Salario mínimo vs. vida cotidiana

El Gobierno de México anunció que, a partir del 1 de enero de 2026, el salario mínimo general aumentará a 315.04 pesos diarios, un incremento del 13% respecto a 2025. El documento oficial también presume que, con este aumento, un trabajador podrá adquirir 2.0 canastas básicas, frente a 1.8 en 2025.

A primera vista, el dato parece alentador: México no solo recuperó el salario real perdido durante décadas, sino que ahora el salario mínimo compra más alimentos que hace 10 años. Sin embargo, cuando miramos el costo de la vivienda, del transporte, de la energía eléctrica, del gas, de los servicios digitales y de la vida cotidiana urbana, surge una realidad contundente: el salario mínimo aumenta, pero el costo de vivir aumenta más rápido. Este reportaje examina esa brecha desde datos económicos, comparativos internacionales y testimonios reales.

El poder adquisitivo alimentario mejora, pero no la suficiencia general

El PDF oficial muestra un gráfico comparando cuántos kilos de alimentos básicos pueden comprarse con un día de salario mínimo. En 2026, un trabajador podrá adquirir:

  • 14.8 kilos de tortilla
  • 13.1 kilos de huevo
  • 6.5 kilos de pollo
  • 7.1 kilos de frijol

Comparado con 2025, todas las cantidades aumentaron. Esto sugiere que el salario mínimo recuperó capacidad alimentaria. Pero el error de interpretación es común: que un salario compre más kilos de alimento no significa que sea suficiente para la vida digna

El propio Papa Francisco afirmaba: “El salario justo debe permitir no solo sobrevivir, sino vivir con dignidad humana.” Es decir, debe cubrir alimentación, vivienda, transporte, salud, educación, descanso y vida familiar. No solo comida.

El salario mínimo mensual 2026: $9,582.47… ¿y la vida?

Según el documento, el salario mínimo general mensual será:

  • $9,582.47 en 2026

A continuación, lo comparamos con costos reales en 2024–2025 (fuentes: INEGI, Profeco, Urban Studies, Observatorio de Vivienda):

Vivienda

  • Renta de una habitación en CDMX: $4,500–$7,000
  • Renta en Monterrey/Guadalajara: $3,800–$6,000
  • Depósito + aval: inaccesible para la mayoría
  • Compra de vivienda mínima: imposible con ingresos mínimos

La vivienda sola absorbe entre 45% y 70% del salario mínimo mensual.

Transporte

  • Transporte público diario en CDMX: $1,200–$1,500 al mes
  • Gasolina para moto o auto pequeño: $1,200–$2,000 mensuales

Alimentación

Aunque el poder adquisitivo mejoró, Profeco muestra que una canasta completa para una familia cuesta $3,200–$3,500 mensuales. Una sola persona puede gastar entre $1,800 y $2,500 con compras racionales.

Servicios básicos

  • Luz y agua: $300–$500
  • Internet y celular: $300–$600
  • Gas LP: $350–$550

Total mensual estimado para una persona sola

$9,000 – $11,000

Es decir: el salario mínimo alcanza apenas para sobrevivir, pero no para ahorrar, crecer o vivir plenamente.

En Iztapalapa vive Carolina, madre soltera de 33 años, empleada de limpieza en una tienda departamental. Su salario es el mínimo general. Aunque reconoce el aumento como positivo, su realidad lo contrasta: “Sí ayuda, pero todo sube más. La renta me la subieron 500 pesos desde el año pasado. El mercado me cuesta el doble que hace tres años. El aumento se va en una semana.”

Carolina vive con su hijo de 7 años en un cuarto de azotea. Entre renta, transporte y comida, su salario se consume casi por completo. No tiene acceso a ahorro, salud privada, educación complementaria para su hijo ni posibilidades de mejorar su vivienda.

El golpe de la inflación estructural

Aunque el gobierno presume una inflación controlada del 4% anual (Banxico), existe una inflación no oficial pero muy real: la inflación percibida.

Entre 2020 y 2024:

  • Huevo: +56%
  • Tortilla: +48%
  • Gas LP: +42%
  • Renta: +30% a nivel nacional, +60% en zonas urbanas
  • Luz: +25% en algunos estados

Esta inflación se combina con un aumento histórico del salario, pero la dinámica no es pareja: la vida urbana es cada vez más cara.

La trampa del progreso aparente

En el documento oficial, México presume haber alcanzado nivel récord en poder adquisitivo desde 2018, con un aumento real de 154%.

Pero la UNAM, el IDIC y la Ibero han advertido que medir el bienestar únicamente con base en la capacidad de compra de alimentos oculta brechas más profundas:

  • salud
  • movilidad
  • educación
  • vivienda
  • tiempo libre
  • seguridad
  • informalidad

La carencia más grande en México hoy no es la alimentaria: es la imposibilidad de sostener un proyecto de vida estable con ingresos bajos.

La Zona Libre de la Frontera Norte: otra realidad salarial

En la ZLFN, el salario mínimo de 2026 será de $440.87 diarios, equivalente a $13,409.80 al mes. Esto permite una mayor capacidad para enfrentar costos más altos de vivienda y transporte en ciudades fronterizas como Tijuana o Juárez. Pero también revela algo incómodo: México tiene dos niveles de salario mínimo, uno casi europeo en monto, otro claramente insuficiente en el resto del país.

¿De qué sirve comprar más comida si no hay acceso a salud o educación?

El aumento del salario mínimo ha sido crucial para mejorar ingresos, pero no resuelve el deterioro de los servicios públicos. CONEVAL reportaba que entre 2018 y 2022 la carencia de acceso a salud aumentó de 16% a 39%, afectando especialmente a trabajadores de bajos ingresos.

Más sueldo no compensa:

  • clínicas saturadas
  • falta de medicamentos
  • deterioro en servicios escolares
  • inseguridad en traslados
  • tiempos de transporte de 2–3 horas al día

La vida digna es integral, no solo alimentaria. 

En Laborem Exercens, San Juan Pablo II afirmaba que el salario debe ser suficiente para sostener a la familia, no solo al individuo. El Papa Francisco agrega: “Las estadísticas no pueden ocultar la vida real. La dignidad requiere que cada persona pueda vivir bien, no apenas sobrevivir.” Desde esta perspectiva, el salario mínimo 2026 avanza, pero no alcanza. Por eso es esencial regresar la mirada a los principios:

  • subsidiariedad: apoyar a quien no puede por sí mismo
  • solidaridad: proteger a los más vulnerables
  • bien común: políticas que abran oportunidades
  • justicia social: trabajo digno y salario justo

Lo que México debe hacer para cerrar la brecha entre salario y vida

El aumento salarial es insuficiente sin estas políticas complementarias:

1. Vivienda accesible: Construcción social, créditos flexibles, regulación de rentas abusivas.

2. Transporte público digno: Infraestructura, seguridad y rutas eficientes para reducir tiempos y costos.

3. Salud universal efectiva: Abasto, clínicas, médicos, atención urgente y preventiva.

4. Aumento de productividad real: Capacitación, innovación, formalización empresarial.

5. Apoyo a microempresas: Reducción de cargas fiscales, incentivos por capacitación y productividad.

6. Lucha contra la informalidad: Simplificar trámites, crédito barato, beneficios de formalizarse.

Sin estos elementos, el salario mínimo seguirá siendo un paliativo, no una solución estructural.

El aumento a $315.04 diarios en 2026 es un paso en la dirección correcta. Los datos del PDF muestran una recuperación del poder adquisitivo alimentario y un avance histórico. Pero la vida real —la renta, el transporte, la educación, la salud, la inseguridad, el tiempo perdido, la falta de oportunidades— sigue creciendo más rápido.

El salario mínimo mejora, pero aún no alcanza. México necesita una estrategia integral que combine ingresos dignos con condiciones de vida dignas. Porque la justicia social no se mide solo en kilos de comida, sino en la posibilidad de construir una vida plena.

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