VISIÓN AL VOLEO
El panorama es escasamente alentador para el país. Todo se resuelve y muy poco se resuelve en medio de una crisis social, económica y política que confunde a la mayoría de las y los mexicanos, pero que deja al descubierto la intencionalidad de las acciones de un gobierno ideológicamente empecinado en dejar a las familias en la ignorancia, la pobreza, en el contexto de una dominación salvaje que solo admite el silencio, la conformidad y la quietud como intercambio de un espionaje detallado y una militarización al servicio de la nueva generación de poderosos.
El analista y periodista de investigación, Salvador García Soto en su columna de El Universal, dibuja con claridad los escenarios:
Morena, la 4T y la administración pública federal no conforman un movimiento político, porque las luchas y las golpizas por el poder y los recursos de cualquier sitio son incapaces de darle unidad y sinergia, a me nos que el interés inmediato, personal y abundante sea el objetivo compartido.
Tampoco son un partido político porque carecen de bases, de estructura de militantes convencidos y unidos por el ideal compartido de Marx, Lenin, Gramsci o Hegel, sino integrados fundamentalmente, por seguidores de un trabajo a cambio de lo que se pueda obtener, porque todos se encuentran aglutinados en una masa uniforme auto catalogada como “siervos de la nación”, aunque pocos identifiquen el significado de la expresión conjunta.
En consecuencia, la unidad a la que continuamente se convoca desde palacio, no traspasa el ámbito de una llamarada de lugares comunes, a excepción de las ocasiones en que peligra.
La sola duda de “sospecha” verbalizada por los Estados Unidos sacude el tema de la colaboración con el terrorismo y, siendo claros, o eso no se ha entendido o existe otra razón de más fondo, porque vincula directamente, tanto al expresidente tabasqueño como a la mandataria, pues, de forma independiente a que Pablo Gómez ya había investigado las extrañas conexiones de los bancos señalados por la autoridad estadounidense, pueden visualizarse dos aspectos: uno, la UIF y palacio ya sabían del lavado de dinero y presuntamente, escondieron la información para no lastimar directamente al consejero y amigo del expresidente. Y en otro sentido, atrae a la opinión pública y el análisis el surgimiento de nuevo, de García Luna y los cárteles señalados.
Se le exigen pruebas al Departamento del Tesoro y a la Fiscalía, pero un documento llamado “El Acta Patriótica” no obligan al gobierno de Trump a mostrar ninguna y, como señala el analista, “me nos al gobierno mexicano”
¿Ya hay encuentros bancarios de tercer tipo? Sin duda alguna. El problema es que alguien está tapándole los ojos a la mandataria mexicana y eso puede ser muy superficial y resbaladizo.
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