La revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) prevista para 2026 se perfila como un escenario clave para el futuro del comercio regional. En un movimiento sin precedentes, 683 organizaciones sindicales, encabezadas por la plataforma estadounidense Rethink Trade, presentaron una serie de prioridades y propuestas a la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), en las que destaca la exigencia de reforzar el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida (MLRR), uno de los instrumentos más innovadores del acuerdo comercial.
Una agenda sindical amplia y estratégica
El documento, titulado “Workers’ Demands for the 2026 T-MEC Review”, propone no sólo mantener, sino ampliar el alcance del MLRR, que permite a los países socios investigar y sancionar casos de denegación de derechos laborales en centros de trabajo específicos, sin necesidad de afectar todo el comercio entre países.
Rethink Trade, organización ligada a Public Citizen —grupo de defensa del interés público con sede en Washington D.C.—, recopiló las demandas de sindicatos de Estados Unidos, México y Canadá, entre ellos la AFL-CIO, el Sindicato de Electricistas de Canadá, y la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) de México. El informe enfatiza que el MLRR ha sido una herramienta efectiva pero subutilizada, y propone que se extienda a más sectores industriales, se proteja a más trabajadores y se agilicen los procesos de respuesta.
Lori Wallach, directora de Rethink Trade, declaró que “el Mecanismo Laboral ha logrado cambios reales en fábricas mexicanas, pero todavía hay brechas enormes. Si queremos que el T-MEC sea un modelo para un comercio justo, necesitamos fortalecer estos instrumentos”.
¿Qué piden los sindicatos?
Entre las principales demandas presentadas destacan:
- Expandir la cobertura del MLRR a todos los sectores laborales, más allá de los prioritarios como automotriz, acero y minería.
- Reducir el tiempo de respuesta para las quejas laborales, que actualmente puede extenderse hasta seis meses.
- Permitir a trabajadores presentar denuncias directamente, sin intermediación gubernamental.
- Crear una base de datos pública sobre empresas investigadas y resoluciones del MLRR.
- Ampliar las sanciones por incumplimientos, incluyendo restricciones comerciales más severas.
El documento también propone proteger la libertad de asociación y prevenir la subcontratación abusiva, especialmente en sectores donde los sindicatos independientes han denunciado prácticas de simulación.
Impacto en México y el debate sobre soberanía
Desde la entrada en vigor del T-MEC en julio de 2020, México ha sido el principal destinatario de casos presentados bajo el MLRR. Según el Departamento de Trabajo de EE.UU., hasta mayo de 2025 se han iniciado 25 casos, de los cuales 21 han involucrado empresas mexicanas, como General Motors en Silao, Panasonic en Reynosa o Goodyear en San Luis Potosí.
Alejandra Morales, secretaria general del Sindicato Independiente de Trabajadores de Goodyear México, señaló en entrevista: “Sin el MLRR, nuestro sindicato no habría logrado existir. Fue gracias a ese mecanismo que logramos que nos reconocieran y que se anularan elecciones manipuladas por el sindicato oficialista”.
Sin embargo, en México algunas voces han expresado preocupaciones por la intromisión de Estados Unidos en asuntos internos. El exsubsecretario de Comercio Exterior, Luz María de la Mora, aclaró en una entrevista para El Economista que “el MLRR no es una imposición, sino una herramienta pactada que permite garantizar estándares mínimos laborales en la región. Es parte de los compromisos del T-MEC”.
¿Qué sigue para la revisión de 2026?
La revisión del T-MEC está estipulada en su artículo 34.7, que obliga a los tres países a reunirse en julio de 2026 para evaluar su implementación y decidir si se renueva o se modifica sustancialmente. De no llegar a un acuerdo, cualquier país podría abandonar el tratado con un aviso previo de seis meses.
La representante comercial de EE.UU., Katherine Tai, ha reiterado su apoyo a los componentes laborales del tratado. En una comparecencia ante el Congreso en marzo de 2025, expresó: “Los derechos de los trabajadores son parte fundamental del comercio moderno. Escucharemos a los sindicatos y defenderemos sus intereses en la revisión del T-MEC”.
El activismo sindical frente a la revisión del T-MEC representa una oportunidad inédita para consolidar un comercio regional con justicia social. Las 683 organizaciones que respaldan las propuestas entregadas a la USTR representan a millones de trabajadores que han visto en el MLRR una vía real para acceder a sus derechos.
Pero también plantea tensiones políticas entre soberanía nacional, compromisos multilaterales y las nuevas dinámicas de presión laboral transnacional. México, como país clave en la cadena productiva norteamericana, enfrenta el reto de fortalecer su marco laboral sin ceder a presiones que desconozcan su realidad social.
El 2026 marcará una nueva etapa del T-MEC. Y será también, inevitablemente, un termómetro del poder y la legitimidad que los sindicatos han ganado en el comercio internacional.
“En Goodyear nos dijeron que no podíamos organizarnos, que el sindicato ya estaba decidido. Pero gracias al MLRR ganamos la votación, nos reconocieron y hoy tenemos un contrato colectivo digno. Fue un antes y un después”, relata Ana Lilia Rodríguez, trabajadora de la planta en San Luis Potosí, que participó en una de las denuncias laborales más emblemáticas bajo el T-MEC.
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