El primer semestre de 2025 pasará a la historia como un periodo crítico para la industria mexicana. Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) registró una contracción acumulada del 1.3 % anual en ese periodo. Esta cifra representa la primera caída semestral desde 2020, cuando la pandemia paralizó buena parte del aparato productivo
El golpe más fuerte vino de sectores como la extracción de minerales, servicios públicos y construcción. Frente a esta realidad, la manufactura apenas logró amortiguar la crisis con un ligero desempeño positivo. Esta tendencia demanda una reflexión profunda sobre las causas, efectos y posibles salidas, sobre todo desde los valores éticos y humanos promovidos por la Doctrina Social de la Iglesia, que nos llama a cuidar el empleo, la dignidad del trabajo y el bien común.
¿Qué sectores arrastraron la caída?
- Minería: el subsector tuvo una caída brutal del 8.8 % en el semestre En junio, el descenso fue del 8.5 % anual
- Generación de energía, suministro de agua y gas: también reportó una caída del 2.1 % semestre contra semestre; en junio retrocedió 3.8 % anual
- Construcción: mostró un retroceso del 1.1 % durante el semestre, aunque el desglose revela que la edificación creció 4.9 %, mientras que la infraestructura civil cayó un contundente 24.6 %
- Manufactura: fue el único sector que evitó la caída general, con un modesto crecimiento interanual de 0.1 % en el semestre; en junio se mantuvo estable en comparación con 2024
Panorama mensual: junio de 2025
En comparación con mayo, junio mostró una ligera contracción desestacionalizada del 0.1 %, mientras que respecto a junio de 2024 se registró una baja del 0.8 %. De los cuatro sectores, solo la manufactura creció 0.3 % mensual, insuficiente para compensar las bajas en minería (-1.4 %), servicios públicos (-0.2 %) y construcción (-0.2 %)
¿Qué significa esto en contexto?
- Se trata del primer retroceso semestral desde la pandemia de 2020, lo que marca un punto de inflexión que merece atención estratégica
- Reformas estructurales importantes —como la judicial, telecomunicaciones y energética— están provocando incertidumbre en el clima inversionista
- En el primer trimestre de 2025, a pesar de evitar la llamada “recesión técnica” gracias a un repunte del sector primario (8.1 %), el sector secundario ya mostraba contracción por segundo trimestre consecutivo
- A nivel regional, el Banco de México reportó que tres de cuatro regiones del país están en recesión técnica, con sectores industriales y de construcción especialmente afectados
- En el sector automotriz, uno de los más estratégicos para la manufactura nacional y un importante generador de empleo, las exportaciones cayeron 6.3 % entre enero y mayo, y la producción disminuyó 0.5 %, afectadas por aranceles de hasta 50 % provenientes de EE. UU.
Sin embargo, un rayo de esperanza surge del nearshoring: proyectos de inversión industrial, expansión de plantas de BMW, Volvo, e incrementos en fideicomisos inmobiliarios apuntan a una posible recuperación en manufactura a futuro
Ricardo, de 28 años y originario de Fresnillo, Zacatecas, trabajó durante cinco años en una mina de plata local. En marzo de 2025 fue despedido tras reducir la empresa su personal ante la caída de producción. “Antes todo fluía. La mina estaba al cien, sin embargo ahora muchas familias, como la mía, dependemos del jornal. No es solo trabajo, es el sustento de generaciones”, comparte con voz entrecortada. Ricardo resume el costo humano de estas cifras: detrás de todo retroceso industrial hay familias que se tensan, guías que se desmoronan, y una urgencia moral por construir puentes para el bien común.
¿Y dónde queda el bien común?
- Dignidad del trabajo: La caída en minería y construcción afecta especialmente a trabajadoras y trabajadores con menor protección social, intensificando su vulnerabilidad.
- Bien común y solidaridad: Se requiere de políticas públicas que prioricen la recuperación industrial con enfoque humano —como inversión responsable, protección a la micro, pequeña y mediana empresa (MiPyMEs), y estímulo a proyectos que generen empleo digno.
- Subsidiariedad y participación: Las propuestas de recuperación deben construirse desde abajo, con participación de comunidades, sindicatos y asociaciones civiles para crear soluciones reales y contextualizadas.
- Preferencia por los pobres: La crisis industrial impacta en zonas donde el acceso a alternativas laborales es limitado. Aquí debemos actuar priorizando a quienes más lo necesitan, en respeto a la legalidad y sin sacrificar la dignidad.
Propuestas
- Diseñar un plan de recuperación industrial incluyente, que contemple incentivos fiscales y programas de reconversión laboral para sectores en crisis, priorizando minería y construcción civil.
- Fortalecer la manufactura con inversión ética, especialmente mediante el impulso al nearshoring, siempre que se acompañe de capacitación, condiciones laborales decentes y respeto al medio ambiente.
- Revisar políticas estructurales que generan incertidumbre, para restaurar confianza en el sector productivo y atraer inversiones sostenibles.
- Impulsar el empleo local en minería sustentable, mediante emprendimientos comunitarios, cooperativas y tecnologías limpias, respetando la legalidad y la dignidad humana.
- Promover un diálogo social nacional, que involucre a gobierno, sindicatos, empresarios y sociedad civil, con énfasis en transparencia y desarrollo justo.
El retroceso industrial de 1.3 % en el primer semestre de 2025 es una llamada de alerta. No estamos ante una simple desaceleración, sino frente a una fractura que demanda respuestas firmes, solidarias y orientadas al bien común. Solo a través del respeto al trabajo, una visión humana y la fuerza colectiva podremos recuperar el pulso industrial y con ello ofrecer esperanza real a las nuevas generaciones.
Facebook: Yo Influyo