Monseñor Felipe Arizmendi, Obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, señaló que las “campañas” para hacerse de la gubernatura “están desatadas”, y cuestionó ¿si lo hacen por que aman mucho al pueblo o si es por otra clase de intereses políticos, psicológicos o coyunturales?, mediante un mensaje publicado en la página electrónica de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
Por otro lado, señaló que “a nivel nacional” la lucha por la Presidencia es cada vez más “intensa y aguerrida” además, indicó, ahora los sondeos, no dan a ningún claro ganador, pero parece “que no tiene convicciones políticas, sino las conveniencias de asegurar un puesto en el próximo sexenio. Algunos cambian de opción política con tanta facilidad que nos hacen pensar en qué los mueve: el bien del país, o su bien personal”. No obstante destacó que la política puede ser una muestra de gran caridad e incluso de la santidad cristiana.
Recordó algunas reflexiones que sobre el tema hace el Papa Benedicto XVI, en la encíclica Deus Cáritas est, Dios es amor, al enfatizar que “la sociedad justa no puede ser obra de la Iglesia sino de la política. No obstante, le interesa [a la Iglesia] sobremanera trabajar por la justicia, esforzándose por abrir la inteligencia y la voluntad a las exigencias del bien”.
En tanto que el papa Francisco, ha externado también en la Evangelii Gaudium, sus peticiones al Señor de que “crezca el número de políticos capaces de entrar en auténtico diálogo para sanar las raíces del mal y no sólo de su apariencia; de que Dios suscite políticos que les duela “la sociedad, el pueblo, la vida de los pobres”. Además sugirió “¿por qué no acudir a Dios para que inspire sus planes?”
En vista de lo anterior Mons. Arizmendi exhortó a la sociedad a analizar la situación política actual, a no dejarse engañar con promesas que son imposibles de realizar y ser realistas frente a estas, pero sobre todo hizo un llamado a “nuestro pueblo pobre a que no se deje comprar por dádivas” ya que parece que se controla al pueblo sólo con estrategias de poder y no con políticas para el bien común.
Y enfatizó que la política “es dar la vida para que otros tengan una vida mejor”.
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