En la adolescencia es muy común que nuestros hijos tengan curiosidad por algunos temas propios de su desarrollo biológico, afectivo y sexual. Lo importante aquí no es que exista esta curiosidad y el deseo de saber, sino que estas dudas sean resueltas de la mejor manera y por las personas adecuadas. En esta época, en la que la información está presente con solo dar un click, es fundamental que dentro de la familia se haya construido un vínculo de confianza y apertura entre padres e hijos para orientarlos de la mejor manera en estos temas.
Generalmente la sexualidad es uno de los temas que como padres puede causarnos desconcierto o temor sobre cómo abordarlo con nuestros hijos, sin embargo es muy importante que desde que son pequeños, de acuerdo a su edad, empecemos a hablar de lo que implica la sexualidad humana, para que cuando lleguen a la adolescencia tengan un conocimiento verdadero, apropiado a su edad y se pueda platicar con ellos sobre los riesgos que se pueden prevenir: el efecto perjudicial de la pornografía, las enfermedades de transmisión sexual y el embarazo, en una edad en que no hay la madurez necesaria.
También hay que alertarles sobre los peligros que existen relacionados con su sexualidad, como puede ser: acoso, abuso, violación y la trata de personas. Si no nos adelantamos para darles el conocimiento necesario, lo más probable es que los adolescentes busquen resolver sus dudas con amigos o que lean literatura inadecuada que contienen imágenes e información desvirtuada de lo que realmente es la sexualidad.
Sabemos que a través de internet nuestros hijos pueden llegar a tener contacto con extraños que pueden incitarlos a visitar sitios donde van a encontrar desinformación, imágenes y videos que desvirtúan el valor de la sexualidad humana y los inducen a conductas de riesgo.
El estar expuestos de manera constante a contenidos eróticos trae consigo consecuencias físicas y psicológicas, que pueden llevar a las personas a desarrollar una de las adicciones denominadas no toxicas: la pornografía.
El aspecto adictivo de la pornografía tiene su base biológica en la hormona dopamina que al ser estimulada, actúa como un mecanismo de motivación para la búsqueda del placer. Esta hormona nos lleva a mantener el nivel de actividad para conseguir lo que se persigue, es decir, nos impulsa a realizar las actividades necesarias para obtener lo que deseamos, por lo que será positiva o negativa, dependiendo de lo que estemos buscando.
En el aspecto psicológico, la adicción a la pornografía lleva a la persona a desarrollar insatisfacción en sus relaciones de pareja, desconfianza, baja autoestima, estrés y distorsión de la realidad. Por lo que puede terminar en cuadros depresivos severos, e incluso en conductas delictivas.
Es indispensable enseñar a los niños y adolescente a utilizar de manera responsable los medios electrónicos, ya que los adolescentes son usuarios tecnológicos expertos pero emocionalmente inmaduros, lo que los hace altamente vulnerables.
En Red Familia te invitamos a poner en práctica estas sencillas acciones que pueden ayudarte a prevenir esta adicción en tus hijos:
• Supervisa de manera regular qué información bajan tus hijos de internet.
• Procura dar buen ejemplo, procurando abstenerte también de sitios pornográficos.
• Checa sus listas de amigos e invítalo a que no acepte a desconocidos en la red.
• Verifica que los videojuegos que compra no contengan imágenes o contenidos inconvenientes o dañinos.
• Checa que los libros que esté leyendo sean adecuados para su edad.
No se trata de prohibiciones que con toda seguridad se saltarán cuando no estemos presentes, sino de ayudarles a ejercer un autocontrol libre, tanto con el tiempo en internet, como en los contenidos y muchos otros aspectos de su vida. Porque en la comunicación dentro de la familia, está la solución.
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