Ven Señor Jesús

Este 25 de diciembre, en prácticamente todo el mundo, estaremos celebrando la Navidad. Una fecha que tiene varios significados, dependiendo la parte en que nos encontremos, y desde luego nuestra forma de pensar y la religión que se profesa.

El suceso que celebramos cada año tiene su fundamento en la tradición judía, pues sus creencias religiosas hablaban de la llegada de un salvador para el pueblo judío, mismo que tenía muchos años sin encontrar la tranquilidad política, social y religiosa al ser, en repetidas ocasiones, expulsados de sus tierras, sometidos a la esclavitud y con ello vivir sin posibilidades de desarrollo.

La Biblia, en los Evangelios de Mateo y Lucas, nos habla de cómo fue el nacimiento de Jesucristo, el Hijo de Dios, quien, habiendo sido engendrado por el Espíritu Santo en María, la Virgen, y con los cuidados de su esposo José, cumpliéndose en todo lo anunciado muchos años atrás por los Profetas Isaías, Miqueas, Daniel, y otros.

Jesucristo, aun siendo Dios, nació rodeado de toda la pobreza imaginable, como migrante, sin un lugar propio ni cómodo, en un pesebre en donde comían los animales, alejado de todo lujo nos demostró la humildad que muchos de nosotros no conocemos y lamentablemente no queremos entender. Por esta muestra divina y por muchas otras razones más, la Iglesia Católica nos pide tener opción por los pobres, por los migrantes, por los enfermos, por los que más necesitan de nosotros.

En mi concepto, el pueblo judío no supo reconocer a Jesucristo como su Salvador, por ello siguen esperando a su Mesías, un líder humano, que descienda del Rey David, para que unifique al pueblo judío, piensan que el traerá la paz mundial y establecerá un reino de justicia en la Tierra, a diferencia de los cristianos, que encontramos en Jesucristo un salvador espiritual del pecado.

La fiesta del nacimiento del Hijo de Dios debe ser para nosotros los cristianos un momento de gozo, pero sobre todo de esperanza y que nos lleve a una conversión, pero lamentablemente, con el consumismo y la publicidad, la costumbre social no habla de que es un tiempo de fiestas, con un alto consumo de bebidas alcohólicas, así como un espacio para vacacionar y entregarnos regalos los unos a los otros. Las figuras de “santa claus” y “los reyes magos” como personajes que llevan regalos a los niños, las cenas opíparas, los dulces y postres que ya hicimos propios de la época, tristemente han ido desplazando el real motivo de la celebración de la Navidad que nos debe traer paz, esperanza y amor entre los hombres.

En los hogares la imagen de la Sagrada Familia, y del pesebre que deben recordarnos a Dios hecho hombre, lamentablemente cada vez están más ausentes.

A las familias católicas nos urge escuchar a quienes nos recuerden las verdaderas maravillas de la Navidad.

Por esto, celebro el mensaje de los Obispos de México con motivo de la Navidad, cuando hacen un llamado a voltear a ver el pesebre, “ahí está la orientación definitiva de nuestras vidas, hacer lo que Cristo nos pide: Amar a Dios poniendo en Él toda nuestra confianza; vivir como hermanos superando toda confrontación; buscar la verdad y realizar el bien alejándonos de la mentira y el mal. No hay otro camino”.

Aceptemos la invitación que se nos hace de caminar juntos buscando los caminos de paz y reconciliación que México necesita, no caigamos en las constantes campañas gubernamentales y políticas que pretenden la pulverización de la sociedad mexicana, pues divididos, el futuro de nuestra familia, nuestra comunidad y de nuestro país estaría condenado al fracaso.

Es mi opinión, solo con un corazón humilde podremos encontrar en ese pequeño pesebre al Salvador de nuestras vidas, que nuestro pensamiento y deseo sea esperanzador con una expresión sincera clamando “ven Señor Jesús”.

Y concluyo recordando las palabras del Evangelista San Lucas, cuando nos dice sobre el mensaje de los ángeles que anunciaban el nacimiento del Niño Jesús en Belén: “¡Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad!”

Te puede interesar: En la FGR, sale el carnal, entra la socia

* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

@yoinfluyo

Facebook: Yo Influyo

comentarios@yoinfluyo.com

Compartir

Lo más visto

También te puede interesar

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.