México transita una etapa crucial: estabilidad macroeconómica con bajo crecimiento, nuevas tensiones geopolíticas, una renegociación del T-MEC en puerta y enormes desafíos internos en inversión, seguridad, productividad y estado de derecho. En medio de esa coyuntura, José Medina Mora Icaza, empresario jalisciense, académico, ingeniero, fundador de empresas tecnológicas y defensor incansable del diálogo social, se convierte —con apoyo unánime del sector privado— en candidato único para presidir el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) para el periodo 2026-2029.
Su candidatura no sorprende. Sus cuatro años de liderazgo al frente de Coparmex, su tono firme pero respetuoso, y su capacidad de construir puentes con el gobierno federal, con las organizaciones empresariales y con la sociedad civil, lo han colocado como uno de los referentes del liderazgo ético en México. Él mismo ha resumido su visión en tres palabras: “dialogar para avanzar”, la misma filosofía que propone llevar al CCE.
El país le exige mucho más que negociar: le exige construir unidad, fortalecer la certeza jurídica, defender la competitividad y representar a millones de mexicanos que dependen del trabajo, la empresa y la inversión.
Como señaló recientemente un joven emprendedor en Guadalajara, Luis Carrasco, 27 años, fundador de una startup de movilidad eléctrica: “Si algo nos urge es alguien que entienda que sin certidumbre no hay emprendimiento, y sin emprendimiento no hay futuro para nuestra generación. Medina Mora habla de diálogo, pero también de resultados. Eso necesitamos”.
Trayectoria: de la ingeniería a la construcción de instituciones
José Medina Mora Icaza nació en Guadalajara en 1955. Ingeniero por el ITESO, con maestría en Stanford, construyó su carrera profesional en el sector tecnológico, fundando la empresa de software Compusoluciones, considerada uno de los mayores distribuidores de tecnología en México y reconocida por Great Place To Work como una de las mejores empresas para trabajar.
En el ámbito académico, fue vicerrector del Tec de Monterrey Campus Guadalajara, profesor y divulgador de temas de ética empresarial, responsabilidad social y liderazgo basado en la dignidad humana.
Su perfil técnico, empresarial y humanista se ha sostenido sobre dos pilares constantes:
- La dignidad de la persona como centro del quehacer económico.
- La participación social organizada como motor del bien común.
El paso por Coparmex: firmeza, legalidad y diálogo
Cuando Medina Mora asumió la presidencia de Coparmex en enero de 2021, México vivía una de sus etapas más tensas en la relación gobierno–sector privado: reformas polémicas, cuestionamientos al INE, caída de inversión privada y un ambiente político polarizado.
Desde el primer día, su apuesta fue clara: ni confrontación inútil ni sumisión política, sino institucionalidad, evidencia y diálogo con firmeza.
Tres huellas de su liderazgo en Coparmex
1. Defensa del Estado de Derecho y de los contrapesos democráticos.
Durante reformas clave —energética, electoral, fiscal— Coparmex, bajo su conducción, recurrió a análisis técnicos, acciones legales y una comunicación basada en datos. En 2022, por ejemplo, Coparmex documentó que la reforma eléctrica habría frenado $40 mil millones de dólares en inversiones de energías limpias (estimación de Sener y CRE cruzada por IMCO). Medina Mora declaró entonces: “La certeza jurídica no es un lujo empresarial; es una condición para que México crezca y para que haya empleos dignos”.
2. Impulso a un “salario mínimo ético”.
En línea con la visión humanista —que pide condiciones laborales justas y salarios dignos— Coparmex promovió incrementos graduales al salario mínimo muy por encima de la inflación. Para 2023, el salario mínimo había recuperado más del 110% de su poder adquisitivo respecto a 2018 (Coneval).
3. Empresa socialmente responsable.
Medina Mora impulsó el Modelo de Desarrollo Inclusivo, que plantea que la empresa debe ser el motor de cambio en la sociedad.
Un liderazgo reconocido por jóvenes y pymes
Para muchos emprendedores, su presidencia significó una Coparmex más cercana. Mariel Duarte, 31 años, dueña de una microempresa de textiles en Puebla, recuerda: “Llegó a escucharnos y eso casi nadie lo hace. Nos preguntó qué necesitábamos y le dije: ‘que no nos maten a trámites’. Tomó nota. Eso vale muchísimo”.
Hacia la presidencia del CCE: un candidato único con tres misiones críticas
El propio Medina Mora lo explicó en su texto “Dialogar para avanzar: una nueva etapa para el CCE”: el país vive presiones externas y retos internos que exigen un liderazgo articulador y con visión de largo plazo.
Su plan se estructura en tres grandes prioridades:
1. Reactivar la inversión
La inversión privada en México cayó del 22% al 20% del PIB entre 2018 y 2023 (Inegi). El crecimiento se estancó en torno al 2% promedio, insuficiente para absorber la demanda laboral de 2 millones de jóvenes que ingresan al mercado de trabajo cada año. Medina Mora insiste en cuatro factores:
- seguridad, para evitar que el crimen siga encareciendo la logística;
- confianza, construida con certidumbre jurídica;
- reglas claras, especialmente en energía, infraestructura y digitalización;
- corresponsabilidad entre sector público y privado, para convertir el nearshoring en empleos reales.
Como él mismo afirma: “México tiene talento, energía y cercanía con los mercados más dinámicos del mundo. Necesitamos colaboración para transformar ese potencial en bienestar”.
2. Renegociar el T-MEC con fuerza y cohesión
En 2026 iniciará el proceso formal de revisión del T-MEC. El acuerdo representa el 65% del comercio mexicano y sostiene al menos 5 millones de empleos formales. El desafío es monumental. Medina Mora considera que México debe llegar:
- unido, sin protagonismos ni fracturas;
- con evidencia técnica, no con retórica;
- con una posición común gobierno–empresas, algo que no ocurre desde hace más de una década.
En sus palabras: “No se trata solo de salvar el tratado, sino de renegociarlo en las mejores condiciones para México”.
3. Unir al sector empresarial mexicano
El CCE agrupa a 14 organismos empresariales nacionales, desde grandes corporativos hasta pymes de todos los estados. La fragmentación ha sido siempre una amenaza. Medina Mora sostiene que el CCE debe ser:
- la casa común de las empresas;
- el espacio donde se escuchen mujeres empresarias, jóvenes emprendedores y mipymes, no solo grandes corporaciones;
- un motor de inclusión y productividad.
Valores y estilo: un liderazgo desde la dignidad humana
La actividad empresarial debe estar orientada al bien común. Medina Mora ha citado con frecuencia Caritas in Veritate: “El desarrollo no puede reducirse al simple crecimiento económico; debe ser integral, humano y sostenible”. Su tono —siempre institucional— evoca tres valores muy mexicanos:
- la búsqueda de acuerdos,
- el respeto a la palabra dada,
- la responsabilidad de sacar adelante a la familia y al país.
Su propuesta de “dialogar para avanzar” reconoce la pluralidad política, la necesidad de rendición de cuentas y la corresponsabilidad entre actores.
“Yo no quiero irme del país, quiero trabajar aquí”, dice Renata Beltrán, 24 años, ingeniera industrial recién egresada, quien busca empleo desde hace cinco meses. “Lo que pido es que haya empresas que confíen en México y que México confíe en ellas. Cuando escuché que Medina Mora sería candidato único al CCE, pensé: ojalá que sí se logre que dialoguen y que se genere empleo. Porque mi generación no aguanta otro sexenio de incertidumbre.” Su testimonio resume el anhelo de millones de jóvenes: un país donde la empresa y el gobierno tiren juntos, no en direcciones opuestas.
Conclusiones: un liderazgo para un México que quiere avanzar
José Medina Mora Icaza encarna un liderazgo que combina experiencia, ética, institucionalidad y capacidad de diálogo. En Coparmex dejó huella defendiendo la legalidad, el salario digno, la inversión y los contrapesos democráticos. Ahora, al encabezar el CCE, enfrenta tareas de mayor escala: reactivar la inversión nacional y extranjera, negociar el T-MEC con fuerza técnica, y unir a un sector empresarial diverso.
Su visión coincide con valores profundamente arraigados en el pueblo mexicano: trabajo, dignidad, diálogo y responsabilidad. México necesita un sector privado fuerte y unido, que dialogue sin miedo, que defienda el Estado de Derecho y que genere las oportunidades que millones de jóvenes esperan.
El propio Medina Mora lo resume así: “Es tiempo de dialogar para avanzar.” Para México, también es tiempo de construir juntos.
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