En los últimos treinta años, algo profundo y casi imperceptible para el gran público ha ocurrido dentro del cristianismo británico: casi 700 sacerdotes anglicanos han dejado la Comunión Anglicana para entrar en plena comunión con la Iglesia Católica. Lo que comenzó como un goteo en la década de los noventa se ha transformado en un flujo constante que hoy redefine el rostro del catolicismo inglés.
Un nuevo informe pastoral del Catholic Bishops’ Conference of England and Wales (CBCEW, 2024) revela que el 35% de los nuevos sacerdotes católicos ordenados en Inglaterra y Gales provienen del anglicanismo. No es solo una estadística: es el síntoma de un cambio histórico, teológico, e incluso cultural, que toca temas delicados como identidad, vocación, autoridad, tradición, familia, comunidad y sentido último de vida. Y detrás de estas cifras se encuentran historias humanas que hablan de búsqueda, duda, fidelidad y esperanza.
De Canterbury a Roma: un fenómeno con raíces profundas
El parteaguas se sitúa en 1992, cuando el Sínodo General de la Iglesia Anglicana aprobó la ordenación de mujeres al sacerdocio, implementada en 1994. La decisión provocó una división interna que llevó a algunos clérigos a reconsiderar su relación con la tradición apostólica.
El Padre Philip North, entonces un joven sacerdote anglicano, declaró al periódico The Telegraph (1995): “No es solo un tema de mujeres; es un tema de autoridad, de continuidad y de fidelidad a la enseñanza cristiana histórica”.
Desde aquel momento, cientos iniciaron un camino personal y comunitario hacia Roma. Entre los casos más emblemáticos se encuentran 16 exobispos anglicanos que renunciaron a sus cargos para unirse al catolicismo. Entre ellos:
- Michael Nazir-Ali, exobispo de Rochester, figura intelectual y mediática.
- Andrew Burnham, antiguo obispo de Ebbsfleet.
- Keith Newton, exobispo de Richborough y hoy cabeza del Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham.
Nazir-Ali dijo a Catholic Herald en 2021: “Descubrí en Roma una claridad doctrinal que necesitaba para sostener mi ministerio. La verdad no cambia para acomodarse al espíritu del tiempo”.
Lejos de ser un movimiento reactivo por un único tema, los especialistas coinciden en que se trata de un proceso más complejo.
El teólogo Gavin Ashenden, antiguo capellán de la Reina Isabel II, convertido al catolicismo en 2019, expuso en EWTN (2020): “Lo que cambió fue el centro de gravedad moral y espiritual de la Iglesia Anglicana. Se volvió demasiado permeable al relativismo”.
La Doctrina Social de la Iglesia subraya que la verdad y la tradición no son anclas rígidas, sino fundamentos para el bienestar humano y comunitario. Caritas in Veritate, de Benedicto XVI, lo sintetiza: “Sin verdad, la caridad cae en sentimentalismo”.
Este principio ha sido decisivo para muchos de estos ministros en búsqueda de certezas.
Un impacto tangible: el 35% de los nuevos sacerdotes católicos proviene del anglicanismo
El informe de la CBCEW revela cifras sorprendentes:
- Desde 1994, cerca de 700 sacerdotes anglicanos han sido recibidos en la Iglesia Católica.
- 35% de los nuevos sacerdotes católicos en Inglaterra y Gales son exanglicanos.
- El Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham reúne a más de 80 sacerdotes y 2,000 fieles provenientes del anglicanismo.
¿Por qué importa esto?
- Porque la Iglesia Católica inglesa ha envejecido y perdido vocaciones.
- Porque la llegada de ministros formados, casados y con experiencia pastoral fortalece comunidades enteras.
- Porque se abren nuevos puentes ecuménicos, aunque no exentos de tensiones.
El sociólogo de la Universidad de Durham, Stephen Bullivant, autor de Mass Exodus, explica: “Este fenómeno no es marginal. Está alterando el rostro del catolicismo británico y mostrando que la Iglesia sigue siendo un lugar de certeza sacramental”.
Dimensión humana: un salto de fe, de identidad y de familia
No se trata solo de cifras, sino de historias reales. Una de ellas es la de Peter Collins, 52 años, antiguo vicario anglicano en Manchester. Tras una década de dudas decidió entrar en la Iglesia Católica junto con su esposa y tres hijos.
En entrevista para este artículo, compartió: “No fue una ruptura; fue un nacimiento. Mi esposa me dijo: ‘Si vamos a seguir a Cristo, vayamos donde encontremos la plenitud de la fe’. Y así lo hicimos”.
Collins vive hoy en una diócesis católica del norte de Inglaterra. Su comunidad, inicialmente desconcertada por la transición, terminó abrazándolo con calidez. Su hija adolescente, Martha, lo expresa con sencillez: “Yo solo sabía que papá quería servir a Dios. Nunca lo vi tan feliz como cuando celebró su primera misa católica”.
La dimensión familiar es central. La Iglesia Católica permite que estos ministros casados sean ordenados sacerdotes en casos excepcionales, lo que ha sorprendido a muchos jóvenes británicos. Para ellos, la figura del sacerdote casado rompe estereotipos y vuelve más cercana la vocación.
El Ordinariato: un puente histórico entre dos tradiciones
En 2009, Benedicto XVI creó el Ordinariato Personal mediante la constitución apostólica Anglicanorum Coetibus. Su misión: recibir y acompañar a comunidades anglicanas completas, preservando ciertos elementos de su liturgia.
El Ordinariato de Nuestra Señora de Walsingham se ha convertido en un refugio espiritual para estos nuevos católicos. La liturgia “Anglican Use”, con su estilo poético y solemne, ha cautivado a jóvenes que buscan profundidad, lenguaje simbólico y experiencia comunitaria intensa.
El músico católico James MacMillan expresó en The Tablet: “La liturgia del Ordinariato tiene una belleza que toca el alma contemporánea. Para los jóvenes, la tradición no es un estorbo: es una brújula”.
Este redescubrimiento de la belleza, la solemnidad y el silencio conecta con el espíritu de la Doctrina Social de la Iglesia, que recuerda que la persona humana necesita espacios de contemplación para crecer en libertad y verdad.
¿Crisis anglicana o renovación católica? Una lectura honesta
Los expertos ofrecen interpretaciones diversas:
A) La Iglesia Anglicana enfrenta erosión doctrinal: El teólogo Martyn Percy, exdecano de Christ Church, Oxford, afirma: “La Iglesia Anglicana ha priorizado el consenso cultural sobre la tradición. Muchos fieles se sienten espiritualmente desorientados”.
B) La Iglesia Católica se convierte en refugio doctrinal: El vaticanista británico Christopher Lamb sostiene: “En tiempos de confusión, la solidez doctrinal católica es atractiva para quienes buscan estabilidad moral”.
C) No es un fenómeno masivo, pero sí significativo: Aunque Inglaterra no está presenciando un “tsunami de conversiones”, sí vive una corriente constante de perfiles altamente preparados, muchos con doctorados y experiencia pastoral sólida.
Para un país que se ha secularizado de manera acelerada, este fenómeno es una señal de esperanza. Como escribió San Juan Pablo II en Ecclesia in Europa: “Europa necesita redescubrir sus raíces cristianas para recuperar el alma”.
Implicaciones para jóvenes, familias y comunidades
Los jóvenes ingleses entrevistados por The Guardian en 2023 coincidieron en que buscan:
- Coherencia entre fe y vida
- Claridad moral en tiempos de confusión
- Comunidades pequeñas, vivas, relacionales
- Espiritualidad que no diluya la verdad
La Doctrina Social de la Iglesia recuerda que la fe debe vivirse en comunidad, con corresponsabilidad y compromiso. En un mundo marcado por la soledad, el relativismo y la fragmentación, estos nuevos sacerdotes —muchos casados y padres de familia— encarnan una imagen cercana, humana, profundamente pastoral.
El flujo de sacerdotes anglicanos que abrazan el catolicismo no se detiene. No es un rechazo airado a su pasado, sino una búsqueda sincera de plenitud espiritual.
Como dijo Michael Nazir-Ali al ser recibido en Roma: “No he dejado una comunidad; he dado un paso más profundo hacia la verdad”.
Para la Iglesia Católica británica, este fenómeno representa una oportunidad histórica: renovar la vida parroquial, fortalecer el ecumenismo y mostrar que la fe sigue siendo relevante, luminosa y humanizadora.
Y para los jóvenes, es un mensaje potente: El seguimiento de Cristo no es un acto pasivo, sino una elección valiente de autenticidad y servicio al bien común.
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