Cada 23 segundos muere una persona en algún lugar del mundo a consecuencia de un accidente vial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo que significa que cerca de 1.3 millones pierden la vida cada año en hechos de tránsito, lo que lo convierte en la principal causa de muerte de niños y jóvenes entre los 15 y 29 años.
En México, los accidentes viales han mantenido una tendencia elevada en los últimos años. Se estima que anualmente ocurren más de 350 mil siniestros de este tipo, muchos de los cuales terminan con pérdidas humanas o con personas lesionadas de gravedad. Las entidades que concentran la mayor cantidad de casos son la Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León y el Estado de México. En estas zonas, la densidad de población, la cantidad de vehículos y las condiciones del tráfico contribuyen a que la siniestralidad sea mayor.
Los motociclistas encabezaron la lista de víctimas mortales en la capital con 48.6 por ciento de los decesos, seguidos por los peatones con 29.7 por ciento. Conductores, pasajeros y ciclistas representaron porcentajes menores, aunque igualmente relevantes para entender la magnitud del problema.
El perfil de las víctimas mortales en la Ciudad de México muestra que el 81 por ciento eran hombres y que la mayoría tenía entre 18 y 45 años. Además, el análisis de horarios evidencia que los accidentes fatales ocurrieron con mayor frecuencia los fines de semana, sobre todo en la madrugada, entre la medianoche y las 5:59 de la mañana. Los choques se consolidaron como la causa principal de fallecimientos, superando a los atropellamientos, mientras que los derrapes tuvieron un peso importante, sobre todo entre motociclistas. En cuanto a las vías, los ejes viales y los accesos controlados presentaron las cifras más elevadas de mortalidad.

Los accidentes derivados del consumo de alcohol siguen siendo uno de los factores más persistentes. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) estima que en México ocurren diariamente alrededor de 47 siniestros relacionados con el alcohol, cifra que representa el ocho por ciento del total nacional.
Las causas detrás de los accidentes son diversas, pero las más recurrentes se relacionan con la conducta humana. El exceso de velocidad, la distracción por uso del celular y la conducción en estado de ebriedad son los factores más comunes. A estos se suman las fallas mecánicas por falta de mantenimiento de los vehículos y la imprudencia peatonal, como cruzar en lugares indebidos o caminar distraídos con el celular. Cada uno de estos comportamientos incrementa el riesgo y contribuye a que las cifras se mantengan altas.
Protección infantil
La seguridad vial infantil en México dio un paso trascendental con el anuncio de la creación de una Norma Oficial Mexicana (NOM) enfocada en los sistemas de retención infantil (SRI). Esta medida busca disminuir de manera considerable las muertes y lesiones derivadas de accidentes de tránsito, uno de los principales riesgos a los que se enfrentan niñas y niños en el país.
Hasta ahora, México carecía de una regulación clara sobre la calidad y el uso de las sillas de retención infantil, lo que generaba un vacío que comprometía la seguridad de miles de menores. Con esta nueva NOM, se pretende cerrar esa brecha y establecer estándares mínimos que garanticen que los dispositivos comercializados cumplan con pruebas de seguridad reconocidas a nivel internacional.
La norma establecerá especificaciones técnicas obligatorias para fabricantes e importadores, además de lineamientos sobre instalación y uso. Esto significa que ningún sistema podrá venderse si no cuenta con certificación válida y verificable. Asimismo, se prevé el impulso de campañas de sensibilización para madres, padres y cuidadores, con el objetivo de fomentar el uso correcto de estos dispositivos desde los primeros meses de vida.

Organizaciones civiles como El Poder del Consumidor celebraron el anuncio, al considerar que México se alinea con más de 80 países que ya cuentan con regulaciones estrictas en la materia. Y es que estudios internacionales han demostrado que los SRI reducen hasta en un 80 % el riesgo de muerte en caso de colisión, además de disminuir lesiones graves en cabeza, cuello y tórax. La expectativa es que esta norma eleve la calidad de los productos disponibles en el mercado, brindando mayor confianza a los consumidores.
Un análisis reciente realizado por El Poder del Consumidor y México Unido Libre de Lesiones Infantiles revisó 303 modelos de SRI disponibles en línea en el mercado mexicano. Los resultados fueron alarmantes: 16 por ciento carecían por completo de certificación y, en el resto, la validez de las acreditaciones era dudosa o imposible de verificar. Con la NOM, estos dispositivos inseguros quedarán fuera del mercado, cerrando la puerta a prácticas que ponían en riesgo la integridad de los menores.
Este esfuerzo, en el que participan la Secretaría de Economía, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, refuerza el compromiso del país con la Agenda 2030 y la Década de Acción para la Seguridad Vial de la ONU, cuyo objetivo es reducir a la mitad las muertes por accidentes de tránsito en el mundo.
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