Las tribulaciones de Joe Biden

Biden ya hizo lo que tenía que hacer o sea sacar a Trump de la Casa Blanca; a partir de que juró su cargo, su popularidad empezó a desinflarse como un globo.



Muy preocupado ante el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, en las últimas semanas. Y lo peor del caso es que él, antes que nadie, sabe que dicha preocupación irá en aumento conforme se vaya acercando el martes 8 de noviembre.

Y es que en tal fecha habrán de celebrarse las elecciones de medio período en la cuales se decidirá el futuro inmediato de dicho país.

Biden, militante del Partido Demócrata, es un personaje muy singular.

Ciertamente sacó de la Casa Blanca a Donald Trump gracias a su victoria en las elecciones presidenciales de noviembre de 2020.

No obstante, analistas expertos en política norteamericana se muestran de acuerdo en el hecho de que quienes en aquella ocasión votaron por Biden lo hicieron manifestando un rechazo a Trump; o sea que, más que votar por Biden, lo que estaban haciendo era votar en contra de Trump.

En estos momentos Joe Biden es uno de los presidentes más impopulares que han tenido los Estados Unidos en los últimos tiempos.

Quizás parte de su impopularidad se deba al hecho de haber abandonado Afganistán permitiendo que los talibanes se apoderasen del país en pocas semanas.

Biden se muestra incapaz de convertirse en una figura carismática, al estilo de Kennedy, Reagan e incluso –con todas sus imperfecciones- del mismo Donald Trump.

Biden ya hizo lo que tenía que hacer o sea sacar a Trump de la Casa Blanca; a partir de que juró su cargo, su popularidad empezó a desinflarse como un globo.

Con casi ochenta años a cuestas, Biden más parece un abuelo jubilado que el comandante en jefe de la primera potencia mundial.

Si no hay cambios relevantes, de aquí a noviembre, el escenario electoral se anuncia catastrófico para los demócratas.

En estos momentos las fuerzas de ambos partidos se encuentran distribuidas de la siguiente manera:

*En el Senado: 50 republicanos y 50 demócratas o sea un empate que es causa de bloqueos.

*En la Cámara de Representantes: 220 demócratas y 210 republicanos.

Si acaso los demócratas –como todo parecen indicar las encuestas- sufriesen una catástrofe en noviembre, el poder de Joe Biden quedaría reducido a su mínima expresión, convirtiéndose lo que en política norteamericana se conoce como un “pato cojo” o sea un adorno inútil carente de cualquier poder de decisión.

Si eso ocurriese, durante los dos últimos años de su gobierno, a Biden no le quedaría más recurso que aparecer en ceremonias culturales, pronunciar discursos aburridos que duermen al auditorio y aguantar todos los desplantes de una oposición republicana cuyo poder iría en aumento.

Y es aquí donde aparece otra preocupación que le quita el sueño a Biden.

El hecho de que, después del 8 de noviembre, surjan nuevas figuras políticas dentro del escenario político y, de manera muy especial, dentro del Partido Republicano.

A partir del siguiente día después de las elecciones, o sea del 9 de noviembre, dentro de los republicanos empezarán a descollar personajes que en estos momentos no existen dentro del mundo político.

A partir de tal fecha, el mundo entero empezará a fijarse en diputados, senadores e incluso alcaldes republicanos que hayan obtenido un triunfo significativo el día anterior.

Y esas nuevas figuras empezarán a desfilar por el candelero convirtiéndose en posibles aspirantes a la candidatura presidencial republicana para las elecciones de 2024.

Y lo mismo ocurrirá dentro del campo demócrata donde, también por la misma razón, surgirán nuevas figuras que aspirarán también a la candidatura presidencial de su partido.

Esto es algo que con frecuencia se repite en los Estados Unidos.

Resumiendo: El casi seguro fracaso que sufrirán los demócratas en noviembre no solamente atará de pies y manos a Joe Biden sino que causará que disminuyan las posibilidades de que el octogenario presidente pueda reelegirse dos años después.

Vaya que tiene motivos Joe Biden (aparte del covid) para padecer insomnio.

Y si las cosas siguen como hasta ahora, el anciano presidente verá con gozoso alivio que tenga que abandonar la Casa Blanca el 20 de enero de 2025.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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