México vivió el 1 de junio de 2025 una jornada sin precedentes: por primera vez, la ciudadanía eligió directamente a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Con una participación de apenas el 13% del padrón electoral, el abogado mixteco Hugo Aguilar Ortiz, originario de Oaxaca, se convirtió en el nuevo presidente del máximo tribunal del país, tras obtener más de 5.4 millones de votos.
La elección, impulsada por la reforma judicial promovida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y respaldada por la actual mandataria Claudia Sheinbaum, buscaba democratizar el Poder Judicial. Sin embargo, ha generado un intenso debate sobre la independencia judicial y el equilibrio de poderes en el país.
Un proceso electoral inédito y controvertido
La reforma judicial de 2024 redujo el número de ministros de la SCJN de 11 a 9 y estableció que serían electos por voto popular. En esta elección, los nueve ministros electos tienen vínculos con Morena, el partido en el poder, lo que ha suscitado preocupaciones sobre la imparcialidad de la Corte.
Además, se reportaron irregularidades durante la jornada electoral, como la distribución de “acordeones” por parte de promotores de Morena, indicando a los votantes por quién sufragar, lo que podría constituir una violación a la ley electoral.
La elección también evidenció divisiones dentro del propio Poder Judicial. La ministra saliente Norma Piña criticó duramente la reforma, señalando que se etiquetó a los jueces como “traidores” por no alinearse con el proyecto político dominante. Estas tensiones podrían afectar la cohesión y el funcionamiento interno de la SCJN.
Influencias externas y percepción pública
La elección ha sido vista por algunos como una estrategia de Morena para consolidar su poder en los tres poderes del Estado. La baja participación ciudadana y las denuncias de intervencionismo partidista han generado escepticismo sobre la legitimidad del proceso.
Víctor Oléa, presidente de la Barra Mexicana Colegio de Abogados, advirtió que la elección popular de jueces podría comprometer la independencia judicial y someterla al poder público.
La nueva composición de la SCJN, con ministros afines al partido gobernante, plantea interrogantes sobre su capacidad para actuar como contrapeso del Ejecutivo. Decisiones futuras sobre temas sensibles, como la militarización de la seguridad pública o reformas electorales, podrían estar influenciadas por esta nueva dinámica.
Dinámicas de poder y futuro del país
La elección de Hugo Aguilar, una figura con trayectoria en la defensa de los derechos indígenas pero también con vínculos con proyectos gubernamentales controvertidos como el Tren Maya, simboliza tanto un avance en representación como una posible cooptación del Poder Judicial.
La consolidación del poder por parte de Morena en los tres poderes del Estado podría alterar el equilibrio institucional y afectar la calidad de la democracia mexicana.
María López, una ciudadana de 45 años de la Ciudad de México, expresó su preocupación: “Fui a votar con la esperanza de un cambio, pero me sentí desinformada. No conocía a los candidatos y me dieron una lista con nombres sugeridos. Me preocupa que la justicia esté siendo politizada”. Mientras tanto, José Padilla de 32 comentó: “yo no podía ir a votar, era tanto como convalidar con mi presencia un fraude ya cantado, a mi tres veces me acercaron un acordeón para que supiera por quién votar, eso no es democracia, es tiranía”
La elección de la nueva presidencia de la Suprema Corte representa un hito en la historia democrática de México. Sin embargo, las circunstancias que la rodean —baja participación, posibles irregularidades y la concentración de poder— plantean serias dudas sobre la independencia judicial y el futuro del Estado de derecho en el país. La ciudadanía y las instituciones deberán mantenerse vigilantes para garantizar que la justicia sirva al pueblo y no a intereses partidistas.
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