Los grandes compañeros

Los compañeros de viaje también cuentan en política. Los presidentes, en este caso la presidenta, son ell@s y sus circunstancias, por supuesto, pero parte de sus circunstancia son los que se treparon, para bien o para mal en su barco; los que subió ella y los que le dejaron los que se fueron. No es cualquier cosa porque son ellos los que hacen tambalear la embarcación en situaciones difíciles. Los que no saben nada de navegación pero van chupando, echando desmadre y criticando la conducción diciendo que ellos manejarían mejor y que les suelten el manejo del navío. En el colmo la presidenta tiene que responder por las conductas irresponsables y disolutas de estos sujetos. En eso no hay variaciones. Lo mismo AMLO que Peña, Fox, o Calderón, tenían que vérselas con los dislates, tonterías y equivocaciones de sus compinches de partido.

El tema es que los gobernadores y legisladores de la cuarta transformación se han convertido en verdaderos lastres para la presidenta Sheinbaum. De inmediato salta el caso Michoacán donde todas las señales indican que gran parte del problema es el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla, que pertenece a Morena. Sin embargo, no hay ningún pronunciamiento de autoridad alguna a nivel federal de lo que sucede por responsabilidad estatal. Aparte del plan para pacificar a Michoacán tienen que hacer uno para proteger al inútil del gobernador. Lo mismo sucede en Sinaloa, donde a la desgracia narca hay que sumarle la ineptitud, si no es que la complicidad, del propio gobernador Rocha Moya. Un impresentable que no cesa de crear problemas con sus decisiones y declaraciones. Estos dos gobernadores son no solamente un costo para Morena -eso es lo de menos- lo son también para la presidenta, para sus estados y para el país. Son una desgracia.

Lo mismo sucede con, por poner otro ejemplo, el senador Adán Augusto López. Hombre de todas las confianzas del anterior presidente se ha revelado como un hombre turbio en el que los medios de comunicación destacan los malos manejos y hasta vínculos con personas con actividades criminales. Los escándalos de Adán Augusto no han hecho más que crecer y la presidenta ha tenido que sacar la cara por quien fuera su competidor en el proceso de elección de candidato a la Presidencia. 

También se puede decir lo mismo de Leonel Godoy, otro exgobernador de Michoacán que lo tienen como diputado o el rey del padel, “El Cuau”, a quien defendieron a capa y espada de una acusación de violencia sexual, o al conocido Andy y sus peripecias de empresario exitoso y tirado al lujo, o la diputada conocida como “dato protegido”. Es tal la cantidad de personajes cuestionables en “el movimiento” que la lista crece día con día.

Algo que llama la atención es cómo la presidenta se refiere a quienes la meten en líos. Es “un gran compañero”, dice del misógino Paco Ignacio Taibo que se mofó de las mujeres escritoras enfrente de ella; también Cuauhtémoc Blanco es un compañero, y Rocha Moya “compañero de lucha” y así por el estilo. Se entiende que no los aviente al patíbulo a las primeras, pero tampoco se trata de que sus gobernados tengan que pagar, en unos casos hasta con su vida, la defensa de los “grandes compañeros” de la presidenta.

Algo tendrán qué hacer al respecto, porque al paso que vamos los “compañeros de lucha” empezarán a voltear la embarcación.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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