DE NATURALEZA RECLAMANTE
Hay algo –de muchos “muchos”- que el escribano le reprocha, reclama y recrimina al segundo piso del oficialismo: la delicadeza de su cutis y los niveles de ofensas graves, que le otorgan a quien piensan diferente de su desgastado y mal reciclado discurso. Lastiman, hieren e ironizan con un estatus de ligereza y superficialidad asombroso, como los mensajes infantilizados desde su buhardilla.
Como una corriente renovada del fariseísmo y el puritanismo del pasado aplicado a la narrativa política de ahora, que puede describirse como una “moralización” tan excesiva como pueblerina de sus discursos, sustentada en la permanente lucha de pueblo contra élites perversas de todo tipo. Son tan combativos como llenos de protocolos “rococó”, en nombre de una estética austera que se reduce a hacer todo lo que no es austero, aunque los mensajes se llenen de esos dichos.
Se afirman como rebeldes, gente de contra-cultura, cuando resultan dogmáticos al extremo al presentar sus verdades como incuestionables; por lo mismo descalifican, ofenden e incendian las tribunas y la pluralidad de ideas que demandan siempre de los demás. Por eso también sus dogmatismos debilitan el tejido social y fracturan el respeto al pensamiento que no coincide con el de ellos.
OFENDER LO SAGRADO
Conociendo, por sus “estrategias y narrativas” de violencia, burla y ataque, lo que hicieron como “acto cultural”, permitido y/o fomentado por la jefa de gobierno, y que tuvo como centro de impacto la Catedral Metropolitana, la catolicidad mexicana tendrá que pedirle a Fernández Noroña que exija una disculpa pública a los autores de la idea y de los permisos, en una peregrinación de rodillas, desde Peralvillo a la Catedral, porque esos sucesos constituyen una ofensa fuerte para la mayoría del pueblo de México.
El argumento de que la construcción pertenece al gobierno federal, se cae por tierra, por el solo hecho que, desde los atrios hacia dentro de las instalaciones, los contenidos pertenecen a las estructuras jerárquicas determinadas por la Iglesia.
¿Quién asesora a la señora Brugada que le impidió ver que ese edificio constituye uno de los elementos más sagrados, de respeto y creencias para los mexicanos… para ese pueblo que la 4T dice defender?
Es grave además, por el contenido de los mensajes proyectados, a sabiendas de que la defensa de la vida y la familia son bastiones y banderas de la Iglesia Católica y del Magisterio desde siempre.
Para ellos y sus patrocinadores del segundo piso, no pasará de ser una proyección hecha con una pinches lucecitas…
Para la mayoría de quienes tenemos el privilegio de la Fe, lo que hicieron es una herida fuerte contra nuestra Madre y Maestra.
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