Canciones de lluvia para la política

Esta ñora durante la sequía del año pasado hizo una promesa de no quejarse nunca cuando llueva, y así que ha tenido que recurrir a cantar para evadir la tentación de quejarse cada que se queda atrapada en el tráfico por los “espejos de agua” (nueva palabra los encharcamientos de antes, o sea, las inundaciones de siempre). 

Justo en uno de esos trayectos acuáticos a esta ñora le tocó oír el resumen del “informe” de la nadie-me-hace-caso-cuando-les-insisto-en-seguir-con-la-farsa-de-la-austeridad, y especialmente la frase final: “Vamos bien y vamos a ir mejor” hizo que esta ñora se trasladara a un mundo de fantasía. Se vio en esas infantiles de un dinosaurio morado, sí Barney, cantando “si las gotas de lluvia fueran de caramelo…” porque tanta fantasía y dulzor sólo es posible en la imaginación guinda.

Y al día siguiente, ahí tienen a esta ñora cantando a todo pulmón aquella de “seré la gata bajo la lluvia” de Rocío Durcal y pensando que es la misma que estaba en la cabeza de la no-iba-a-permitir-que-una-panista-estuviera-a-cargo-cuando-entregara-mi-informe mientras tuvo lugar la conversación con Marco Rubio, el secretario de Estado que llegó a de los Estates Quietos, perdón, de los Estados Unidos. Es que habían anunciado con bombo platillo y que sería la firma de acuerdo bilateral muy amplio y resulta que quedó en la firma de un “memorándum”, que dicen los expertos que es más bien una carta de buenos intenciones. Y si se trató de vender como un triunfo, pero la verdad es que el país quedó justo como mujer abandonada que nomás trata de fingir que le vale que hasta le llueva después de la ruptura. 

Claro, puede ser que en medio de la reunión la canción el Rubio le cantara una pequeña versión de aquella de LuisMi: “No culpes a la playa, no culpes a la lluvia, ¿será que desobedeces (a López)?”. Porque para esta ñora es muy cierto es que los “abrazos no balazos” lo único que trajo al final fue una lluvia de metralla en muchos lugares, muchos más de los que podemos aceptar. 

Claro, esta ñora también encontró que con la disolución del Poder Judicial los mexicanos deberíamos cantar aquella “esta tarde vi llover, vi gente llover y no estabas tú” para despedir a la impartición de justicia. Sí, esta ñora está consciente de que lo que había no es que fuera un modelo de justicia ni de triunfo contra la impunidad ni nada parecido; pero de que todo se pondrá peor, no hay duda. Y para muestra un botón, resulta que el miércoles 3 de septiembre mandaron un oficio a todos los jueces “electos” pidiendo que llenaran sus datos en un Excel… empezando por su nombre completo, y siguiendo ¡qué puesto habían ganado y por cuántos votos!, más sus relaciones familiares y potenciales conflictos de interés. ¿En serio nadie en el Poder Judicial tenía YA esas cosas? Pues parece que desde ese grado de desorganización van a empezar y si la justicia era ciega (se supone) ahora será ciega y caótica… a no ser que seas Loret y ahí sí seguro será rápida porque la venganza sí tiene patas.

Pero para cerrar de forma positiva, esta ñora cree que para promocionar el nuevo y fantástico producto que el gobierno mexicano ha puesto a la venta: el café Bienestar, hay la canción perfecta, sí esa de Juan Luis Guerra: ¡Ojalá que llueva café en el campo!, que es movidita y esperanzadora, pero nada realista. Aunque dicen que el café ese está peor de malo que las explicaciones de Noroña de cómo “compró” su casita en Tepoz.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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