¿Tienes inteligencia emocional?

Por muchos años lo importante para evaluar a una persona fue el “cociente o coeficiente intelectual”, que consiste en adquirir  una puntuación, resultado de un test estandarizado para valora la inteligencia.


Exito Inteligencia emocional


Es la llamada “Escala de Wechsler de Inteligencia para Adultos”, basada en una “Campana de Gauss” que distribuye los grupos según la edad. El valor medio es de cien.


Se calcula que el 67% de la población está en el rango medio, una discapacidad grave (30), moderada (45) y retraso mental en 80. Una inteligencia brillante es alguien con una puntuación de 120, el superdotado en 135 y un genio 150. Se dice que Einsten tenía 160.

¿Se hereda la inteligencia? Aunque los mecanismos de herencia de la inteligencia han sido investigados durante casi un siglo, aún existe controversia al respecto de hasta qué punto es hereditaria.

Lo que sí se sabe es que cada vez somos más inteligentes. En promedio las poblaciones han tendido a subir una media de tres puntos por década dese principios del siglo XX. Esto se debe a la mejor nutrición, mejor educación,  familias más pequeñas y ambiente más complejo.

Es a finales del siglo pasado cuando se estudia más a fondo a la “inteligencia emocional”. David Goleman predice que el “coeficiente intelectual” solo predice un 10% del éxito profesional de la persona, y que el resto en gran medida está dado por su inteligencia emocional:

Podemos definirla como:

“Es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos”

Podemos entonces decir que la “coeficiente intelectual o inteligencia racional” es lo que sabe una persona, pero la inteligencia emocional es lo que determina que “hará esa persona”.

¿Y como saber si la tienes? Comparto contigo las bases que te ayudarán a conocerte y saber que tan inteligente eres emocionalmente hablando:

1. Percibir emociones:

a. Habilidad para identificar emoción en ti mismo física y psicológicamente

b. Habilidad para identificar emociones en otras personas

c. Habilidad para expresar emociones correctamente y expresar las necesidades relacionadas con éstas.

d. Habilidades para distinguir entre emociones auténticas y no auténticas.

2. Utilizar las emociones:

a. Habilidad para dirigir y priorizar los pensamientos asociados con emociones.

b. Habilidad para generar emociones que faciliten el juicio y la memoria

c. Habilidad para capitalizar los cambios de humor y apreciar diferentes puntos de vista.

d. Habilidad para utilizar las diferentes emociones en la creatividad y la solución de problemas.

3. Comprender las emociones.

a. Habilidad para comprender la relación que hay entre varias emociones.

b. Habilidad para percibir las causas y consecuencias de las emociones.

c. Habilidad para entender sentimientos complejos, emociones mezcladas y estados contradictorios.

d. Habilidad para comprender la transición entre las emociones.

4. Manejar las emociones:

a. Habilidad para abrirnos a nuestros sentimientos, agradables y no agradables.

b. Habilidad para monitorear y reflejar nuestras emociones.

c. Habilidad para engranar, prolongar y alejarnos de un estado emocional.

d. Habilidad para manejar emociones en nosotros mismos y en los demás.

Es muy importante percibir, utilizar, comprender y manejar nuestras emociones. Está comprobado que las personas que trabajan en ellos, tienen mayores recursos físicos para combatir el estrés y la enfermedad; cuentan con recursos psicológicos para hacer frente a problemas y tragedias; son más efectivos en sus trabajos y cuentan con mayores recursos sociales para apoyar a los demás.

Por el contario, en aquellos que no tienen una inteligencia emocional estable se reduce su capacidad de acciones y pensamientos; se afecta su empleo, calidad de trabajo e ingreso;  se involucra menos en su comunidad y su salud física y mental se ve afectada.

La inteligencia emocional puede ser enseñada a nuestros hijos y podemos como adultos mejorarla con esfuerzo y hábitos diarios. Recuerda, el éxito en tu vida depende en gran medida en que tanto desarrollas tu inteligencia emocional.  

 

 

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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