Siempre es buen momento para educar a nuestros hijos en el valor de la responsabilidad

Estamos a punto de comenzar el ciclo escolar y es perfecto tiempo para comenzar a retomar el ritmo de vida y para educar a nuestros hijos en este valor.

Sé que este tema es algo delicado y por lo mismo debe estar adecuado a la edad y madurez de cada uno de nuestros hijos y también debemos tener muy claro que ser responsable es un proceso que debemos acompañar como padres de familia. Por eso aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo. 

PRIMERO. Déjales pequeñas tareas.

Permitir que los niños tengan responsabilidades adecuadas a su edad, como recoger sus juguetes, poner la mesa o alimentar a la mascota es de gran ayuda para educarles en la responsabilidad. 

Un niño de 3 o 4 años ya puede guardar sus juguetes en una caja, y uno de 6 puede ayudar a tender su cama. No se trata de que lo hagan perfecto, sino de que entiendan que hay responsabilidades propias de su edad.

Es necesario hacerles saber que si ellos no hacen las labores que se les han encomendado nadie lo hará por lo que su colaboración es muy importante para el bienestar familiar. 

Para ayudarles podemos poner una imagen o lista de las labores que les toca a cada quien y que ellos puedan marcar cuando la hayan realizado, de esta forma todos podremos apoyarles y animarlos cuando veamos que les cuesta trabajo y felicitarlos cuando la labor esté realizada. ¡Todos necesitamos de apoyo moral!

SEGUNDO. Enseñemos con nuestro ejemplo. 

Si nuestros hijos ven que llegamos a tiempo al trabajo, que cumplimos con lo que les prometemos o que hacemos nuestras labores en casa, ellos entenderán que la responsabilidad es algo importante. 

Nuestros hijos aprenden solo con observarnos, no es necesario que les digamos que en cierto momento les vamos a educar, sino que aprenden de nuestras actitudes, de nuestras reacciones y de como afrontamos los problemas y les damos solución. 

Si nuestro testimonio es bueno entenderán que la responsabilidad es algo cotidiano y hasta un estilo de vida. 

TERCERO. Cuando no cumplimos debe haber consecuencias.

Es bueno que les expliquemos a nuestros hijos que dejar de hacer lo que debemos tiene consecuencias, positivas o negativas, y que nos afecta a toda la dinámica familiar. 

Si les decimos las cosas con claridad estoy segura que entenderán, aunque estén pequeños. Sin esta explicación es difícil que ellos dimensionen la trascendencia de la falta que comenten al dejar de hacer lo que les toca. 

No se vale que solo los regañemos porque no hacen las cosas, siempre es mejor explicarles la importancia de cumplir con sus labores y lo positivo que viene cuando lo hacen. Siempre el enfoque positivo es mejor. 

CUARTO. Reconoce y valora el esfuerzo más que el resultado. 

Los niños necesitan sentirse motivados y apreciados así que celebra cuando asumen sus responsabilidades, cuando intentan hacer lo que les pedimos, aunque no lo hagan perfecto. 

Es bueno que tengamos presente que aprender a hacer las cosas es un proceso por lo que requiere de nuestra paciencia y acompañamiento y si además les damos una palmadita en la espalda cuando se esfuerzan en hacer sus labores les damos un poco de cuerda para que sigan intentando hasta que puedan hacer las cosas súper bien. 

No es necesario que sean grandes reconocimeitnos, ni premios que condicionen sus acciones, pero si palabras de aliento, que les animen a hacer las cosas cada vez mejor. El  reconocimiento motiva a seguir creciendo y fortalece su autoestima.

Y QUINTO. Dales acompañamiento, pero sin asfixiarlos. 

A medida que crecen, debemos darles espacio para tomar decisiones y resolver problemas por sí mismos, siempre que estén de acuerdo a su edad y madurez. Decidir qué ropa se quieren poner, a qué quieren jugar, escoger entre dos platillos para comer, son decisiones que les ayudan a desarrollar criterio y a asumir la responsabilidad de sus elecciones.

Se que muchas veces queremos evitarles sufrir consecuencias negativas por lo que deciden hacer, pero es necesario que aprendan a enfrentarse a esto para que también los eduquemos en la tolerancia a la frustración y a que no siempre sale todo como ellos quieren. 

Cuando les permitimos equivocarse en familia es menos doloroso y más formativo. Así aprenderán a asumir las consecuencias de sus actos y a pensar antes de hacer. 

La responsabilidad es la base de la vida cotidiana y por eso es tan importante que nuestros hijos la adquieran como valor.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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