importantes, implementando programas locales de acogimiento con resultados positivos. En contraste, otras entidades siguen sin desarrollar mecanismos para reclutar, capacitar y certificar familias.

De acuerdo a expertos la falta de presupuesto, de voluntad política y de personal especializado limita enormemente el crecimiento del programa. Pero también hay una gran barrera cultural: la gente confunde el acogimiento con la adopción, o lo ve como algo riesgoso.

Además, señalan que para que el acogimiento familiar sea una política pública efectiva, debe haber una estrategia nacional que lo priorice como alternativa frente a la institucionalización. Y también una transformación cultural.

El primer paso es que las personas conozcan qué es el acogimiento. Que sepan que no se trata de ‘quedarse con un niño’, sino de ofrecer un espacio seguro, con amor, por el tiempo que lo necesite.

Al mismo tiempo, es fundamental asegurar el acompañamiento psicológico, jurídico y social tanto para las familias de acogida como para los niños y adolescentes. Esto implica recursos, capacitación y voluntad institucional.

En tanto el acogimiento familiar no sea una práctica extendida, miles de niñas y niños seguirán creciendo en instituciones, muchas de ellas sin supervisión adecuada y con recursos limitados

El 31 de mayo, se celebra el Día Mundial del Acogimiento Familiar que tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de esta alternativa de cuidado familiar para niños, niñas y adolescentes que han sido separados de sus familias. Además, en esta fecha también se reconoce y valora el compromiso de las familias que ofrecen un hogar temporal a menores en situación de vulnerabilidad.

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