Este domingo de la Ascensión, también se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales basados en el mensaje que el Papa nos da el 24 de enero, día de San Francisco de Sales.
Esto me hace pensar que el tema de la comunicación es cada día más crucial para el mundo que vivimos y la familia no es la excepción ya que es de vital importancia conseguir una buena comunicación entre sus miembros para tener estabilidad, unidad y cohesión.
Una mala comunicación produce confusiones, dudas, inseguridad y hasta puede provocar accidentes y lesiones.
Este tema requiere de nuestra atención y cuidado ya que somos nosotros, los papás, quienes debemos enseñar a nuestros hijos a tener buena comunicación con nuestro ejemplo, de lo contrario provocaremos que se metan en una burbuja que después será muy difícil de penetrar y pasará, como muchas veces pasa en la actualidad, que nuestros hijos se aíslen y creen un mundo paralelo al que los demás vivimos y que no quieran salir de él para comunicarse con nosotros.
Por eso hoy te comparto mis 5Tips para establecer una adecuada comunicación con nuestros hijos.
PRIMERO. Practica la escucha activa.
Para que haya diálogo es necesario comenzar escuchando, si no escuchamos lo que nos quieren decir, no podremos dar una respuesta adecuada a las necesidades reales que hay en nuestra familia.
Es necesario que nuestros hijos se den cuenta de que les estamos poniendo toda la atención que ellos necesitan. Nuestros gestos y actitudes pueden decir más que nuestras palabras por lo que es bueno que el ambiente sea propicio para el diálogo.
Cuando alguno de los miembros de la familia necesita ser escuchado, debemos dejar a un lado los distractores como el celular, la televisión, el trabajo, etc. para que note que le estamos poniendo toda la atención posible y eso le dé confianza para hablar.
Se vale preguntar cuando tengamos duda, pero no se vale interrumpir cada cinco minutos, por lo que es bueno dejarlo hablar lo más posible antes de comenzar a preguntar.
Las frases “te lo dije”, “era de esperarse”, “eres un tonto”, etc. no están permitidos ya que bloquean el diálogo, hacen que se cierren y dejen de hablar.
SEGUNDO. Enséñales a expresar sus sentimientos con respeto.
El testimonio es básico en este punto, por lo que es bueno hablar desde nuestra experiencia para hacer empatía y lograr una conexión al acoger el mensaje que nos están compartiendo.
A veces, los sentimientos se agolpan y salen de manera explosiva pero es necesario enseñarles a manejarlos para que no les hagan daño ni a los demás.
Nosotros podemos guiarlos al principio para que aprendan a expresarse con respeto y poco a poco le puedan poner nombre a lo que sienten. Después ellos mismos lo harán de manera natural.
Debemos recordar que es un proceso y como tal, a veces tenemos avances y a veces retrocesos por lo que no debemos enfadarnos con nuestros hijos si de vez en cuando explotan o no pueden controlarse al expresarse.
Es necesario evitar los conflictos y fomentar el diálogo para que nuestros hijos aprendan que los problemas y conflictos se solucionan sin violencia.
TERCERO. Dedica tiempo de calidad para conversar en familia.
Como cada día tenemos menos tiempo por el ritmo de vida que llevamos, es necesario encontrar momentos específicos para hablar en familia.
Si tienes un horario familiar es bueno que programes estos tiempos a diario. Pueden ser en las comidas o antes de dormir y debe ser un tiempo adecuado para que todos los miembros de la familia expresen cómo se sienten en el día.
Si acostumbramos a nuestros hijos a que tienen tiempo para hablar, es seguro que después, ellos lo harán de manera natural, porque se les generará un estilo de vida basado en el diálogo.
Con esto estamos educando a nuestros hijos en la inteligencia emocional, algo muy necesario en nuestros días. Esto mejora la comunicación diaria y también la identidad familiar.
CUARTO. Enséñales a arreglar los conflictos basados en el amor.
Es necesario hacer frente a los conflictos de manera inmediata porque de otra forma el medio ambiente y la sociedad misma nos invitan a la violencia y a que sólo se puede solucionar los conflictos con más violencia.
Es necesario que nuestros hijos nos vean enfrentar los conflictos con calma, buscando soluciones juntos y sin gritar ni ofender.
También debemos velar por que esto mismo suceda con los miembros de nuestra familia ya que, entre hermanos, a veces se calientan los ánimos y se generan actos violentos.
Enseñarles a respirar para relajarse, enseñarles a contar hasta diez para no enojarse, hacer un alto en la conversación si se ponen agresivos, son tareas que nosotros como papás debemos hacer cotidianamente para generar un estilo de vida basado en el diálogo y el amor, porque solo el que ama es capaz de hacer a un lado su soberbia y su orgullo para escuchar y perdonar.
Y QUINTO. Que todos en la familia sepan que hay confianza y apertura.
Es básico crear un espacio seguro donde cada miembro se sienta libre de hablar sin miedo a ser juzgado es clave para una comunicación saludable.
Si ya tenemos previstos espacios para el diálogo familiar, es necesario que ahora propiciemos espacios y mecanismos para el diálogo personal, es decir, que nuestros hijos sepan que pueden hablar con nosotros de cualquier cosa, sin temor a que nos enfademos o que los juzguemos. Esto no quiere decir que estemos de acuerdo con todo lo que hacen, pero sí que estamos siempre abiertos a escucharlos y a tratar de orientarlos y apoyarlos.
Para eso es bueno que de cotidiano platiquemos con ellos individualmente y lo podemos lograr si les invitamos un helado, si salimos a caminar con cada uno para que se acostumbre a hablar personalmente y que, cuando haya algo especial, no lo sientan extraño.
Debemos recordar que nuestros hijos no saben comunicarse sino que lo van aprendiendo con nuestro ejemplo y con las interacciones que tienen a lo largo de su vida, por eso es necesario educarlos para el diálogo y la escucha activa, es decir, para que se puedan comunicar de manera eficaz, así será más sencillo que tengan éxito.
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