Viernes 28 de abril, el auditorio MIA, en el centro de Culiacán, lleno a capacidad, principalmente de militantes panistas culichis y de otras ciudades de Sinaloa, para escuchar a Margarita Zavala, aspirante a la candidatura presidencial panista en 2018. Mensaje claro, directo, de interés para el estado, y respuestas precisas a las inquietudes planteadas por varios de los asistentes.
México tiene todo para ser un gran país, dijo Margarita al iniciar su plática. Queremos dar un gran salto hacia adelante y lo podemos hacer, tenemos todo lo necesario, incluyendo más de 30 millones de jóvenes entre 15 y 29 años. Estamos, dijo en el Estado más importante en términos agrícolas (Sinaloa). Tenemos mujeres más integradas a la vida pública del país. Mujeres en la empresa, en las universidades, en el trabajo formal, en los pequeños negocios, en todas partes.
También es cierto que México está debilitado, dolido y dividido, Ha recorrido, dijo, muchas veces el país, y hay una enorme incertidumbre económica. Hay un enojo, una enorme indignación por la corrupción, y hay miedo por la inseguridad. Otra vez se vuelve a hablar de dos palabras: deuda y devaluación. Ha habido una gran irresponsabilidad en las finanzas públicas.
“Vivimos tras una reforma fiscal que lo único que buscó fue ver al ciudadano como un sujeto al que hay que sacarle dinero”. Este gobierno es el que más dinero ha tenido, pasamos de 4.5 billones de pesos a 5.5 billones. El presupuesto público debe ir a donde tiene que irse, pues el 80% va a gasto corriente. Y esa distribución del gasto ha creado incertidumbre económica, pues el país no ha crecido como debió. Tenemos que platicar sobre una responsabilidad en las finanzas públicas. Así el problema de la educación o el campo, no es que falte dinero, sino a dónde va el dinero.
Un tema central de la exposición de Margarita fue el financiamiento a los partidos políticos, pues ese dinero del erario debe servir para resolver necesidades ciudadanas. México tiene una democracia demasiado cara con dinero público. Los partidos deben vivir de sus militantes y simpatizantes, como se hacía antes. Indicó que Acción Nacional vivía así y ganaba elecciones. La democracia no puede salir tan cara, y se paga con nuestros impuestos. El presupuesto debe ir a salud, a educación, a innovación, si no, México no va a ser competitivo.
A la gente hay que dejarla trabajar, no ponerle regulaciones excesivas, hay que apoyarla, incentivarla a que produzca. Prefiero, dijo, el crecimiento económico a la recaudación; entre la regulación y la competitividad, prefiero la competitividad. Entre otras cosas, mencionó que tenemos que aprender a vivir del mar, y que Culiacán sabe de esto. Se podrían tener grandes puertos aquí (Sinaloa), en términos de turismo, de infraestructura y de comercio. “En México somos más agua que tierra y deberíamos saber vivir del mar”.
Debemos enfrentarnos al gran muro que es la corrupción. La vemos todos los días. Las grandes calificadoras dicen que la debilidad del Estado de Derecho, la enorme corrupción, que no permite crecer. Lo mismo se dice en el Foro de Davos. Afecta a todas las empresas, no sólo a las grandes, sino hasta las más pequeñas, que tienen menos recursos para defenderse y mantenerse. Las grandes víctimas de la corrupción son las que menos tienen, las grandes empresas tienen formas de compensar la corrupción, las pequeñas no.
Se requiere transparencia, que sirve no sólo para ver la aplicación de los recursos, sino también para verificar el resultado de la aplicación de los programas. “Conozco, dijo, políticos que son transparentes, transparentemente corruptos”. Tiene que haber congruencia de vida y consecuencias para quien abusa, para quien no rinde cuentas, para quien se burla. Estamos indignados porque vivimos en una enorme impunidad, que propicia la corrupción.
También estamos indignados, señaló, porque tenemos miedo. Ese miedo lo tenemos porque se han abandonado las instituciones de justicia y de seguridad. Porque no hay confianza en la policía. Necesitamos generar un sistema de justicia para todos. Necesitamos un control de confianza, en los fiscales y en la policía. Necesitamos un Estado de Derecho, que requiere liderazgo ético. Y es que sí importa quién decide, quién es presidente municipal gobernador, presidente o presidenta de la República, agregó entre aplausos. Necesitamos liderazgos éticos en todos los órdenes de la vida.
En la vida pública quiero, dijo, lo que todos queremos: que haya Estado de Derecho, aplicación de la Ley. Que los delincuentes estén en las cárceles y los ciudadanos en las calles. Que los ministerios públicos y los policías protejan a los ciudadanos y los soldados y marinos victoriosos regresen a sus cuarteles.
Entró al PAN a los dieciséis años, que fue formada en el servicio al país, y de sus padres aprendió que lo importante es amar y servir a México, algo tan común como… respirar, indicó. Poner en el centro a México, “y yo les voy a pedir que hagamos eso: poner en el centro a México”. “Yo me emocioné con un hombre como Maquío Clouthier y a una mujer como Leticia”, yo sé de qué está formado Sinaloa, que es la casta que se entrega; yo aquí vi a hombres y mujeres que dieron la batalla, la tierra que vio nacer a muchos hombres y mujeres que lucharon por la democracia, y sé de qué está formado Sinaloa”. Vi a las familias ser solidarias en las inundaciones en Sinaloa”.
Dijo conocer lo mucho que vale México y de lo que es capaz, y “ustedes también”, de cómo nos ven en la comunidad internacional, como en las crisis de 2008 y 2009, en que México supo manejar la crisis y salió adelante con menores costos que otros países. Podemos lograr el cambio, dijo, porque conoce a México. “Es la hora de confiar en nosotros, de que confíen en ustedes, en lo que conocen de México”.
Frente a los mensajes fatalistas y deprimentes de muchos mexicanos, políticos en especial, el mensaje de Margarita Zavala es de optimismo, de esperanza y confianza de lo que el pueblo mexicano es capaz de hacer.
Margarita Zavala trae a través del país mensajes bien estructurados sobre la realidad de México, y de las políticas que se deben aplicar para ir resolviendo los grandes problemas nacionales. Demuestra conocer bien el país y los caminos de solución. Está bien consciente de lo que más preocupa a los mexicanos, como son la corrupción y la inseguridad, y lo que debe hacerse al respecto. Pero, ante todo, optimismo, por lo que México es capaz de hacer.
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