Color Esperanza: la antesala del ciclo escolar

Los maestros son el testimonio para otros jóvenes, son el claro ejemplo para que muchos sigan esos pasos como opción de vida. 


 Relación maestro-alumno


Esta semana comienza el tiempo de previsión para el ciclo escolar 2018 – 2019 en las escuelas y colegios que atienden educación básica.

Sin duda es una oportunidad privilegiada, primeramente de encuentro.

La palabra encuentro viene del latín “in contra”, es decir “choque”. Creo que un encuentro permite estos choques porque hay disposición para verse a la cara y hablar hasta agotar las ideas que permiten llegar a propuestas que abran nuevos caminos.

No pueden encontrarse quienes no se permiten ir al otro. En estos días los maestros tienen la misión de “ir” hacia los alumnos y no solo esperar que “vengan” el próximo inicio de clases el 20 de agosto.

En este encuentro habrá que planear. Y para planear hay que tener los pies en la tierra, y con ello volar alto. Estas 2 semanas de ardua planeación de la vida escolar, no hay que olvidar que se debe tratar de alcanzar la cima pero siempre pisando firme en cada paso.

Son días donde en efecto, el aterrizaje de la Reforma Educativa deberá estar en los encabezados de las agendas. Pero de la mano estará siempre la reflexión que motive a:

⁃ ser mejores para hacer mejor
⁃ dejarse acompañar para poder acompañar
⁃ hacer lo ordinario con corazón extraordinario
⁃ dejarse amar para amar sin medida

Los maestros son el testimonio para otros jóvenes, son el claro ejemplo para que muchos sigan esos pasos como opción de vida.

Los maestros son la fuerza para vencer el miedo a proclamar la verdad, la honestidad, el cambio. Son la vitalidad educativa que le da oxígeno a la viabilidad en educación: los alumnos.

No basta ser vitales. Hay que procurar ser viables. Por eso, en la más profunda expresión, el maestro es y será vital en este proceso.

No sería justo encarcelar el tiempo solamente en llenado de formatos o discusiones eternas cuya solución depende de un ajeno.

Será muy bueno también considerar que en este tiempo hace bien un poco de silencio, y mirarse a sí mismo, mirarse y mirar la Creación, mirar a los demás calladamente y decir: quiero dejar abierta la mirada y mirar todo sin decir nada.

Contemplar. En otras palabras. Contemplar el ejercicio administrativo desde un sitio muy humano. Que haga nexos. Que haga sinapsis educativa. Contemplar desde la Fe el porque de los procesos y con ello, en paz, continuar peregrinando.

Nuestro querido magisterio tiene una oportunidad enorme en estas 2 semanas destinadas a la preparación del curso: volver siempre al origen. Recordar la razón por la que se eligió tan noble profesión y se aceptó tan bendecirá vocación.

Una vez recordado ese “amor primero” se puede lograr que todo fluya para llegar al futuro. Porque eso es capital. El futuro no llega, hay que ir a él; en educación hay que ir: al encuentro, al choque, al futuro, al hoy.

Así lo ha expresado el canta autor argentino Diego Torres en su tan aclamada canción “Color Esperanza”. Una comunidad educativa que sabe que puede, que quiere poder, que desecha sus miedos, que se arriesga con todo su corazón… sin duda tendrá un ciclo escolar lleno de maravillas, milagros y muchas satisfacciones.

“Saber que se puede
Querer que se pueda
Quitarse los miedos
Sacarlos afuera
Pintarse la cara
Color esperanza
Tentar al futuro
Con el corazón”

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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