Adiós a los delfines en espectáculos

En un hecho sin precedentes en la historia legislativa de México, el pasado 27 de junio de 2024 la Cámara de Diputados y el Senado aprobaron en periodo extraordinario la Ley para la Prohibición del Uso de Mamíferos Marinos en Espectáculos, que establece la prohibición total del uso de cetáceos —delfines, ballenas, marsopas— en espectáculos públicos y privados en todo el territorio nacional.

La medida fue impulsada como parte de un paquete de reformas enfocadas en el bienestar animal y representa una respuesta contundente a años de presiones por parte de organizaciones civiles, ambientalistas y científicos que denuncian el sufrimiento de estos animales en cautiverio.

¿Qué dice la iniciativa?

La iniciativa, presentada en la Cámara de Diputados y ratificada por el Senado de la República, ordena la prohibición de utilizar mamíferos marinos en cualquier tipo de espectáculo de entretenimiento, incluyendo parques acuáticos, circos y eventos privados o corporativos.

Además, se establece que los animales actualmente en cautiverio no podrán ser reproducidos para perpetuar el número de ejemplares utilizados en shows y deberán ser retirados gradualmente, privilegiando su bienestar, en coordinación con SEMARNAT y organizaciones especializadas.

En palabras de la senadora Verónica Delgadillo (MC), una de las impulsoras de la ley:
“Ya no podemos permitir que la diversión de algunos implique la tortura de otros seres vivos. Esta ley es un acto de justicia hacia nuestros océanos y sus habitantes.”

¿Por qué fue impulsada?

El impulso de esta ley obedece a múltiples factores:

  1. Evidencia científica: Numerosos estudios demuestran que los cetáceos en cautiverio sufren estrés crónico, ansiedad, alteraciones de comportamiento y reducen su esperanza de vida.
  2. Movimientos globales: Países como Canadá, Reino Unido, Francia y Costa Rica ya han prohibido este tipo de prácticas, siguiendo recomendaciones de la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA) y de organizaciones como PETA y World Animal Protection.
  3. Presión social: En México, organizaciones como Animal Heroes, AnimaNaturalis México y Greenpeace han documentado las condiciones precarias de los delfinarios nacionales, denunciando casos de maltrato, muertes prematuras y explotación económica.

Un dato contundente lo aporta World Animal Protection México: “Cada año, al menos 300 cetáceos son mantenidos en condiciones inadecuadas en nuestro país para espectáculos y entretenimiento humano.”

Riesgos, críticas y posibles consecuencias negativas

Como toda reforma de gran calado, esta ley no ha estado exenta de controversia y preocupaciones:

  • Impacto económico: La Asociación Mexicana de Parques Acuáticos estimó que la prohibición afectará a más de 15 parques y acuarios en el país, provocando la pérdida de aproximadamente 5,000 empleos directos e indirectos.
  • Animales ya en cautiverio: Existe preocupación sobre el futuro de los mamíferos marinos que actualmente viven en estos centros. Especialistas en fauna marina han advertido que no todos los ejemplares pueden ser reinsertados en libertad debido a su dependencia de los humanos para sobrevivir.
  • Reacciones de la industria: Representantes de parques como Dolphin Discovery y Delphinus han declarado que la medida podría vulnerar contratos preexistentes y convenios turísticos, afectando economías locales en estados como Quintana Roo y Baja California Sur.

En palabras de Luis Torres, vocero de la industria turística: “La medida es bien intencionada pero debe considerar la viabilidad económica y la adecuada transición de estos animales hacia santuarios o espacios naturales.”

Fortalezas y beneficios de la ley

A pesar de las críticas, la reforma también se percibe como un paso positivo en varios sentidos:

  • Protección real de los animales: Se pone fin a décadas de explotación de cetáceos en cautiverio para fines lucrativos.
  • Cambio cultural: Se fomenta una nueva relación ética entre los seres humanos y la fauna marina, donde se reconoce que los animales no son meros objetos de entretenimiento.
  • Posicionamiento internacional: México se suma al grupo de países progresistas en materia de bienestar animal, mejorando su imagen en foros ambientales y turísticos internacionales.

El ambientalista Carlos García, de AnimaNaturalis, destacó: “El turismo sostenible es perfectamente posible sin explotar animales. México tiene el privilegio de poseer costas y mares donde los cetáceos pueden ser observados en libertad.”

¿Cómo afectará esta ley en la vida diaria?

Para los ciudadanos comunes, la prohibición se traducirá en cambios concretos:

  • Fin de los shows con delfines en vacaciones y tours turísticos. Los destinos que antes ofrecían nados con delfines o espectáculos deberán buscar alternativas de entretenimiento respetuoso con el medio ambiente.
  • Aumento de actividades de avistamiento en libertad: Se espera un crecimiento de la industria del ecoturismo marino, con avistamientos de ballenas y delfines en sus hábitats naturales, en zonas como Bahía de Banderas, La Paz y Puerto Escondido.
  • Conciencia social: La medida impulsará campañas de educación ambiental para niños y jóvenes, transformando la forma en que nuevas generaciones se relacionan con los animales.

Para personas como Mariela Gómez, madre de dos pequeños y visitante habitual de parques acuáticos, el cambio representa una reflexión personal: “Mis hijos amaban ver a los delfines, pero cuando supe el sufrimiento que viven entendí que necesitamos cambiar. Prefiero enseñarles a admirarlos en su hábitat natural.”

La Ley para la Prohibición del Uso de Mamíferos Marinos en Espectáculos no solo protege a los cetáceos, sino que también representa un cambio profundo en la conciencia ambiental de México. Marca el final de una era donde el entretenimiento se sustentaba en el sufrimiento animal y abre la puerta a un turismo más ético y sostenible.

Sin embargo, el éxito de esta reforma dependerá de la capacidad del Estado para garantizar una transición justa para las personas afectadas y, sobre todo, para los animales que durante años fueron explotados. La creación de santuarios marinos, la regulación de actividades turísticas y la educación ambiental serán claves para que esta victoria legal se traduzca en un verdadero cambio social.

La reflexión queda abierta para todos los ciudadanos: ¿Qué tipo de relación queremos tener con el mundo natural? México ha dado un paso, pero el camino hacia una convivencia respetuosa apenas comienza.

 

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