El panorama del reclutamiento de talento en México atraviesa una transformación radical y peligrosa. La inteligencia artificial ha trascendido la automatización de procesos para convertirse en una sofisticada herramienta de creación de identidades laborales ficticias.
Un informe reciente de Remote revela que un alarmante 75 por ciento de las empresas ha recibido al menos un currículum generado con IA, y la capacidad para detectar su autenticidad disminuye día a día. Esta problemática pone en jaque a las áreas de Recursos Humanos, direcciones generales y equipos de compliance, obligándolos a redefinir sus estrategias de validación.
Expertos advierten que ya no basta con contratar al candidato con las mejores credenciales; la prioridad es confirmar que la persona detrás del papel existe y posee las habilidades que dice tener.
“Estamos frente a una nueva generación de fraudes laborales, donde la IA construye perfiles perfectos pero falsos. La verificación ya no es un paso opcional, se trata de una responsabilidad estratégica”, afirma Cristian Fraga, directora de Círculo Laboral, una firma especializada en convertir la información de candidatos en inteligencia accionable para fortalecer la gestión del talento.
El uso de herramientas como ChatGPT o Gemini permite a los suplantadores crear historiales laborales falsos, logros cuantificables y certificaciones internacionales. Estos perfiles superan los filtros automatizados y convencen a los reclutadores.
El riesgo es mayor en sectores como la salud (70 por ciento), la tecnología (50 por ciento) y las finanzas (43 por ciento). En estas industrias, el fraude de identidad puede causar problemas legales, daños a la reputación y pérdidas económicas.
Las leyes mexicanas han cambiado. Con las reformas a la Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita (LFPIORPI), aprobadas el 16 de julio de 2025, las empresas, especialmente las financieras, deben ser cuidadosas.
La reforma exige evaluaciones de riesgo periódicas y saber quién es cada empleado (Know Your Employee o KYE). Esto obliga a las organizaciones a identificar, analizar y reducir los riesgos de lavado de dinero o suplantación de identidad.
Las empresas líderes usan el Due Diligence Inteligente. Este enfoque utiliza tecnología y análisis de datos para evaluar los riesgos laborales antes de contratar a alguien. Esto asegura decisiones laborales seguras y en cumplimiento con la nueva regulación.
“La inteligencia artificial ofrece oportunidades inigualables para optimizar el reclutamiento, pero también introduce riesgos silenciosos y significativos”, advierte Fraga. “En este nuevo panorama, las organizaciones que priorizan la validación rigurosa de identidades, blindando proactivamente sus operaciones y adhiriéndose a las nuevas regulaciones, de este modo no solo estarán evitando fraudes: estarán definiendo el estándar para liderar la gestión del talento del futuro.”
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