ONU alerta riesgos de IA sin control

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk, afirmó que las grandes empresas y las nuevas tecnologías en rápida evolución están creando nuevos retos para hacer frente a los abusos de los derechos humanos, por lo que señaló que los gobiernos y las empresas deben intensificar sus esfuerzos para gobernar la inteligencias artificial.

En el 14º Foro de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos, celebrado en Ginebra, Volker Türk afirmó que el poder de las empresas es cada vez más influyente en lo que respecta al cambio social. Advirtió que, sin los controles adecuados, las nuevas herramientas, como la inteligencia artificial generativa (IA), podrían utilizarse fácilmente de forma indebida.

“Cuando los poderosos gigantes tecnológicos introducen nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial generativa, los derechos humanos pueden ser las primeras víctimas”, advirtió. Al mismo tiempo, señaló que la IA generativa es muy prometedora, pero su explotación con fines puramente políticos o económicos puede manipular, distorsionar y distraer.

El funcionario destacó que las normas, las salvaguardias y la supervisión independiente deben seguir el ritmo de la innovación. 

Agregó que las dificultades a las que se enfrentan los trabajadores de muchos sectores. Los trabajadores migrantes, las mujeres y las personas con empleos informales siguen siendo los más expuestos a los abusos.

Señaló que algunos gobiernos están derogando leyes que obligan a las empresas a respetar los derechos humanos en sus operaciones, calificando esta tendencia de “preocupante” e instando a los Estados a invertir el rumbo.

Afirmó que los ataques contra los defensores de los derechos humanos que documentan los abusos de las empresas son inaceptables y deben terminar.

El avance acelerado de la tecnología y el creciente poder de las corporaciones han colocado a los derechos humanos en un punto crítico. Advirtió que sin controles firmes y una gobernanza adecuada, la inteligencia artificial y otros desarrollos tecnológicos pueden convertirse en herramientas de vulneración masiva.

Señaló que la influencia de las grandes empresas sobre la vida pública es hoy más profunda que nunca. En un contexto de rápidas transformaciones sociales, el sector privado, especialmente las compañías tecnológicas, se ha convertido en un actor capaz de moldear comportamientos, orientar decisiones colectivas y alterar las dinámicas económicas globales. Y ese poder, dijo, debe estar sujeto a límites claros.

Uno de los principales riesgos señalados por el Alto Comisionado recae en la inteligencia artificial generativa. Esta tecnología, que ya transforma industrias enteras y redefine la producción de información, avanza a una velocidad que supera la capacidad regulatoria de los gobiernos. Türk enfatizó que la IA generativa puede ser una herramienta valiosa para el progreso, pero también un arma peligrosa si se utiliza con fines políticos o económicos sin supervisión. Manipular narrativas, distorsionar hechos o desviar la atención pública son, advirtió, amenazas reales en un ecosistema cada vez más digitalizado.

Por eso, insistió en que las normas, las salvaguardas y una supervisión independiente deben crecer al mismo ritmo que la innovación. De lo contrario, los derechos humanos podrían convertirse en las primeras víctimas de la tecnología mal empleada.

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