Heridas domésticas que dejan huella

Un descuido en la cocina, un tropiezo en las escaleras o una tarde de juegos puede transformar un momento cotidiano en una emergencia doméstica. Lo que parece un accidente menor puede derivar en complicaciones graves si desde el principio no se atiende adecuadamente una herida. Por ello, médicos y especialistas insisten en la importancia de saber cómo actuar y contar con los elementos esenciales y confiables en el botiquín del hogar.

Según la Organización Mundial de la Salud, el 80 por ciento de los accidentes ocurre en casa. En México, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) reveló que el 5.74 % de la población sufrió alguna lesión accidental, lo que equivale a más de siete millones 400 mil personas. De ese total, una tercera parte reportó consecuencias permanentes en su salud. Las caídas se identifican como la causa más frecuente, pero también se registran quemaduras, cortes y golpes provocados por objetos domésticos.

Atender una herida correctamente no es un detalle menor. Priscila Cantú, Clinical Lead de Essity Health & Medical México, explica que las lesiones que ocurren en el hogar pueden parecer inofensivas, pero si no se tratan de manera adecuada, pueden comprometer la cicatrización y generar infecciones o cicatrices permanentes. “El cuidado inmediato y correcto de una herida es clave para prevenir complicaciones que podrían afectar la salud a largo plazo”, destaca la especialista.

De acuerdo con estudios recientes, el 30.5 por ciento de las personas que sufren lesiones domésticas reportan consecuencias permanentes en su salud, y el 62 por ciento requiere atención médica en servicios públicos. Esto refleja no solo la frecuencia de los accidentes en el hogar, sino también el impacto que tienen sobre la salud y los servicios sanitarios. Los expertos enfatizan que no basta con saber qué hacer: también es crucial conocer qué evitar para no agravar la lesión ni poner en riesgo la piel.

Entre las recomendaciones básicas para atender una herida en casa se encuentran lavarse las manos antes de tocarla, detener el sangrado aplicando presión con una gasa estéril o paño limpio, limpiar la lesión únicamente con agua corriente evitando alcohol o peróxido, y evaluar la gravedad. Si la lesión es grande o se localiza en zonas sensibles, se debe buscar atención médica de inmediato. Es fundamental cubrir la herida con un apósito de calidad que proteja sin irritar y evitar remedios caseros como pasta de dientes, café o alimentos, así como el uso de antibióticos tópicos sin indicación profesional.

Prevenir accidentes también implica un cambio de hábitos en la vida cotidiana. En la cocina, por ejemplo, se recomienda mantener los mangos de las ollas y sartenes hacia adentro y fuera del alcance de los niños, revisar periódicamente el estado de los electrodomésticos y evitar dejar líquidos cerca de enchufes. En los baños, se aconseja usar alfombrillas antideslizantes y regular la temperatura del agua para prevenir quemaduras. En escaleras y pasillos, mantenerlos libres de obstáculos y asegurarse de que estén bien iluminados reduce el riesgo de caídas. Además, es esencial evitar sobrecargar enchufes y regletas, desconectar los aparatos no utilizados y revisar los cables regularmente.

Tener un botiquín doméstico completo y accesible es otro factor clave para la seguridad en casa. Este debe incluir material de protección personal como guantes desechables y mascarillas, vendas y gasas estériles, esparadrapo, tijeras de punta redonda, pinzas, suero fisiológico, antisépticos y apósitos. También se recomienda contar con medicamentos básicos como analgésicos y antiinflamatorios, así como artículos para inmovilización como vendas elásticas y férulas. Revisar periódicamente el contenido y reemplazar lo caducado garantiza que los elementos estén disponibles y en condiciones óptimas cuando se necesiten.

La combinación de prevención, educación y recursos adecuados contribuye a hogares más seguros y a una respuesta más eficaz ante accidentes. Con información clara y práctica, los integrantes de la familia pueden actuar con rapidez y cuidado, minimizando riesgos y evitando que una lesión aparentemente menor se convierta en un problema de salud más grave. La seguridad doméstica no solo protege la integridad física, sino que también reduce la presión sobre los servicios de salud y fortalece la calidad de vida en el entorno familiar.

Los especialistas coinciden en que un hogar verdaderamente seguro es aquel que prevé los accidentes, educa a sus miembros y cuenta con las herramientas necesarias para atender emergencias. El cuidado responsable de las heridas y la prevención activa frente a riesgos cotidianos pueden marcar la diferencia entre un susto pasajero y una complicación permanente. En México, donde millones de personas se enfrentan cada año a lesiones no intencionales, estas prácticas son fundamentales para garantizar la salud y bienestar de todos.

Te puede interesar: Mejoran leyes laborales, persisten rezagos en los hechos

@yoinfluyo

Facebook: Yo Influyo
comentarios@yoinfluyo.com

Compartir

Lo más visto

También te puede interesar

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.