A medio siglo de su fundación, la Asociación Nacional Cívica Femenina (ANCIFEM) no celebró con nostalgia, sino con valentía. Reunidas en su Encuentro Nacional, mujeres de todo el país dirigieron un manifiesto contundente a las nuevas lideresas de México: la presidenta Claudia Sheinbaum, la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, y la magistrada presidenta del Tribunal Electoral, Mónica Soto. El mensaje fue claro: México corre el riesgo de perder su democracia, y las mujeres no permanecerán en silencio.
Con delegaciones de 11 estados presentes, la presidenta nacional de ANCIFEM, Xóchitl Córdova, tomó la palabra para advertir sobre la preocupante tendencia autoritaria que atraviesa el país. “Las voces internas e internacionales alertan sobre el regreso de la ‘dictadura perfecta’. No lo permitiremos”, sentenció.
Una herencia de lucha
Desde su participación en la Conferencia de Beijín en 1995 hasta su labor como observadoras electorales incluso antes de que existiera el marco legal, las mujeres de ANCIFEM han sido un bastión en la defensa del régimen democrático y los derechos humanos. “Nuestra historia es de compromiso con México, y no vamos a retroceder ahora que más se necesita levantar la voz”, dijo en entrevista Ana Laura Padilla, integrante fundadora de la asociación.
Un manifiesto con destinatarias poderosas
El manifiesto no escatima en tono ni en claridad. Se expresa una honda preocupación por el debilitamiento de los contrapesos institucionales, la falta de rendición de cuentas y la expansión del crimen organizado. “El INE, el Tribunal Electoral y la Presidencia tienen hoy en sus manos el destino de nuestra democracia. Y hasta ahora, han quedado a deber”, se lee.
En el documento se hace memoria de los vaivenes políticos que México ha enfrentado: el populismo de los años setenta, la tecnocracia de los noventa, las reformas panistas y la llamada Cuarta Transformación. “Hoy la realidad es lacerante: pobreza extrema, un sistema educativo en crisis, ausencia de garantías de salud, y una inseguridad creciente”, sentencian las firmantes.
Testimonio de lucha
“El México por el que luchamos no puede construirse desde el silencio ni desde la complicidad”, afirma Patricia Paredes, representante de la delegación de Zacatecas. “Estuve en Beijín con ANCIFEM cuando se hablaba por primera vez de los derechos de las mujeres a nivel global. Hoy siento que retrocedemos y que nos quieren callar de nuevo, pero no lo vamos a permitir”.
Llamado a la sororidad institucional
El llamado final no es una confrontación, sino una invitación a la corresponsabilidad. ANCIFEM extiende su mano a las tres mujeres que hoy ocupan cargos clave en el destino democrático del país, invitándolas a actuar con dignidad, decisión y sin titubeos. “Cuenten con nosotras para defender la vida de la patria”, concluye el manifiesto.
En tiempos de incertidumbre y amenazas a la institucionalidad, este gesto no es menor. Es el eco de una lucha que comenzó hace cinco décadas y que, hoy más que nunca, reclama ser escuchada. No desde el miedo, sino desde la convicción de que la democracia se defiende en voz alta, con presencia firme y con mujeres al frente.
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