El maximato del narco

Con motivo de la campaña electoral que está a punto de iniciarse y que culminará el domingo 2 de junio con la elección del próximo presidente (o presidenta) de México, mucho se insiste en que la turbulencia que padece el país podría desembocar en un Maximato.

Se conoce como Maximato al sistema que impuso a fines de los años veinte del siglo pasado el entonces presidente Plutarco Elías Calles, quien se proclamó Jefe Máximo de la Revolución; de ahí el nombre de “Maximato”.

Según dicho sistema durante varios años fueron tres quienes ocuparon la Presidencia: Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez.

Sin embargo, en realidad el auténtico poder tras el trono era Calles.

Un Calles que, por ser el Jefe Máximo, había convertido en peleles (el pueblo les llamaba “nopalitos”) a dichos presidentes puesto que en realidad era Calles y solamente Calles quien llevaba la voz cantante.

                                     “Aquí vive el Presidente

                                   Pero el que manda vive enfrente”

Decían unos ingeniosos versos queriendo significar que, aunque el Presidente vivía en el Castillo de Chapultepec, a unos cuantos metros vivía Calles el auténtico mandón.

De un tiempo a esta parte mucho se ha insistido en la posibilidad real de que se instaure un nuevo Maximato.

Si esto ocurriese, aunque ya para entonces el expresidente Andrés Manuel López Obrador se fuese a vivir a su rancho de Tabasco, sería él y solamente él quien tomaría las decisiones más importantes.

Pudiera ser, todo es posible en un país tan convulsionado como es el México de 2024.

Ahora bien, es aquí donde les hago una pregunta a nuestros amigos lectores: ¿No se han dado cuenta de que llevamos ya casi veinte años padeciendo un Maximato mucho peor que el de Calles?

Me refiero al Maximato del Narco que ha crecido de manera exponencial hasta transformarse en un poder paralelo con igual o mayor fuerza que la que tienen alcaldes, gobernadores e incluso el Ejecutivo Federal.

Un poder que ha ido creciendo sin detenerse y que amenaza con abarcarlo todo hasta llegar al punto de lo que está ocurriendo en Taxco, en donde sus desesperados habitantes cerraron sus comercios para no dejarse extorsionar pagando el “derecho de piso” que les exigen las bandas criminales.

Un poder que –como en otra ocasión hemos dicho- ha puesto a Ecuador al borde de la guerra civil.

Un poder que, si lo analizamos fríamente, viene creciendo desde el sexenio de Felipe Calderón.

Efectivamente, Calderón, Peña Nieto y López Obrador –a pesar de tener el poder presidencial- no han logrado deshacerse de unas mafias que son en realidad las que gobiernan el país.

Según esto, tanto Calderón, como Peña Nieto e incluso AMLO serían una especie de títeres manejados por el auténtico Jefe Máximo que no es otro que el crimen organizado.

Les pedimos a nuestros amigos lectores que analicen con frialdad la situación y acabarán dándose cuenta de que esa es la dramática realidad que estamos padeciendo.

El caso es que no hace falta ya otro Maximato al estilo del impuesto por Calles.

Aunque nos acusen de exagerados, la realidad es que van ya tres sexenios en los que el poder de los narcos ha crecido de tal modo que –como antes dijimos- dichas bandas criminales son ya el auténtico poder tras el trono.

¿Podrán –ya sea Claudia o ya sea Xóchitl- acaban con esta peste y recobrar para los mexicanos la paz y libertad a que tenemos derecho?

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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